?Cu¨¢nto echo de menos a Manol¨ªn!
Como a todos, la baja de larga duraci¨®n (¨¦l no ha muerto) de Manolo Preciado me duele permanentemente. Pero ayer, viendo a ese cad¨¢ver vestido apropiadamente de luto que deambul¨® por Valdebebas, me acord¨¦ constantemente de ¨¦l. Eso es lo que necesita el Racing. Un Manol¨ªn. Puede que hubiera entrenadores con mayor fineza t¨¢ctica, con m¨¢s registros estrat¨¦gicos, m¨¢s trabajadores o m¨¢s elegantes, si quieren. Vale. Los hab¨ªa. Pero no hab¨ªa, ni lo hay, ninguno con m¨¢s capacidad de hacer que aut¨¦nticos tarugos creyeran en s¨ª mismos. Y en ¨¦l. Y conseguir, por si fuera poco, que la grada, en contra de toda l¨®gica y evidencia, creyera en los tarugos. Y en ¨¦l. ?Qui¨¦n, hoy, puede plantarse en ese vestuario y decir: "seguidme"? Y que le sigan.
No estoy poniendo el carro delante de los bueyes. Pese a que Harry est¨¢ c¨®modo haciendo el rid¨ªculo y batiendo marcas como el presidente m¨¢s in¨²til de la historia del Racing, no le va a quedar m¨¢s remedio que hacer lo que tiene que hacer. Y Fabri lo sabe. Es hombre de f¨²tbol y lo ha intentado todo. Ni cree en el equipo ni viceversa. Le va a hacer un favor. Manolo entrena en una Liga muy superior, Caparr¨®s (otro de ese palo), tiene, todav¨ªa, equipo. Queda otro flautista de Hamel¨ªn. En Care?es. Pero es imposible. Ya le dijo que no un par de veces a Emilio de Dios para dirigir al Sporting, y eso que es sportinguista a machamartillo. Seamos sensatos, aqu¨ª, Marcelino, no tiene nada que ganar y no hay dinero para pagarle. Aqu¨ª solo vendr¨¢ un desesperado.