El coraz¨®n del campe¨®n
Los Raptors sobreviven a dos pr¨®rrogas en un partido ¨¦pico, lleno de pol¨¦mica y tremendas jugadas clutch. El s¨¦ptimo asalto decidir¨¢ una serie para la historia.


Ya lo dijo Rudy Tomjanovich en una frase para la historia: nunca subestimes el coraz¨®n de un campe¨®n. Y no es que los Celtics lo hayan hecho, pero el coraz¨®n del campe¨®n al que se enfrentaban era demasiado grande como para que lo pudieran batir tan f¨¢cilmente. Y f¨¢cil, desde luego, no va a ser para ninguno de los dos equipos, que brindaron una batalla ¨¦pica y absolutamente incre¨ªble que tuvo grandes jugadas clutch, recuperaciones milagrosas, revisiones constantes y casi tres horas y media de partido con dos pr¨®rrogas incluidas. Y pol¨¦mica, much¨ªsima pol¨¦mica con decisiones arbitrales cuestionables y momentos en los que se inclin¨® la balanza, casi siempre, en contra de unos Celtics que tuvieron muy cerca sus terceras finales del Este en cuatro a?os pero que tendr¨¢n que esperar para jugar la serie (si es que la juegan) ante unos Heat que esperan sentados y se frotan las manos mientras ven c¨®mo su futuro rival, sea quien sea, sigue acumulando minutos y cansancio para otra eliminatoria que promete.
Pocos pensaba que vivir¨ªamos un espect¨¢culo semejante tras el cl¨ªnic que los Celtics dieron en el quinto asalto. Tambi¨¦n despu¨¦s de una primera parte de dominio (que no sentencia) verde e inoperancia ofensiva de unos Raptors que no anotaban ni queriendo. Despertaron en el tercer cuarto a base de triples, con dos de un Marc Gasol que hab¨ªa fallado los 11 anteriores que hab¨ªa intentado en la serie y est¨¢ siendo una sombra del hombre que lideraba a los Grizzlies en pista. El acrecentado entusiasmo de los canadienses no arredr¨® a unos Celtics que se mantuvieron en el partido y siguieron apretando, consiguiendo igualar las tornas y llevando la noche a lo que parec¨ªa su destino asegurado: un final de infarto. Ah¨ª d¨®nde las mu?ecas tiemblan se iba a jugar una eliminatoria que Boston pod¨ªa sentenciar y a la que Toronto se pod¨ªa agarrar, sobreviviendo a lo indecible y consiguiendo forzar un s¨¦ptimo partido de manera tan inopinada (si nos basamos en todo lo que pas¨® antes del triple de Anunoby) como merecida (por el tes¨®n y la resiliencia mostrada). La resistencia de los canadienses est¨¢ siendo digna de elogio, llevando hasta el ¨²ltimo suspiro las series en el a?o I post Kawhi, en el que han seguido siendo tan competitivos (o m¨¢s) como anta?o y han demostrado ser capaces de ganar a cualquiera por malas que sean las adversidades. Incluidos los Celtics.
Y lo hicieron, pero no sin pol¨¦mica. Demasiada, pensar¨¢n algunos, sobre todo los aficionados de unos Celtics que vieron con pesar como Tatum no concretaba en un pase que parec¨ªa ir dirigido a un Nick Nurse que se hab¨ªa colocado en la banda de manera demasiado sospechosa. Con Toronto por delante, Theis (18+7) empat¨® el partido a 98 con 2 minutos por jugarse. Lo hizo a pase de un Smart que hizo de todo menos meter el triple que forzar¨ªa la tercera pr¨®rroga (luego hablaremos de eso) y que finaliz¨® con un triple-doble, el segundo de su carrera (23+11+10). El marcador no se movi¨® en el resto del tiempo reglamentario, aunque bien podr¨ªa haberlo hecho si los ¨¢rbitros hubieran visto (o querido ver) un hachazo de VanVleet a un Kemba negado hoy de cara al aro (5 puntos con 2 de 11 en tiros y 1 de 6 en triples) que se llevaba las manos a la cabeza sin creerse lo que estaba pasando. El rebote lo atrap¨® Anunoby y Smart (siempre Smart) fue a por ¨¦l forzando un salto entre dos se?alado por un ¨¢rbitro mientras otro conced¨ªa tiempo muerto. Prevaleci¨® lo segundo a pesar de las protestas y de que las im¨¢genes revelaran que Lowry lo solicit¨® antes de que el bal¨®n llegara a su compa?ero. Todo, mientras Stevens se preguntaba si pod¨ªa pedir la revisi¨®n por la falta a Kemba. Ya saben la respuesta.
Pr¨®rroga, m¨¢s pr¨®rroga y m¨¢s pol¨¦mica
Los Raptors no concretaron a pesar de tener dos intentos (en el primero se?alaron a Tatum una falta inexistente sin estar los Celtics en el bonus) y el partido e vio abocado a la pr¨®rroga. La primera, con m¨¢s errores que aciertos, finaliz¨® con empate a 106. Pero en la segunda todo volvi¨® a implosionar: Theis atrapaba un rebote ofensivo debajo de la canasta y sacaba la falta, pero los jugadores de los Raptors, muy encima de los ¨¢rbitros durante todo el partido, pidieron r¨¢pidamente revisi¨®n. Y como la falta la hab¨ªan pitado arriba, donde el defensor toca bal¨®n, obvian que abajo le dan dos palos y conceden un salto entre dos que gana Toronto, salv¨¢ndose de la posibilidad de quedarse cuatro abajo con tres minutos para la conclusi¨®n. A partir de ah¨ª, la locura: Powell (23 puntos) empataba desde la personal, Theis volv¨ªa a machacar tras pase de Smart y Siakam volv¨ªa a igualar acertando en suspensi¨®n y compensando su bochornosa actuaci¨®n en el tiro (5 de 19, con 0 de 5 en triples).
Las hostilidades no pararon: triple de Smart, respuesta de Powell; mate de Theis, triple de Anunoby. El 2+1 de Powell, muy celebrado, daba cuatro de ventaja a los Raptors a cuarenta segundos del final y a la canasta de Tatum (partidazo, 29+14+9+2+2) respondi¨® un Lowry que aguant¨® con 5 faltas, disput¨® 53 extenuantes minutos y se fue a 33+8+6, sabiendo sacar de quicio a sus rivales (ese dedo metido en la mu?equera de Tatum) y tirando de experiencia y sabidur¨ªa para no meterse en la tangana final y llevarse a sus compa?eros. Esto fue tras la ¨²ltima dosis de pol¨¦mica, con otro triple de Tatum y dos tiros libres de Powell que sentenciaron un partido que Smart intent¨® empatar desde el triple. Y en la defensa, a 0,5 para el final y con un tiempo muerto de Nurse que desat¨® las iras de un Lowry que no lo entendi¨®, Marc Gasol tir¨® a Smart. En la repetici¨®n se puede observar el empuj¨®n con las dos manos, y el base, que hab¨ªa cuajado un partidazo sin premio, se re¨ªa ir¨®nicamente en el suelo para luego encararse con VanVleet mientras Nurse intentaba poner paz en la guerra haci¨¦ndose el bueno tras pasarse medio partido (y eliminatoria) protestanto en demas¨ªa en contraste con un Stevens demasiado parado en comparaci¨®n. La virtud est¨¢ en el punto medio, que dir¨ªan algunos. Y ninguno de estos dos la tiene.
Si miramos el global de la eliminatoria, los Celtics han sido mejores. Ganaron los dos primeros partidos con cierta autoridad, ten¨ªan el tercero en el bolsillo hasta el triple de Anunoby y ni en el cuarto, el que peor jugaron, se separaron en el marcador ni desconectaron del todo. Su fortaleza mental est¨¢ fuera de toda duda, al igual que la de sus rivales, y su bloque sigue siendo compacto (hoy Brown ha vuelto a ser el mejor de los suyos con 31+16) y parecen tener m¨¢s argumentos para cerrar los partidos que los canadienses, que solo pueden recurrir a Lowry para paliar los nervios de Siakam, aunque han encontrado en Powell a un buen microondas y a un Ibaka que aporta mucho y muy f¨¢cil desde el banquillo (13 puntos en 21 minutos por solo 15 de Marc). Las dos mejores palabras del deporte tendr¨¢n lugar (game seven) y de poco valen ya las lamentaciones o unas pol¨¦micas que no llevan a ning¨²n sitio ni han llevado nunca. Al final, la gente se acuerda del ganador y sino que se lo digan a esos Kings que cayeron en las finales del Oeste en 2002. Y aunque los Celtics hayan sido superiores (los Kings tambi¨¦n lo fueron), tendr¨¢n que ganar el s¨¦ptimo para llevarse la serie o, a la larga, nadie se acordar¨¢ de ellos. Los Raptors siguen vivos. Y siguen siendo los campeones. Y, ya se sabe, no hay que subestimar el coraz¨®n de un campe¨®n.