Bellingham culmina su obra

Y Bellingham volvi¨®. Tal vez nunca se fue, pero s¨ª mengu¨®. Eso era evidente. Perdi¨® chispa, presencia y, sobre todo, gol. Ingrediente sorpresa que, meses despu¨¦s, sigue sorprendiendo. Qu¨¦ llegada, qu¨¦ pegada. Se fich¨® un centrocampista, pero aterriz¨® un goleador... hasta 2024, cuando el agua cal¨® la p¨®lvora. Bellingham entr¨® en barrena y el ¡®Hey Jude¡¯ torn¨® en ¡®Help!¡¯. Algo fallaba. Pero era cuesti¨®n de tiempo. Y fue en el Cl¨¢sico donde se reencontr¨® y culmin¨® su obra. Jaque mate al Bar?a. Su tarta particular est¨¢ servida pero, puesto a ambicionar, le quedar¨ªa bien una guinda: ser Pichichi de Primera. Seis partidos le separan de la gloria.

Su actuaci¨®n en el Cl¨¢sico fue una redenci¨®n en toda regla, culminada con el ¨¦xtasis de un gol en el descuento. Con ¨¦l, Jude se convirti¨® en el tercer jugador del Real Madrid que marca en sus dos primeras apariciones en un Cl¨¢sico ¨Cde Liga¨C en el Siglo XXI, tras Ronaldo Naz¨¢rio en 2003 (dos) y Van Nistelrooy en 2007 (tres). Pese a terminar absolutamente exhausto en M¨¢nchester, fue titular y disput¨® todo el partido. Fue el jugador del Madrid que m¨¢s remat¨® entre los tres palos (2), el que m¨¢s regate¨® (3), quien m¨¢s entradas acertadas hizo (4) y el tercero en pases ofensivos (17). Con 60 intervenciones, super¨® a hombres como Kroos (50) o Vinicius (44). Todo, para culminar con un 95,6% de acierto en pases, el segundo mejor dato del equipo (s¨®lo Kroos pudo mejorar ese espectacular registro, con un 97.6%).

Necesitaba una noche as¨ª

Bellingham, que este lunes ha recibido el premio Laureus, sali¨® del Bernab¨¦u plet¨®rico, abrazo por sus compa?eros, liderando la fiesta en el vestuario y disfrutando en redes sociales. ¡°Lucas V¨¢zquez, eres una jodida leyenda¡±, escrib¨ªa en su cuenta de X (antes Twitter). Sus compa?eros transmiten que nunca hab¨ªa perdido la sonrisa, pero era evidente que se le notaba la necesidad de una noche as¨ª. Volver a desatar el rugido del Bernab¨¦u, ir nadando a la banda entre el mar de jolgorio, abrir los brazos... y regresar al c¨ªrculo central mientras 80.000 personas cantan el ¡®Hey Jude¡¯. Un protocolo que ya es ceremonia en Chamart¨ªn. Y que no suced¨ªa desde el 10 de febrero, la noche frente al Girona (4-0). Donde se lesion¨®. Donde todo cambi¨®.

¡°Aquella lesi¨®n me fren¨® el ritmo (esguince de grado alto ante el Girona). Encaden¨¦ muchos partidos de baja y super¨¦ unas enormes molestias. Y cuando vuelvo, en Valencia, marco un golazo y me sancionan. Pues no s¨¦, tal vez s¨ª me ha afectado al ritmo competitivo, porque ven¨ªa de jugar siempre y, de golpe, paras¡±, reconoci¨® en el Etihad. Desde entonces, Bellingham ha atravesado un sendero de algunas baldosas amarillas, pero muchas anaranjadas. Curvo y empedrado. Su sequ¨ªa (s¨®lo tres goles en 2024, hasta el Cl¨¢sico) encendi¨® las alarmas. Pero lleg¨® el Barcelona... y volvi¨®. Tal y como sucedi¨® en Montju?c, fue su verdugo. Su peor pesadilla. Es pronto para sacar conclusiones tajantes, pero parece que le tiene tomada la medida.

¡®Objetivo Pichichi¡¯

A Bellingham le quedan seis partidos de Liga y tiene un deseo: ser Pichichi. Su reciente zurdazo le ha colocado como segundo en la carrera, autor de 17 goles. Pero en esta edici¨®n del galard¨®n, extraordinaria no s¨®lo por lo apretado, sino por los nombres poco ortodoxos que acarician la gloria, ¨¦l quiere sobresalir. Ahora mismo el l¨ªder es Dovbyk, que le saca uno (18 goles), pero tras el ingl¨¦s est¨¢n Budimir (16, pero se acaba de romper tres costillas, as¨ª que lo tiene dif¨ªcil), S?rloth (15) y Mayoral (15). Ellos son los grandes favoritos. El ingl¨¦s, con 21 en total, ambiciona con ganar el trofeo individual en su primer a?o. Si a Ancelotti le gusta el refranero, puede recomendarle uno: ¡®Llegar y besar el santo¡¯. Lo tiene a un palmo. Lo quiere. Bellingham, ha vuelto.