Aquel primer ejemplar de As en hueco

A¨²n recuerdo el d¨ªa que compr¨¦ el primer n¨²mero de As. Yo ten¨ªa diecis¨¦is a?os y para entonces ya compraba Marca poco menos que a diario. Cuando sali¨® As, me impact¨® por la calidad de reproducci¨®n de sus fotos, en tecnolog¨ªa de hueco. Y tambi¨¦n por algunos apartados nuevos. La p¨¢gina dos recog¨ªa una biograf¨ªa en cap¨ªtulos, de mi¨¦rcoles a domingo, que fidelizaba la compra. Hab¨ªa tambi¨¦n un ¡®r¨¢nking¡¯ del d¨ªa. En la contraportada, la ¡®Chica del As¡¯ (la primera fue Conchita Velasco), con texto de Hebrero Sanmart¨ªn. En aquel tiempo mojigato, un canto a la libertad. Y las ¡®picas¡¯ para calificar a los jugadores, en lugar de n¨²meros...

Aquel peri¨®dico resucitaba el semanario deportivo AS, de antes de la guerra. Su propietario, un gran impresor llamado Luis Montiel, era republicano y tras la Guerra no le dejaron revivirla. El R¨¦gimen consideraba el deporte cuesti¨®n a controlar. S¨ª pudo sacar Semana, revista de cine y espect¨¢culos. En la rotativa de Montiel tir¨® durante a?os El Alc¨¢zar, que vend¨ªa m¨¢s los lunes y los jueves gracias a las fotos de f¨²tbol. Cuando El Alc¨¢zar se fue a una rotativa de ¡®offset¡¯, m¨¢s r¨¢pido, un hijo de Luis Montiel, Vicente Montiel, hizo renacer As como diario, animado por el ¨¦xito que El Alc¨¢zar hab¨ªa tenido determinados d¨ªas con las fotos de f¨²tbol.

De ah¨ª venimos. All¨ª aparec¨ª yo como lector, y hace ya veinte a?os como director tras haber aprendido lo primero que supe de periodismo en Marca, que todos somos amigos, y todo lo dem¨¢s en PRISA, donde entr¨¦ desde su creaci¨®n. De aquel As a este, que comparte el viejo papel con la distribuci¨®n digital, de la que tiene ya cuatro ediciones en la Am¨¦rica de habla hispana, median muchas diferencias t¨¦cnicas. Pero s¨®lo t¨¦cnicas. El esp¨ªritu sigue siendo el mismo que el de aquellos pioneros que llenaron mis ojos de adolescente con sus historias, que me ilustraron con sus an¨¢lisis, que me permitieron recrearme con sus fotos.