Miguel halla la redenci¨®n del gol
Se estren¨® en Liga con el Legan¨¦s en un curso que iba camino del fiasco hasta el relevo de banquillo. Garitano cuenta con ¨¦l. Su salida de Pucela ha marcado su campa?a.


Naci¨® con dudas. Aquel era un gol que parec¨ªa abocado al olvido del VAR. A la condena de no existir pese a que su autor, Miguel de la Fuente, lo hab¨ªa celebrado con especial fruici¨®n. Como si no hubiera ma?ana. Quiz¨¢ porque Garitano ha ense?ado a su plantilla a ejercer de profetas del aqu¨ª y ahora. Sin m¨¢s futuro que el hoy. Pero finalmente Iglesias Villanueva se?al¨® el punto de penalti y concedi¨® el tanto del empate del Legan¨¦s ante el Espanyol. El gol luego no vali¨® de mucho porque los pericos remontaron para hacer el 2-1. Sucede, que para su autor, para Miguel de la Fuente, s¨ª que sirvi¨®. Y mucho.
Fue el primero que hac¨ªa en Liga despu¨¦s de que, hasta ahora, s¨®lo se hubiera podido estrenar en Copa y ante el modesto Socu¨¦llamos. ?ste en el RCDE Stadium fue, sin embargo, un tanto redentor en una temporada que, para este chico de Valladolid comenz¨® agitada hasta el extremo fruto de sus circunstancias. En verano, Miguel decidi¨® que quer¨ªa irse del Pucela (su contrato termina el 30 de junio) activando una cl¨¢usula por la que, seg¨²n su interpretaci¨®n, era libre de irse a cualquier equipo cedido que le igualara o superara el sueldo si en el curso no hab¨ªa disputado un n¨²mero de partidos como titular.
El Valladolid no entend¨ªa igual esa cl¨¢usula del contrato y trat¨® de frenar una salida que, finalmente, se produjo previo laudo de la RFEF, que dio la raz¨®n al chico y al Legan¨¦s, el club que se ofreci¨® a que se marchara por la v¨ªa de esa infrecuente cesi¨®n sin el permiso del conjunto de origen. La operaci¨®n no fue inmediata. Se cerr¨® con el fin del mercado oteando en el horizonte y cuatro delanteros ya en la plantilla pepinera: Borja Bast¨®n, Sabin Merino, Juan Mu?oz y Michael Santos. Miguel lleg¨® para ser el quinto. Literal.
Porque para Jos¨¦ Luis Mart¨ª era eso, el ¨²ltimo ariete. Lo demostr¨® con sus escasas apariciones sobre el c¨¦sped. Y eso que el mallorqu¨ªn alineaba siempre dos arietes. Pese a ello, las apariciones de Miguel eran anecd¨®ticas. Incluso Arn¨¢iz lo adelant¨® como si fuera un delantero m¨¢s. Panorama complejo ante el que, adem¨¢s, no hab¨ªa plan B. Miguel, en invierno, no pod¨ªa salir debido a c¨®mo se produjo su llegada a Butarque. Tocaba esperar.
Una paciencia que acab¨® con recompensa de rebote. El cambio de banquillo le favoreci¨® y, donde antes apenas ten¨ªa minutos, pas¨® a convertirse en uno m¨¢s de las rotaciones pepineras en ataque. Bajo el mando de Garitano, el chaval (tiene s¨®lo 21 a?os), empez¨® a ser titular (con Mart¨ª no se hab¨ªa estrenado de inicio) hasta disputar cuatro partidos de inicio. El de Cornell¨¢ fue el ¨²ltimo de ellos.
Contra el Espanyol adelant¨® a Sabin Merino, pichichi del equipo, en la sustituci¨®n de Borja Bast¨®n que, sancionado, no estuvo ante los pericos. Miguel, fiel a su estilo de juego f¨ªsico, ofreci¨® el trabajo que gusta a Garitano de presi¨®n en salida hasta que tuvo la ocasi¨®n de su gol, un remate de Arn¨¢iz que acab¨® suelto en el ¨¢rea previo rechace de David L¨®pez. Ese toque del capit¨¢n del Espanyol invalid¨® la posici¨®n ilegal de R¨®ber Ib¨¢?ez y permiti¨® a Miguel fusilar a Diego L¨®pez para estrenarse en eso de festejar goles como si no hubiera ma?ana.
¡°Obviamente es tiempo trabajando. Esperando este momento. Para que llegue el gol. Y ha llegado. Estoy contento por eso, pero es una pena que no haya servido al equipo para conseguir puntos, que al fin y al cabo es lo que importa. As¨ª que, por eso, [estoy] muy jodido¡±, coment¨® tras el choque en Cornell¨¢ para los medios del club en una declaraci¨®n que escond¨ªa la impotencia del que ve que sus logros personales no acaban en logros colectivos.