Rafael Devers y su inicio hist¨®ricamente malo con Boston Red Sox

Cuando Boston Red Sox le entreg¨® a Rafael Devers un contrato de 10 a?os y 313.5 millones en 2023, la idea era simple: construir el futuro del equipo alrededor de su bate y su presencia en la antesala. Sin embargo, lo que deb¨ªa ser una certeza se ha convertido en una pesadilla.

Devers se present¨® a los entrenamientos primaverales en Fort Myers con la seguridad de que la tercera base segu¨ªa siendo suya. Pero ni ¨¦l ni la directiva de los Red Sox esperaban la llegada del guante de oro Alex Bregman, quien, sin siquiera haber tomado un turno al bate con Boston, ya hab¨ªa desplazado a la superestrella dominicana de su posici¨®n.

La fractura en la relaci¨®n se hizo evidente desde el primer momento. Cuestionado sobre la posibilidad de aceptar un rol como bateador designado, Devers contest¨® de manera tajante: ¡°Que la tercera base era suya, pero al final har¨ªa lo que el equipo quisiera¡±

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Mientras Devers se recuperaba de una cirug¨ªa en el hombro derecho, los entrenadores le dieron cada vez m¨¢s tiempo de juego a Bregman y al prospecto Marcelo Mayer. Para cuando la pretemporada termin¨®, la decisi¨®n estaba tomada: Devers ser¨ªa bateador designado.

Alex Cora, con su tono caracter¨ªstico de diplomacia afilada, lo explic¨® as¨ª: ¡°Tuvimos conversaciones durante los entrenamientos de primavera, y Devers expres¨® abiertamente su opini¨®n. Tomamos una decisi¨®n. Alex jugar¨¢ tercera base y Raffy ser¨¢ el bateador designado. Todos estamos en el negocio del ¨¦xito, y Devers lo entiende. No tienes que estar de acuerdo, pero esto es lo que vamos a hacer para rendir al m¨¢ximo¡±.

N¨²meros de pesadilla

Los Red Sox arrancaron la temporada en Arlington contra Texas Rangers, y Devers fue alineado como segundo bate. Lo que sigui¨® fue una cat¨¢strofe estad¨ªstica digna de un museo de los horrores del beisbol.

• Jueves: 4-0 con tres ponches.
• Viernes: 4-0 con cuatro ponches.
• S¨¢bado: 4-0 con tres ponches (aunque forz¨® una base por bolas con casa llena).
• Domingo: 4-0 con dos rodados y dos ponches.
• Lunes en Baltimore: 3-0 con tres ponches y dos bases por bolas.

Despu¨¦s de cinco juegos, Rafael Devers est¨¢ 19-0 con 15 ponches y un mar de frustraci¨®n. A cada turno, su swing se ve¨ªa m¨¢s forzado. Parec¨ªa perseguir la bola en lugar de esperarla. Sus fallos acumulaban 34 swings perdidos, una estad¨ªstica que resuena con la contundencia de una alarma de incendios.

Boston Red Sox tampoco ha salido ileso de la crisis de su estrella. Con r¨¦cord de 1-4 y cuatro derrotas consecutivas, el equipo necesita que su segundo bate haga contacto con la bola y con la realidad. La paciencia en la MLB es limitada, incluso para jugadores con contratos monumentales.

A favor de Devers est¨¢ la historia. Su promedio de por vida es .278, y marzo/abril es tradicionalmente su segundo peor mes. Hay razones para creer que pronto comenzar¨¢ a batear.

Los Red Sox le pagaron para ser el rostro de la franquicia. Hoy, ese rostro refleja frustraci¨®n y desconcierto. Si Devers no endereza el rumbo pronto, lo que empez¨® como una simple reubicaci¨®n podr¨ªa convertirse en una fractura irreparable entre la estrella y el club.

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