EE UU, quinto t¨ªtulo mundial, a ocho puntos del r¨¦cord

En el minuto cinco y mecidos por la mano maestra de Milos Teodosic, los chicos de Serbia y de Sasha Djordjevic venc¨ªan con cierta comodidad a los Estados Unidos de Am¨¦rica y de Mike Krzyzewski. Pero en cinco minutos que le quedaban al primer cuarto, una noche nuclear cay¨® sobre la Serbia de Djordjevic, reducida a cenizas con un parcial de 15-0, de paso para 28-4. Esa secuencia devast¨®, liquid¨® y licu¨® la final de la Copa del Mundo espa?ola. Al fin, un 129-92 firm¨® el quinto t¨ªtulo mundial de la selecci¨®n estadounidense, a s¨®lo ocho puntos del r¨¦cord de un equipo campe¨®n (los 137 de EE UU en 1994, en Toronto). Se trata de la primera vez que el equipo nacional de EE UU conquista los cuatro t¨ªtulos consecutivos a trav¨¦s de dos Campeonatos Mundiales y dos Juegos Ol¨ªmpicos.

En esos cinco minutos fren¨¦ticos y finales del primer cuarto, EE UU galop¨® sobre Serbia, la selecci¨®n medalla de plata con diferencia favorable de 'm¨¢s 24 puntos'. En ese torbellino, entre los minutos cinco y diez, el base Kyrie Irving (Cleveland Cavaliers, Jugador M¨¢s Valioso de esta Copa del Mundo y del All Star 2014) desmantel¨® a los serbios con 15 tantos y 6/7 en tiros. Irving acabar¨ªa con 26 puntos. Harden, con 23. Ellos dos guiaron un pelot¨®n de ocho estadounidenses que anotaron diez o m¨¢s puntos. Con 18 puntos cada uno, Bjeli?a y Kalinic lideraron a Serbia.

El primer cuarto se cerr¨® con 35-21. Desde ah¨ª, los serbios dieron impresi¨®n de intentar evadirse en la musculosa oscuridad que les rodeaba: y eso pese al llenazo en el Palacio. Serbia s¨®lo quer¨ªa refugiarse o sumergirse en el pozo de esa oscuridad y escapar, con la medalla de plata al cuello, de la coheter¨ªa constante que lanzaba la flota de Krzyzewski. El descanso (67-41 para EE UU) lleg¨® como un piadoso refresco para los serbios, que a esas alturas s¨®lo quer¨ªan largarse cuanto antes para llegar intactos al podio. Eso, entre gritos de ¡®Orenga, dimisi¨®n¡­¡¯

El tercer cuarto iba a concluir con 105-67¡­ y presi¨®n a toda pista de EE UU, que husmeaba aquel r¨¦cord de 1994. Pese a los arabescos de Derrick Rose (¡®El Hijo de Dios¡¯, reza el tatuaje en la espalda de Rose; Curry tambi¨¦n se encomienda a Jesucristo...), la plusmarca no pod¨ªa llegar por obvia falta de tensi¨®n competitiva. Con el 129-92 del cierre, EE UU alz¨® su segundo t¨ªtulo mundial en el Palacio, 28 a?os despu¨¦s de 1986 y de David Robinson. S¨®lo cabe recordar que EE UU, con mejores jugadores a¨²n, gan¨® las dos ¨²ltimas finales ol¨ªmpicas por media de nueve puntos, a una Selecci¨®n que no estuvo en esta final: Espa?a, claro. Y ya est¨¢ (casi) todo dicho.