La mayor paliza de siempre del Madrid en la pista del Maccabi
Los blancos, que llegaron a ganar por 30 (48-78), destrozaron la resistencia local en el segundo cuarto. Ay¨®n, descomunal. Carroll anot¨® 14 puntos seguidos en cinco minutos.


Hubo un tiempo no muy lejano en el que el Maccabi era la envidia de la Europa de la canasta. Ganaba y jugaba de maravilla, cada partido era un gran espect¨¢culo. Un campe¨®n deslumbrante que levant¨® dos Euroligas seguidas en 2004 y 2005 con Jasikevicius, Anthony Parker y Vujcic a los mandos. De esa fiebre amarilla solo quedan los trofeos en las vitrinas y las ganas de vencer de su hinchada, siempre ah¨ª, detr¨¢s de los suyos, aunque a veces, como este jueves, provoquen aflicci¨®n. Aquel Maccabi majestuoso es hoy este Madrid. Y quiz¨¢ este Maccabi sea a ratos aquel Madrid. Los blancos salieron aplaudidos del barrio de Yad Eliyahu, como en los setenta lo hicieron Corbal¨¢n, Brabender y compa?¨ªa, cuando nac¨ªa una rivalidad ya hist¨®rica. El duelo m¨¢s repetido entre la vieja Copa de Europa y la nueva Euroliga: 57 batallas y 34-23 para el Real.
Hay veces que el marcador no refleja lo que transmite la acci¨®n. Pas¨® cuando el Maccabi a¨²n mandaba (15-12). El resultado dec¨ªa una cosa y las sensaciones otra. El plan de partido de Laso era bueno, ten¨ªa pinta de funcionar. Lo iba a hacer. Daba igual que entre Causeur y Taylor fallaran seis triples en el primer cuarto, daba tambi¨¦n lo mismo que las p¨¦rdidas (siete en acto y medio) fueran m¨¢s elevadas de lo habitual, ni siquiera condicionar¨ªa el desenlace el buen arranque de O¡¯Bryant ante Tavares. Spahija hab¨ªa apostado por dos interiores con manita para castigar al gigante, a cambi¨® volc¨® demasiado el juego en O¡¯ Bryant y sus tiradores naufragaron (1 de 14 de tres al descanso, 6 de 29 al cierre). El dedo roto de Wilbekin y la baja de Tarik Black tampoco ayudaron.
El Madrid estaba bien plantado: s¨®lido, seguro... y pronto abri¨® la caja de los truenos que destruy¨® a su eterno adversario. La entrada de Ay¨®n asent¨® la defensa y dinamiz¨® el ataque, qu¨¦ visi¨®n de juego desde el poste. En 12 minutos, hasta el descanso, agrup¨® 7 puntos, 9 rebotes, 3 asistencias y 21 de valoraci¨®n. Al final, 12 tantos y 12 capturas para 27 de valoraci¨®n.
El Tit¨¢n provoc¨® el oleaje que aneg¨® la estructura local mientras Carroll surfeaba en la cresta de la ola: 14 puntos consecutivos (cuatro triples y una canasta asistida por el mexicano) en menos de cinco minutos. Una nueva exhibici¨®n de Boom Boom, el mejor triplista universitario de este siglo. Y parcial grosero para el orgullo del Maccabi: 0-16. Si retrocedemos algo m¨¢s: 2-21 y 6-29 para pasar del 15-12 al 21-41. Buena labor de Campazzo, Rudy, Reyes...
Triples, parciales y una diferencia hist¨®rica
El show deb¨ªa continuar en la reanudaci¨®n. Jarrearon triples (diez entre el segundo y el tercer cuarto) con Llull como punta de lanza (4 de 5 entonces y 14 tantos). Randolph tambi¨¦n andaba de fiesta (3 de 4) y Tavares ahora s¨ª era infranqueable (27 a 46 en rebotes). Sujet¨® bien a O¡¯Bryant y amarg¨® a Tyus. Descendi¨® del cielo otro parcial mazazo: 0-13.
La m¨¢xima toc¨® los 30 (48-78) y la diferencia definitiva qued¨® en solo 21 (66-87) tras un triple de Caloiaro para aliviar la verg¨¹enza, aunque no lo suficiente. Porque fue la victoria m¨¢s abultada de siempre del Madrid en Tel Aviv. La anterior, 95-114, databa de la temporada 1974-75. Ya ha llovido, casi tanto como la que le cay¨® este jueves encima al Maccabi.