Griezmann salva

Cuando est¨¢ en el banquillo, un jugador no existe. S¨®lo mira, y se destroza las u?as, a mano por parte, esperando otra mirada, la de su entrenador moviendo el cuello. Calienta que sales. Fue justo en el descanso cuando Simeone mir¨® a Correa y el partido cambiar¨ªa para siempre aunque, hasta el final, el Atleti no lograr¨ªa llevarlo al marcador. Porque cost¨® el Granada de Los C¨¢rmenes, cost¨® much¨ªsimo. Un mismo viento empujaba las piernas de los dos equipos: ven¨ªa del Pizju¨¢n, del empate Sevilla-Lega, rivales de ambos. Si el Atleti ganaba, recortar¨ªa al primero. Si lo hac¨ªa el Granada seguir¨ªa en descenso pero algo menos.

El primero en mandar ser¨ªa el Atleti. Pronto tuvo Carrasco una ocasi¨®n, pero remat¨® de cabeza como un ni?o golpea un globo no como un delantero un bal¨®n. No lo es, de hecho, aunque ayer ah¨ª jugara. Los chispazos del belga en esos minutos anunciaban fuego: si aquella primera se hab¨ªa ido fuera, la siguiente se ir¨ªa a la red, pero la anul¨® el ¨¢rbitro por fuera de juego. Justo despu¨¦s, el Granada sac¨® la cabeza: en su casa es otro, doctor Jekyll, y juega siempre con el ment¨®n bien alto.

Intenso y de ida y vuelta el partido ya, el Granada hab¨ªa logrado convertir cada salida de bal¨®n en una tortura. Solo Filipe parec¨ªa vacunado. Y lo demostr¨® con un slalom que podr¨ªa haber firmado Messi. Cogi¨® el bal¨®n en su ¨¢rea y, en diagonal, corri¨® a la contraria esquivando rivales como Nathan Drake en el Uncharted. Ninguno lograba alcanzarlo. Todos superados por su quiebro de cintura, por su endiablada velocidad. No pudo Uche frenarle ni tampoco tumbarle aquel que se lanz¨® al suelo, desesperado, para robarle la pelota y Filipe, intacto, lleg¨® al ¨¢rea de Ochoa y busc¨® a Thomas y ¨¦ste a Carrasco y aqu¨ª muri¨® todo. Fue lo mejor del Atleti en la primera parte.

Porque estaba mejor el Granada, sostenido por Ingason atr¨¢s, Uche en el centro y H¨¦ctor en la banda, inabordable para Juanfran. Una superioridad que Wakaso casi convierte en gol con un bal¨®n a la escuadra de Oblak que se envenen¨® en el aire. Ahora el fuego era nazar¨ª.

En la jugada siguiente, el ¨¢rbitro castigaba con fuera de juego un remate de Griezmann. No lo parec¨ªa. Y si lo era, fue por mil¨ªmetros. Mil¨ªmetros. Eso precisamente le falt¨® a ese bal¨®n que el franc¨¦s pein¨® hacia atr¨¢s y se fue besando el palo antes de que el ¨¢rbitro pitara el descanso.

Entonces Simeone sac¨® a Correa y en el primer bal¨®n ya se not¨® que el Atleti era otro. Lo confirm¨® Carrasco en la primera jugada pero su disparo se top¨® con Ochoa. Y despu¨¦s tendr¨ªa otra Grizi y, m¨¢s tarde, de nuevo Carrasco. El Atleti ten¨ªa la llave del partido y hab¨ªa encerrado al Granada en su ¨¢rea. Si Correa le hab¨ªa dado el colmillo que le faltaba, Simeone quiso espesar el centro: quitar¨ªa a Gait¨¢n para colocar a Gim¨¦nez all¨ª, puro hormig¨®n. Pero no funcion¨®. El partido volvi¨® a lo de antes: intercambio de golpes, aunque ninguno dejaba moretones. Y el reloj se iba al 90¡¯. Y el 0-0 a ninguno val¨ªa.

Entonces, de nuevo, otro disparo de Carrasco se topar¨ªa con Ochoa, que sacar¨ªa una mano por bajo para repeler ese disparo que ol¨ªa a red. No ser¨ªa un bal¨®n del belga, sin embargo, el que la tocar¨ªa sino de Grizi, tras un centro perfecto de Koke y un cabezazo impecable. Seguro que Carrasco tom¨® nota. El franc¨¦s se lanz¨® en plancha, gir¨® el cuello e hizo el gol para afianzar lo que se quiere: el Atleti hoy amanece m¨¢s cerca del Sevilla. Y las u?as de una de las manos de Correa, por cierto, intactas.

Sigue la narraci¨®n del partido de la Jornada 28 de LaLiga Santander entre: Sporting-Granada