Aritmendi, atleta de cuando entonces
El domingo 22 de marzo de 1964, cuando todos est¨¢bamos a los ¨²ltimos trances de la Liga y a la eterna bronca de Bahamontes sobre si correr¨ªa o no la Vuelta a Espa?a.
El domingo 22 de marzo de 1964, cuando todos est¨¢bamos a los ¨²ltimos trances de la Liga y a la eterna bronca de Bahamontes sobre si correr¨ªa o no la Vuelta a Espa?a, Marca apareci¨® con un sensacional t¨ªtulo a toda p¨¢gina: 'SENSACIONAL HAZA?A DE ARITMENDI'. Y debajo: 'Con cincuenta metros de ventaja gan¨® el Cross de las Naciones'. Se trataba, en puridad, del campeonato del mundo de cross, donde bati¨® a la flor y nata del fondo mundial, empezando por el m¨ªtico belga Gaston Roelants. Aquello hizo impacto en una sociedad que no sab¨ªa qui¨¦n era Aritmendi. Eso del atletismo era cosa de fuera. Aqu¨ª, f¨²tbol, ciclismo y boxeo.
Fue, como otros pioneros de la ¨¦poca, fruto del hambre y de la voluntad. Nacido en la guerra, su padre muri¨® pronto, corneado por un toro con muy mala uva sobre el que varias veces previno al patr¨®n. La madre sac¨® la prole como pudo, all¨¢ en Cogolludo. El chico Francisco, nuestro h¨¦roe, se qued¨® en 1,57 y 53 kilos, pero ten¨ªa un gran fondo para correr. Cazaba perdices agot¨¢ndolas y m¨¢s de una vez, una liebre. Despunt¨® en carreras locales, son¨® y despu¨¦s de la mili lleg¨® al Bar?a, que ten¨ªa equipo de atletismo. All¨ª se ganaba el sustento limpiando las instalaciones de Montju?c. As¨ª era el deporte de 'cuando entonces', como dir¨ªa Umbral.
Tras el ¨¦xito, Franco le invit¨® a comer, le pregunt¨® si necesitaba algo y dijo que un piso, pero la promesa qued¨® en el aire. Todo fueron broncas con la Federaci¨®n, que le daba una ayuda de hambre, porque corr¨ªa carreras pagadas por los pueblos. Ten¨ªa familia que mantener. Harto de todo dej¨® el atletismo con 29 a?os, cuando a un fondista le espera lo mejor. Al menos, le abri¨® el camino a Haro. Su nombre se olvid¨®. Sali¨® adelante como ordenanza del Ayuntamiento de Cogolludo. Hace algunos a?os sac¨® a subasta su medalla y el CSD le dio por verg¨¹enza 60.000 pesetas para la entrada de un piso. Ahora se ha ido, con 82 a?os. Descansa en paz, luchador.