?Qu¨¦ fue de Enric Masip, coraz¨®n del Dream Team?
Una lesi¨®n adelant¨® su retirada en el Bar?a, pas¨® a los despachos azulgrana y sali¨® escaldado en 2013. Ahora trabaja en mercados de valores </br><a title="Canelo - Golovkin en vivo y directo: combate en Las Vegas" href="https://mexico.as.com/mexico/2018/09/16/boxeo/1537062106_095032.html">Canelo - Golovkin: combate en Las Vegas</a>

Es complicado que en una tertulia de cinco aficionados al balonmano se pongan de acuerdo sobre qui¨¦n es o ha sido el mejor jugador espa?ol de la historia. Imposible nombrar todos a uno solo como el mejor, pero hay algunos nombres recurrentes que aparecen en las listas de los aficionados. Uno que no falla en la memoria colectiva es Enric Masip, el central del Barcelona, el jugador que fue el coraz¨®n del mejor equipo de balonmano de la historia, el llamado Dream Team de Valero Rivera, imparable en los noventa. Masip era un l¨ªder, un tipo especial que pensaba por todos, y que ten¨ªa organizadas peque?as sociedades dentro del propio Barcelona.

Por ejemplo, cuando la defensa recuperada un bal¨®n, la segunda parte de la fotograf¨ªa siempre era la misma: pase a Masip, y ¨¦l, desde donde estuviese lanzamiento al extremo izquierdo para que Rafa Guijosa marcase al contragolpe. Todos los equipos conoc¨ªan aquella salida del Barcelona, s¨ª, pero era imposible evitar la combinaci¨®n letal.
Enric (Barcelona, 1969) se form¨® en la cantera del Granollers, y debut¨® con 18 a?os en Primera Divisi¨®n. Estuvo con los vallesanos tres temporadas, y a la tercera intentona azulgrana acept¨® la oferta de Valero Rivera para jugar en el Barcelona, de 1990 a 2004, catorce temporadas en las que gan¨® todos los t¨ªtulos de club posibles: seis Copas de Europa ("creo que me faltan tres m¨¢s, pero al final Valero Rivera empez¨® a hacer retoques en un equipo que estaba hecho, y que era impresionante, y m¨¢s que reforzarnos, reforzamos a los rivales, al Portland, al Ciudad Real, por ejemplo"), Recopas, EHF, m¨¢s siete ligas (una cada dos a?os, ser¨ªa el balance) y cinco Copas del Rey.
"Aquel equipo de los noventa, creo que ha sido el mejor de siempre en la historia de clubes de balonmano", rememora Masip ahora, relativamente alejado del balonmano, al que sigue a distancia sin que se le vea por el Palau donde su n¨²mero cinco hace a?os que est¨¢ retirado en honor a este jugador.

Javier Garc¨ªa Cuesta le hizo debutar con la Selecci¨®n absoluta de Espa?a en 1989. Aquel a?o hab¨ªa logrado el subcampeonato del Mundo j¨²nior con Espa?a, donde se encontr¨® con otro central m¨ªtico con el que iba a coincidir como rival y como compa?ero (en la Selecci¨®n) durante toda su carrera deportiva: Talant Dujsebaev, que hasta jug¨® de extremo en aquella selecci¨®n sovi¨¦tica.?
Con Espa?a jug¨® 205 partidos internacionales en catorce a?os, con una aportaci¨®n de 656 goles, con dos participaciones ol¨ªmpicas (falt¨® a la cita de Atlanta por lesi¨®n), y tiene un bronce y medio ol¨ªmpico en su casa. El medio, la parte de la cruz, se la regal¨® su amigo y compa?ero Mateo Garralda, otro de los jugadores con los que ha hecho media vida: desde la Selecci¨®n juvenil, hasta los a?os en el Granollers, y luego en el Barcelona. El caso es que Mateo le prometi¨® a Enric que si ganaban alguna medalla en Atlanta, la mitad ser¨ªa suya. Dicho y hecho. Garralda cumpli¨® la promesa, y gracias a un orfebre de Barcelona la serr¨® en dos. Un buen d¨ªa se present¨® en el entrenamiento en el Palau con una bolsa de pl¨¢stico de supermercado, y dentro iba la promesa. Cuatro a?os despu¨¦s, en Sydney, s¨ª estuvo Enric, como en Barcelona 92, que tuvo la deferencia de regalarle a Urdangar¨ªn el ¨²ltimo gol de su carrera: un penalti con el que se retiraba.
En los Europeos, Masip gan¨® la plata en 1996, y el bronce en Croacia en 2000. Nunca subi¨® al podio en unos Mundiales, aunque en el ¨²ltimo, en Portugal 2003, estuvo cerca, pero Espa?a perdi¨® en un partido memorable en las semifinales ante Croacia, ante la que perdi¨® tras dos pr¨®rrogas, y Masip, pese a una cojera evidente, marc¨® nueve tantos, y al final, con la Selecci¨®n cuarta en Lisboa, fue elegido el mejor central del campeonato.

"La verdad es que hay un antes un despu¨¦s en mi carrera: me operaron de una hernia en 2001, y eso marc¨® mi final", recuerda, porque dej¨® ser ser el jugador explosivo de salida imparable, y porque tuvo que convivir con el dolor en sus tres ¨²ltimos a?os de jugador, siempre del Barcelona. "En 1997 Mateo y yo tuvimos una oferta mareante para jugar en Alemania, pero nos renov¨® el Barcelona por ocho temporadas, aunque un a?o y medio despu¨¦s Garralda, que era el mejor lateral derecho del mundo, se fue al Portland por sus problemas con Valero Rivera, tambi¨¦n sali¨® Cavar, y Svensson, que dec¨ªan que era veterano, pero se retirar¨ªa con m¨¢s de cuarenta, a mi me quitaron la capitan¨ªa...Vamos, que se acab¨® con un equipo ¨²nico", interpreta Masip.
Tras su retirada pas¨® a la Fundaci¨®n del Barcelona, y luego a la secretar¨ªa t¨¦cnica del balonmano del club con Laporta en los a?os en el que el Ciudad Real se hab¨ªa hecho fuerte "y seguramente era el segundo mejor equipo de la historia". Los m¨¢s notables jugadores j¨®venes de Espa?a acabaron en la cantera del Bar?a, y otros, como el dan¨¦s Mikkel Hansen, tambi¨¦n, pero no todos triunfaron en las filas del club, "y le echaron la culpa al secretario t¨¦cnico, que no ten¨ªa responsabilidad en el tiempo que jugaban, que era cosa del entrenador".
Cosas del destino, durante el Mundial de Espa?a, en 2013, el presidente Sandro Rossell le despidi¨®, y Masip sali¨® por la puerta falsa sin saber por qu¨¦. "Nunca quise salir de esa manera, pero no pude elegir", y de esa forma se acab¨® desvinculando del balonmano, porque en este tiempo s¨®lo ha regresado "una vez al Palau, a ver un partido ante el Kiel". Adem¨¢s, su hijo Erik tampoco juega ya al balonmano por culpa de una lesi¨®n, y estudia arte dram¨¢tico en Madrid, "con lo que no hay m¨¢s remedio que viajar con frecuencia a la capital", dice Masip.
Dice Enric que ahora se encuentra f¨ªsicamente "mejor que nunca", y se ha enganchado al p¨¢del, que practica con cierta frecuencia con muchos exjugadores del Barcelona, que trabaja en la banca privada para una agencia de valores "para deportistas o profesionales que han hecho dinero y lo quiere invertir y proteger". y le va bien.
