Saben lo que deben hacer pero no c¨®mo hacerlo

Lo de menos es el resultado, est¨¢ claro. Perder, aunque sea en Eibar, no importa, en estos partidos de pretemporada, para el Racing. Lo de m¨¢s es que volvi¨® a quedar claro, ante un equipo modesto (que ya no es aquel Eibar que mord¨ªa y jugaba al patad¨®n, por cierto, y es que tambi¨¦n a Ipur¨²a ha llegado, con mesura, la fiebre del tiqui-taca) que los jugadores racinguistas saben perfectamente lo que les pide su entrenador, pero, tambi¨¦n, que no saben c¨®mo hacerlo. Est¨¢n bien situados, tienen buenos principios, parecen hasta buenos chicos, pero no llegan al nivel que se necesita para que ese f¨²tbol sea efectivo.

Les falta velocidad, agresividad, profundidad, descaro y gol. Unos defectos se pueden achacar a la falta de calidad de una plantilla que est¨¢ cogida con hilvanes, pero otros, sobre todo la agresividad y el descaro dependen de la actitud. Ayer, esta vez con buen c¨¦sped, se pudo o¨ªr c¨®mo el entrenador ten¨ªa que arengar a sus jugadores, especialmente a Luque, Jairo y Bautista, para que encararan. Hay muchos, demasiados, que se han apuntado a la cofrad¨ªa de 'un pase m¨¢s'. Olvidan que all¨¢, al fondo, hay una porter¨ªa. Solo Assulin y Docal, en lo individual, se la juegan. Y Long¨¢s, a su estilo, tambi¨¦n: si puede levantar la cabeza busca el pase en profundidad.

Alarma. El partido empez¨® con una p¨¦sima noticia: Rochela se tuvo que retirar con lo que tiene toda la pinta de ser una rotura fibrilar en el aductor de su pierna derecha. A partir de ese momento, Yuste y De la Hoz, dos pivotes, jugaron de centrales. Lo que faltaba para el duro. L¨®gico que al final del partido Unzu¨¦ ya elevara a tres el n¨²mero de centrales que necesita.

El primer cuarto de hora fue m¨¢s de lo mismo. Lo de Noja, Torrelavega y Castro. El Racing intentando salir, poco a poco, de la cueva sin conseguirlo. Los azulgranas, sin la agresividad de la Gimn¨¢stica, por ejemplo, tambi¨¦n acababa por robar. Mediado el primer tiempo, sin embargo, el equipo local empez¨® a bajar el pist¨®n y los de Unzu¨¦ encontraron v¨ªas para llegar al ¨¢rea. No remataban mucho, pero tuvieron ocasiones. El gol, no obstante, fue armero y destap¨® otra v¨ªa de agua: la alarmante lentitud con la que el Racing se repliega.

En la segunda parte, con Assulin a otro ritmo, el Racing amag¨® m¨¢s que dio. El Eibar solo dio. El gol de la victoria.

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