Honra sin barcos

"Esta Liga merece dos campeones". Lo dijo Iv¨¢n Helguera el viernes y a fe que tiene raz¨®n. El t¨ªtulo ha sido para el Madrid, un triunfo que por s¨ª mismo engrandece a la instituci¨®n pero que tiene un valor a?adido por la naturaleza del rival con el se ha tenido que batir el cobre.
Motivos tiene la Real para celebrar el subcampeonato. Cierto que s¨®lo ha tenido que centrarse en una competici¨®n, pero su campa?a ha sido impecable. Gran parte de culpa la tiene Denoueix, un t¨¦cnico que levant¨® much¨ªsimas dudas a su llegada a San Sebasti¨¢n. Asc¨¦tico y parco, el franc¨¦s recogi¨® en julio a un equipo coquet¨®n con el descenso y lo ha llevado a las puertas de la gloria.
Con apenas tres fichajes, Schurrer, Boris y Karpin, Denoueix ha exprimido las virtudes de los hasta entonces desanimados jugadores para formar un gran equipo de f¨²tbol que ha sido el l¨ªder nada menos que 22 jornadas. ?l redimension¨® a Westerveld para acabar con las sospechas de un portero extranjero en Zubieta. ?l defini¨® a Xabi Alonso para confirmarle como uno de los mejores medios centro de nuestra Liga. ?l recuper¨® al gran De Pedro para convertirlo en el mejor asistente del campeonato. ?l ubic¨® a Nihat en un puesto que le ha reportado al equipo 22 goles. ?l sac¨® a Kovacevic del letargo para devolverle la condici¨®n de gran delantero centro.
El otro gran protagonista es el que, contra muchas voluntades, confi¨® el banquillo a Denoueix. Dos a?os y medio despu¨¦s de su llegada a la presidencia, Jos¨¦ Luis Astiazar¨¢n ha llevado a la Real a un sitio poco pensado hace apenas cinco a?os. En la l¨ªnea de los nuevos dirigentes, Astiazar¨¢n ha roto con tab¨²es ?como fichar al asturiano Boris- para introducir al club en la era moderna y para ser campe¨®n. La pega es que el emperador blanquiazul mand¨® a su equipo a jugar al f¨²tbol, no a luchar contra los gal¨¢cticos.