Dos hombres y un destino

La de ?lex y Bustamante era la perfecta banda sonora para el pulso por la porteria de Roberto y Diego L¨®pez. Dos guardametas de dilatada trayectoria, perfectamente capacitados para el puesto. Pero no, era un pulso desigual desde el inicio, ya que la llegada de Diego responde al desamor de Quique con Roberto. El portero madrile?o fue el h¨¦roe de la pretemporada, y se gan¨® el coraz¨®n de los pericos, pero no as¨ª el de su t¨¦cnico, que tras la espantada de Pau presion¨® lo suyo para formar un dueto de porteros de envergadura. Bast¨® que Roberto desafinase un par de veces a lo Juan Camus para que el m¨ªster le hiciese una cobra que r¨ªanse ustedes de la de Bisbal a Chenoa. Esto ha reabierto la herida de su pasado en com¨²n, donde Quique, todo bohemia e ilusi¨®n, ya le dej¨® por uno mas joven: De Gea. Por lo que cuentan de la relaci¨®n entre ambos, no se prev¨¦ ning¨²n reencuentro.

Mientras Roberto, coraz¨®n espinado, apenas se calza el ch¨¢ndal sin atisbar una brisa de esperanza por la titularidad, a Diego tras su milagrosa parada en el Villamar¨ªn, la afici¨®n le canta el ¡°santo, santo¡± y sue?a con ficharlo de por vida y el equipo, a su lado, se siente seguro. Queda Liga y esto no se resuelve en un avemar¨ªa pero los responsables de invertir tres kilos en un portero que no juega no pueden seguir escondidos.