La extra?a tenista
Jugadora vulgar, bellez¨®n extraordinario. Anna Kournikova mostr¨® ayer en Le¨®n sus dos perfiles como tenista y mujer. Ella se afana en ser tenista, pero los resultados la abandonaron hace tiempo. Lo que tampoco le importa demasiado porque su popularidad y su cuenta corriente crecen de manera inversamente proporcional a como disminuye su condici¨®n de tenista. Anna es feliz, coqueta y sabe c¨®mo levantar pasiones. Pero vive en una extra?a paradoja. Las tenistas, quiz¨¢ por envidia, la consideran ya una modelo que eventualmente juega al tenis, mientras que en el glamouroso mundo de la pasarela la tildan de intrusa. Algo as¨ª como lo que le ocurre a Michael Jackson, que no es blanco ni negro si no todo lo contrario.
Kournikova se afana en afirmar su condici¨®n de tenista, a pesar de que habite en las catacumbas de los rankings. Ahora mismo ocupa el puesto n¨²mero 310 porque desde mayo no juega un partido oficial. Ha tenido serios problemas de espalda y hace unas semanas se rumore¨® su definitiva retirada pero anuncia que volver¨¢ al circuito. Sabe que su mejor pasarela son las canchas de tenis, donde acapara flashes como ninguna otra jugadora, y eso propicia los r¨ªos de contratos que le llegan para anunciar multitud de objetos. Por eso seguir¨¢, para poner el morbo los d¨ªas previos a todos y cada uno de los torneos en que juegue y protagonizar las primeras derrotas. As¨ª es su feliz existencia.