Sacar conclusiones de la Semana 1 es muy prematuro
La Semana 1 es la primera ocasi¨®n que los titulares de los 32 equipos realmente juegan juntos y ejecutan un plan de juego elaborado.

La tan ansiada Semana 1 ya es historia y las conclusiones que se pueden sacar de los primeros 16 juegos de la temporada regular son, en su mayor¨ªa, vagas o hasta precipitadas.
De acuerdo, el objetivo de la pretemporada es que la puesta a punto de un equipo se acerque al nivel ideal que proyecta el staff de coacheo, pero la realidad es que los juegos de preparaci¨®n sirven de poco para este fin, pues, en realidad, si se administra bien el tiempo, los titulares juegan tres cuartos juntos en un periodo de cuatro partidos.
Es muy complicado que un equipo entre en ritmo en tan poco tiempo y eso se refleja en mayor o menor medida enla Semana1 de la temporada regular.
Quiz¨¢ sea enla Semana 3 cuando la mayor¨ªa de los equipos ya est¨¦n adaptados a sus nuevos jugadores y sistemas de juego (n¨®tese el caso de Denver a la ofensiva), as¨ª que la conclusi¨®n m¨¢s acertada del primer fin de semana de NFL es que no todo lo que brill¨® es oro ni todos los zarandeados son tan malos.
LA YARDA IMPOSIBLE
Siempre he considerado que un coach o coordinador ofensivo evidencian su temor a ganar cuando deciden correr por el centro de la l¨ªnea de scrimmage (dentro de los tacles) en situaciones de gol o de una yarda.
?Tan dif¨ªcil es enga?ar a la defensiva rival con un roll out del quarterback a cualquier lado o un pase a alg¨²n receptor que haya dado la impresi¨®n de bloquear antes de salir a su ruta de pase?
Esas acciones tienen m¨¢s probabilidades de dar resultados, porque todo mundo espera al corredor por alg¨²n punto de la l¨ªnea de scrimmage, donde habr¨¢ m¨¢s defensivos.
Sin embargo, un coach alguna vez me explic¨® que las jugadas directas en corto yardaje son, muchas veces, una manifestaci¨®n de poder, de voluntad entre las dos l¨ªneas frontales, la ofensiva y la defensiva y ganar esa batalla es valioso desde el punto de vista psicol¨®gico.
La explicaci¨®n me pareci¨® sensata, m¨¢s si se considera al futbol americano como un deporte en el que el aspecto emocional juega un papel importante en el desarrollo de un juego o hasta de una temporada.
Sin embargo, cuando siete meses no han resultado suficientes para entender por qu¨¦ decidi¨® lanzar un pase corto a una yarda de la zona final en el S¨²per Taz¨®n XLIV, Pete Carroll nos vuelve a sorprender con un error en una situaci¨®n comprometida, aunque no del calibre de aqu¨¦l juego por el t¨ªtulo.
En tiempo extra y abajo por un gol de campo, en cuarta oportunidad y una yarda para el primero y 10 en la yarda 41 de San Luis, Carroll aprob¨® la decisi¨®n de darle el ovoide a Marshawn Lynch ¨Ccomo no lo hizo hace siete meses ante Nueva Inglaterra¡ªpara mantener el ataque de Seattle con vida.
Se agradece el arrojo de Carroll, pero, ?y el ingenio? En formaci¨®n shotgun, Russell Wilson y Lynch se alinearon a cuatro yardas de la l¨ªnea de scrimmage, a merced de la penetraci¨®n de la defensiva de San Luis en un acarreo. El resultado: Lynch fue tacleado a tres yardas del primero y 10 y los Carneros sentenciaron el triunfo y la sorpresa por 34-31.
Russell debi¨® estar detr¨¢s del centro para darle el bal¨®n a Lynch, quien hubiera dejado ir todo su impulso hacia la l¨ªnea de scrimmage y ganar esa yarda que muchas veces resulta ser la m¨¢s dif¨ªcil. Para Carroll se ha convertido en un imposible.Y ni hablar de Tom Coughlin y la implosi¨®n de los Gigantes en Dallas.

Con Nueva York arriba 23-20 y con 1:40 minutos por jugar, Coughlin orden¨® que Rashad Jennings no entrara a la zona final en un par de ocasiones por no saber con certeza que Dallas a¨²n no usaba su ¨²ltimo tiempo fuera. Su intenci¨®n era consumir tiempo en el reloj, pero los Vaqueros a¨²n pod¨ªan frenarlo, como sucedi¨®.
Ese error mental, mandar a Eli Manning a lanzar en tercera oportunidad a una yarda de las diagonales y que el quarterback lanzara ese pase hacia fuera del campo contribuyeron a darle el triunfo en bandeja de plata a los Vaqueros.
Si intentaron sorprender, los m¨¢s sorprendidos fueron Carroll y Coughlin. Ojal¨¢ hayan aprendido la lecci¨®n.
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SI FUNCIONA, NO LO ARREGLES
Tres ataques terrestres respetados por los rivales tuvieron una arranque discreto de temporada, el de Kansas City, por la variedad de armas con las que cuenta a la ofensiva, el de Dallas, por la falta de un corredor titular indiscutible, y el de Filadelfia, por la necesidad de jugar por aire.
Con los Jefes, el ala cerrada Travis Kelce es la v¨¢lvula de seguridad ideal para un quarterback como Alex Smith, quien vive de pases cortos y seguros.
Jamaal Charles corri¨® 16 veces para57 yardasy los Jefes sumaron 97 en total por esa v¨ªa, pero el gran d¨ªa de Kelce, quien se despach¨® con106 yardasen seis recepciones, dos para touchdown.
En Dallas, la ausencia de DeMarco Murray fue notable desde el primer ataque de los Vaqueros ante Gigantes y en el que Tony Romo lanz¨® 11 pases cortos, de los que complet¨® nueve, en una serie de 17 jugadas que dur¨® m¨¢s de 10 minutos y concluy¨® con un gol de campo.
Por su lado, las ?guilas tienen a Murray, l¨ªder corredor de 2014, pero la versatilidad de su ataque hace ver dif¨ªcil que enfoquen sus bater¨ªas a atacar por tierra, a menos que sea necesario.
LUZ Y SOMBRA
No es lo mismo ser la primera selecci¨®n colegial que la segunda y la diferencia entre una y otra la marcaron 28 puntos, pero ni Jameis Winston es tan malo ni Marcus Mariota es tan bueno.

No por nada Tampa Bay y Tennessee tuvieron las dos primeras selecciones del pasado Draft. Es decir, ambos equipos est¨¢n en reconstrucci¨®n y eso implica irregularidad notable en varios frentes y en un duelo entre dos de los equipos m¨¢s d¨¦biles dela NFL, a los Bucaneros y a Winston les toc¨® tener el mal d¨ªa.
Por otro lado, ya no hay duda, la edad ya le comenz¨® a cobrar factura a Peyton Manning, y enfrentar a la defensiva de Baltimore tampoco le ayud¨®.
Ya no con la misma frecuencia, pero Manning a¨²n montar¨¢ shows de 300 y400 yardas, pero su edad se reflejar¨¢ en duelos como el de la Semana 1, ante defensivas r¨¢pidas y agobiantes.
SUH Y ¡°PACMAN¡± SIENDO SUH Y ¡°PACMAN¡±
Estas son las situaciones que hacen incomprensible el actuar dela NFL, que se fue con todo contra Tom Brady con base a un reporte que no present¨® pruebas irrefutables en el Deflategate, pero que condona agresiones en el campo.
Si bien lo de Ndamukong Suh hizo no fue una agresi¨®n f¨ªsica, s¨ª es dif¨ªcil darle el beneficio de la duda a un jugador que ha llenado su expediente de multas por agredir a rivales.
Suh tacle¨® al corredor de Washington, Alfred Morris, y al levantarse, discretamente pasa su rodilla derecha lo suficientemente cerca del casco de Morris para bot¨¢rselo.
De ah¨ª no pas¨®, pero sila NFLse pronunci¨® al respecto, es porque algo vio, pero no lo determin¨® flagrante.
A su vez, Adam ¡°Pacman¡± Jones se enfrasc¨® en un duelo verbal con el novato receptor de Oakland, Amari Cooper, que pas¨® a lo f¨ªsico. Al taclear a Cooper, Jones qued¨® encima y le azot¨® la cabeza al piso; el casco de Cooper se zaf¨® y Jones volvi¨® a azotarlo contra ¨¦l.
Los r¨¦feris no marcaron nada y Jones se salv¨® de ser expulsado. Lo m¨¢s seguro es que no librar¨¢ la multa, pero que no se suspenda a un jugador con historial de violencia es un mal mensaje dela NFL.