El peligroso vac¨ªo del Camp Nou aquel 1 de octubre
El presidente del Bar?a decidi¨® que se jugara el partido entre el club azulgrana y Las Palmas, que es lo que hab¨ªa ordenado Messi en silencio.
El m¨¢s peligroso vac¨ªo que vivi¨® el Nou Camp en su historia se produjo hace un a?o, el d¨ªa del refer¨¦ndum ilegal convocado por la Generalitat en Catalu?a.
El president Puigdemont, y otras autoridades pol¨ªticas y civiles catalanas, presionaron para que el presidente Josep Maria Bartomeu suspendiera el encuentro que deb¨ªa enfrentar el 1 de octubre de 2017 a las 16:15 al Bar?a con la Uni¨®n Deportiva Las Palmas. Se jug¨®, a puerta cerrada. Ins¨®lito como todo lo que ocurri¨® antes de que se produjera ese inmenso vac¨ªo.
Precedido por los incidentes que marcaron aquella jornada, lo que pretend¨ªa Puigdemont era conseguir que la suspensi¨®n fuera noticia mundial.
Gerard Piqu¨¦ era el futbolista m¨¢s decidido a secundar la idea de la suspensi¨®n. LaLiga no estaba por la labor. La directiva estaba dividida y a cara de perro. Bartomeu brujule¨®, a lo largo del d¨ªa, entre todas las posibilidades. Puigdemont insisti¨®.
En medio de las indecisiones de la directiva y de las insistentes presiones pol¨ªticas, hab¨ªa una convicci¨®n, la de gran parte de futbolistas y el cuerpo t¨¦cnico dirigido por Ernesto Valverde, de que la sanci¨®n (tres puntos del partido y otros tres de sanci¨®n) dar¨ªan al traste con una Liga que se presentaba exitosa.
Al final se jug¨® el partido. El Bar?a gan¨® tres a cero. Messi marc¨® los dos ¨²ltimos goles. Y no s¨®lo fue decisivo en el partido m¨¢s peligroso de la historia deportiva (y pol¨ªtica) del equipo al que est¨¢ adscrito desde su adolescencia. Ese momento fue decisivo para su futuro azulgrana.
Lo cuenta con hechos Lola Garc¨ªa, directora adjunta de La Vanguardia, en el libro El naufragio, que acaba de publicar Pen¨ªnsula y que es tenido como uno de los recuentos m¨¢s serios de los que tratan el proc¨¨s.
Durante aquella jornada todos esperaban qu¨¦ dijera Messi. Este guard¨® silencio, entre Buster Keaton y Samuel Beckett. Mientras Piqu¨¦ pulsaba voluntades y Bartomeu se desplazaba entre una decisi¨®n y la contraria, hasta situarse en el punto medio, el m¨¢s importante futbolista azulgrana desde Kubala y Cruyff manten¨ªa su cara enigm¨¢tica. S¨®lo habl¨® cuando saltaron al campo, dirigi¨¦ndose a Bartomeu: ¡°Tranquilo, presi, que ganamos¡±.
Estaba pendiente la renovaci¨®n de Messi. El entramado de intereses que est¨¢n en juego late en el silencio del futbolista y tambi¨¦n en lo que dice antes de jugar. Lola Garc¨ªa relata la disputa que condujo al final a que Messi firmara la renovaci¨®n, pero aquel partido del s¨ª o el no tambi¨¦n pudo haber sido, seg¨²n c¨®mo cayera la moneda, el del s¨ª o el no de Messi.
Una clave de c¨®mo fueron las cosas es la que la periodista sit¨²a al final del cap¨ªtulo en el que narra este hecho. Despu¨¦s de aquel 1 de octubre de 2017 en que fue abucheado por no haber tomado la decisi¨®n que le ped¨ªan las autoridades del proc¨¨s, Josep Maria Bartomeu declara: ¡°Yo soy presidente del Bar?a, no presidente de Catalu?a¡±.
El presidente del Bar?a decidi¨® que se jugara, que es lo que Messi hab¨ªa ordenado en silencio.