Rupicapra rupicapra
Cuando pensamos en caza de alta monta?a, la primera especie que se nos viene a la mente es, sin duda, el sarrio o rebeco pirenaico

Cuando pensamos en caza de alta monta?a, la primera especie que se nos viene a la mente es, sin duda, el sarrio o rebeco pirenaico.
El rebeco es el animal m¨¢s deseado por todos los cazadores amantes de la alta monta?a, ya que se trata de la especie m¨¢s caracter¨ªstica del Pirineo. Un animal de los m¨¢s interesantes que se pueden cazar en nuestro continente.
Su h¨¢bitat, la armon¨ªa de sus colores, su inteligencia y la dificultad que implica su caza y la valoraci¨®n de su trofeo, convierten al viejo sarrio en uno de los mayores retos para el cazador de monta?a.
Este herb¨ªvoro de h¨¢bitos diurnos, tiene un aspecto inconfundible gracias a esos cuernos en forma de gancho que presentan tanto los machos como las hembras. La diferencia entre ambos se encuentra en el peso, en la separaci¨®n y en el grosor de los cuernos. El crecimiento de estos, est¨¢ supeditado a la alimentaci¨®n.
El sarrio es un mam¨ªfero herb¨ªvoro. Invierte gran parte de su tiempo en pastar, especialmente en los meses de verano, y selecciona las plantas que le aportan una mayor cantidad de nutrientes. Sin embargo, no se desplaza mucho para ello y prefiere reposar y no gastar grandes cantidades de energ¨ªa.

Los periodos h¨¢biles para su caza var¨ªan en funci¨®n de la especie y la Comunidad Aut¨®noma a considerar, aunque suelen ir desde primeros de agosto hasta finales de oto?o. Por ello, son muchos los amantes de la caza del rebeco, que condicionan sus vacaciones para disfrutar de la incre¨ªble experiencia de recechar esta especie.
La caza del rebeco se realiza principalmente mediante recechos en alta monta?a. Se dice que es la modalidad reina en la caza de alta monta?a, debido a su dificultad y a los paisajes de belleza salvaje.
Los recechos a los rebecos son de los m¨¢s duros que existen. El estado f¨ªsico del cazador, es el principal condicionante de esta caza para que le permita soportar, sin desfallecer, las largas caminatas a trav¨¦s de abruptos relieves, cuando la falta de nieve obliga subir a buscar a los sarrios, o los largos disparos o entradas complicadas. Es por esto que el cazador de esta especie sea un fan¨¢tico apasionado de la misma, apreciando esta caza y todo que la rodea.
La caza del sarrio o rebeco exige un conocimiento perfecto de la alta monta?a y de sus costumbres. El cazador debe ser, ante todo, un monta?ero que sepa descubrir los peligros de este ambiente adverso. Los peligros a que puede enfrentarse son numerosos y, frecuentemente, imprevistos: tormentas, ca¨ªdas de rocas, resbalones, etc.
Es el momento en que comienza a despuntar el alba, cuando el cazador busca con los prism¨¢ticos a los rebecos. Una vez localizada una pieza, comienza el rececho, la fase m¨¢s delicada de la operaci¨®n. Un cambio brusco del viento puede hacer fracasar todo el rececho, cuando ya estaba presto a disparar. Una distancia ¨®ptima de tiro es de 150 m. A partir de ah¨ª, aumenta el riesgo de dejar herido al animal.
All¨ª arriba, el silencio se a¨²na con el cazador y se adue?a de las monta?as, la soledad es la mejor compa?era en los recechos y la forma f¨ªsica del cazador, sin duda, su mejor arma. "Culminun Magister"
?Feliz fin de semana!