LEVANTE 0 - REAL MADRID 5
El Real Madrid y Cristiano llegan como un tiro al Cl¨¢sico
El portugu¨¦s marc¨® dos y lleva 15 goles en esta Liga. Otra actuaci¨®n de estelar de Isco con tanto incluido. Tambi¨¦n marcaron Chicharito, al que le hicieron un penalti, y James.

El Real Madrid gana muchos partidos cada temporada gracias al destello de una o de varias de sus brillant¨ªsimas estrellas. Son triunfos apreciables, pero sin el m¨¦rito grupal que se le supone a un equipo de f¨²tbol. Son victorias basadas en la simple superioridad armament¨ªstica. El prodigio llega cuando un equipo plagado de extraordinarias individualidades consigue un triunfo colectivo. Conseguir que los egos se coordinen y que los talentos se muevan al comp¨¢s de la misma m¨²sica es una haza?a mayor que un 0-5. Eso, precisamente, logr¨® el Madrid ante el Levante: jugar bien, del uno al once.
La autor¨ªa de los goles (doblete de Cristiano, Chicharito, James e Isco) nos sirve para definir el perfil del Madrid que pas¨® por el Ciutat de Valencia. Con Isco y Chicharito de titulares, nos encontramos con un equipo m¨¢s efervescente y menos previsible, probablemente m¨¢s genial. Bale y Benzema son dos futbolistas imponentes, pero hacen al equipo m¨¢s militar, m¨¢s parecido a un ej¨¦rcito de replicantes. Es buena noticia se?alar que el Madrid puede utilizar varios trajes, siempre de etiqueta.
En el repaso del encuentro hay que decir que el primer error del Levante (hab¨ªa tantos por cometer) fue no enfriar el partido. Quiso jugar a lo que juega el Madrid, y tal cosa no es posible. Quien sea humano, y desee competir contra un equipo tan grande, tiene que inventarse otro deporte, otro juego, debe aburrir al gigante, negarle la diversi¨®n. No hay otra escapatoria. Lo ten¨ªa que haber sabido el Levante: plante¨® un concurso de carreras y las perdi¨® todas.
Con espacios, el Madrid se relami¨® desde el inicio. En los tres primeros minutos, Cristiano ya hab¨ªa disparado dos veces en posici¨®n de ventaja. A los once, Chicharito fue derribado dentro del ¨¢rea, con claridad. El penalti fue tan estrepitoso como las protestas de Juanfran, que pidi¨® clemencia con argumentos desgarradores: ¡°?Se?or ¨¢rbitro, no fue asesinato¡ pregunte al muerto!¡±. Se confirma que la supuesta madurez que proporciona la edad es en realidad lentitud. Juanfran cumpli¨® 38 a?os el pasado julio.
Cristiano adelant¨® al Madrid y a Mari?o le qued¨® el m¨ªnimo consuelo de rozar el bal¨®n. El Levante se ech¨® atr¨¢s de manera espont¨¢nea y lleg¨® a una conclusi¨®n muy primitiva: se vive m¨¢s seguro dentro de la cueva. Sin embargo, no es esa la naturaleza de muchos de sus jugadores (Morales, Rub¨¦n, Gavil¨¢n¡), obligados a encontrar cuanto antes un punto intermedio entre la realizaci¨®n personal y la supervivencia.
El segundo gol lo marc¨® Chicharito de cabeza. El pase de James era tan bueno que lo hubieran cabeceado en Sleepy Hollow. Es asombroso lo del colombiano. Se est¨¢ convirtiendo en un centrocampista de una sobriedad germ¨¢nica: preciso, serio y sacrificado. Cada vez es m¨¢s constante y ocupa m¨¢s campo. Estamos asistiendo la transformaci¨®n de James en Hans. Llegar¨¢ el d¨ªa en que para distinguirlo de Kroos habr¨¢ que observar su reacci¨®n ante un vallenato. Su partido fue prusiano, pero su gol colombiano. James se?al¨® su desmarque a Kroos (se entienden alem¨¢n), control¨® con el pecho y vole¨® con la zurda. Hermoso sobre una cama, sublime sobre la hierba.
El tercero lo firm¨® Cristiano para recalcar que su cuerpo es un prototipo del futuro (por cierto: quince goles en ocho jornadas). El quinto lo hizo Isco con un derechazo impactado desde interior de su bota diestra. Fue la guinda a un gran partido del malague?o, un esp¨ªritu libre que necesita m¨¢s minutos y ninguna cadena.
Todos los madridistas destacaron, con excepci¨®n de Casillas, que no tuvo trabajo, y de Nacho, al que conviene penalizar por un exceso de confianza dentro del ¨¢rea. Son an¨¦cdotas que no alteran el valor de un gran equipo, esta vez m¨¢s grande y m¨¢s equipo que nunca.
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