?Y si no tenemos raz車n en nada?
Quiero creer que me gustan los grandes partidos porque hay pocos, aunque esta idea de integridad deportiva les suena a chino a cualquiera de los semifinalistas.

Todo lo que ahora nos importa ma?ana ser芍 ceniza. La chaqueta de cuero por la que mataste te vuelve ahora un hombre rid赤culo. Ma?ana ser芍 a迆n peor y acabar芍 acartonada en la 迆ltima percha del armario del idiota al que se la vendiste por Wallapop. Cualquier d赤a sonar芍 el timbre de tu casa de madrugada, a esas horas en las que los ruidos mec芍nicos solo anticipan desgracias, y cuando abras la puerta, a迆n abotargado por el calor dulz車n del n車rdico, te encontrar芍s con tu yo futuro ri谷ndose en tu cara. Ayer comenz車 una semifinal de la Champions, hoy arranca otra y mientras el monstruo de la Superliga duerme en la cloaca no puedo quitarme estas ideas de la cabeza. ?Y si no tenemos raz車n en nada?
Incluso a m赤, un firme detractor de la Superliga, me resulta imposible regatear la sensaci車n de rid赤culo. Es un pensamiento familiar y siniestro. Inc車modo, como todos los miedos que crecen dentro y antes que explotar carcomen. Si todo se acaba yendo, si incluso el rock vale menos ya que el agua del grifo, por qu谷 no habr赤a de sucederle lo mismo al f迆tbol. El Estrella Roja ganando la Copa de Europa en Bari y Kurt Cobain chillando en la MTV me producen la misma tristeza. Quiz芍 por eso me opongo con todo lo que tengo a esta 迆ltima ocurrencia de los clubes ricos. Si se derrumba el mundo bajo tus pies gritar no parece tan mala idea.
Dicen que el f迆tbol es de los jeques, pero en Europa y lo dir谷 para que me entiendan los j車venes, les est芍 tocando mamar. Un PSG-Manchester City en semifinales de Champions no lo hemos visto nunca. Los franceses llegaron a la final por primera vez la temporada pasada solo para entregarle la copa al Bayern; para el City solo es su segunda visita al pen迆ltimo pelda?o de la gloria. Si cualquiera de ellos gana la Champions se convertir赤a en el vigesimotercer club en conseguirlo. Quiero creer que es esa excepcionalidad lo que hace grande al f迆tbol. Quiero creer que me gustan los grandes partidos porque hay pocos, aunque esta idea de integridad deportiva les suena a chino a cualquiera de los cuatro semifinalistas. Realmente lo pienso, aunque seguramente est谷 equivocado. Acabo de escribir este texto a la una de la madrugada mientras suena el timbre. No quiero abrir.