El Madrid con Llull de vuelta toca la Final Four de la Euroliga
Carroll decidi¨® el tercer partido ante el Panathinaikos con 6 puntos en 20 segundos. Llull jug¨® casi 20 minutos y anot¨® 8 tantos, todos en el ¨²ltimo cuarto.


El WiZink Center, el Palacio de toda la vida, fue un mar de emociones, y en esas aguas plagadas de corrientes c¨¢lidas no es sencillo navegar. Gan¨® el Madrid, y lo hizo con Llull de vuelta 259 d¨ªas despu¨¦s de romperse la rodilla derecha. Apareci¨® ah¨ª en medio, de la nada, en el tercer asalto de una batalla tremenda y no desenton¨®, al contrario. Un regreso complicado, cualquier cosa menos testimonial en una situaci¨®n con muchas aristas cortantes.
Jug¨® 19:31 (9:36 en el ¨²ltimo cuarto, casi ¨ªntegro) y err¨® sus cinco primeros lanzamientos a canasta. Al ¨²ltimo acto llegaba en blanco, falto de tacto ofensivo, de ritmo, un pel¨ªn acelerado si quieren, pero muy pele¨®n atr¨¢s, con un gran nivel f¨ªsico. Estren¨® casillero tras una entrada por la derecha, adquiri¨® confianza, se jug¨® otro triple sin ¨¦xito y pese a ello mantuvo la determinaci¨®n. El Llull de siempre ya estaba aqu¨ª¡ Solt¨® dos latigazos en forma de triples muy bombeados que entraron limpios con su gestualidad caracter¨ªstica. Mano arriba y salt¨® hacia atr¨¢s para aterrizar a una pierna. Atronaba el ¡°Llull, Llull, Llull¡¡± y el base explot¨®, cl¨¢sica celebraci¨®n desatada en comuni¨®n con la grada.
Dos mandarinas en 50 segundos, la fruter¨ªa abre de nuevo justo a tiempo, cuando se reparten los t¨ªtulos. Ocho tantos con su sello en 2:10 y ventaja de siete para el Madrid: 70-63. Lo que parec¨ªa casi hecho no lo estaba, un colosal Nick Calathes (26 puntos, 19 en la segunda parte, y 4 de 9 en triples de un no tirador) abander¨® la reacci¨®n que igual¨® a 70. Le respaldaba Mike James (14). La tensi¨®n se agarraba al pecho.
El escenario
La dificultad de un escenario, sin embargo, no solo se mide por la oposici¨®n y el talento del adversario, sino por la densidad del ambiente. Y el Panathinaikos no tuvo de su lado la niebla del OAKA, esa bruma que lo espesa todo con un fondo musical de 18.000 gargantas empujando a los suyos, presionando a los ¨¢rbitros y al rival. Los de Pascual mostraron su arsenal, pero les falt¨® lo otro y les sobr¨® Llull y Carroll.
El Madrid no hall¨® r¨¢pido el camino (13-17), pero se sab¨ªa bien colocado (40-34 al descanso tras un matazo de Doncic), no al borde del precipicio a cada paso, como ocurri¨® en Atenas, donde la victoria en el segundo asalto fue una gesta.
Al final nada evit¨® el desenlace en el alambre, la angustia, pese a que el Real hab¨ªa mandado por 13 en el minuto 25: 50-37. Le¨ªa las debilidades de la presi¨®n exterior rival, anotaba cerca del aro (bien Ay¨®n), reboteaba y flu¨ªa la circulaci¨®n. Alguna p¨¦rdida de m¨¢s en pases interiores recort¨® su carrerilla. El PAO, adem¨¢s, no es de los que se entrega. Diez puntos consecutivos de Calathes pusieron en pie de un salto a los verdes.
Venci¨® el Madrid pese a esa amenaza gigante y toca la Final Four. A solo un triunfo y el pr¨®ximo partido tambi¨¦n en casa. El factor pista que rob¨® en el OAKA le puede dar la gloria. Y venci¨®, decimos, por su gran oficio, el de Felipe Reyes, y por la clase encestadora de Carroll. Primero firm¨® una penetraci¨®n por la derecha con tirito a tabla por encima de Calathes a 1:10 de la bocina y 20 segundos m¨¢s tarde un 3+1 con el base griego metido entre sus piernas. Otra vez azote de un equipo dirigido por Xavi Pascual, t¨¦cnico que quiso ficharle para el Bar?a all¨¢ por 2011. Hay playoff, pero manda el Madrid con Llull de corto ocho meses y medio despu¨¦s (8 puntos y 4 asistencias). O remata ya este viernes o tocar¨¢ quinto en un OAKA encorajinado. Imag¨ªnenselo.