El Espanyol se lleva la Supercopa de Catalunya
Justo premio en un partido espantoso para un Espanyol que fue el ¨²nico equipo que se tom¨® en serio un torneo agonizante.
Un gol de Caicedo hizo justicia, no al partido, que fue infecto, sino al planteamiento con el que el Espanyol afront¨® una competici¨®n agonizante como es la Supercopa Catalana llev¨¢ndose un t¨ªtulo, que como pasa cada a?o debe de replantearse, cambiar de modelo, reinventarse o extinguirse para dejar de torturar al f¨²tbol. El t¨ªtulo lo acab¨® ganando el equipo que m¨¢s lo dese¨®, el que se la tom¨® m¨¢s en serio y el que m¨¢s respeto le guarda, el?Espanyol?
Bast¨® un pase clarividente de Reyes para que Caicedo se adentrara en el ¨¢rea, ante la pasividad de un Mathieu que pasaba por ah¨ª y una salida de Masip m¨¢s que timorata para que a los 9 minutos el tema estuviera visto para sentencia.
Los 81 minutos largos que tuvo que sufrir el p¨²blico a continuaci¨®n fueron tan infames que ni los contendientes se esforzaron en disimular que lo que pasaba en el c¨¦sped le importaba m¨ªnimamente a alguien.
A partir del gol del ecuatoriano se extendi¨® sobre el c¨¦sped la nada absoluta, una inanici¨®n futbol¨ªstica terror¨ªfica que afect¨® a los que defend¨ªan el resultado y a los que ten¨ªan que remontarlo por igual en una falta de tensi¨®n que llev¨® a los espectadores a abandonar el estadio de forma mayoritaria cuando faltaban 20 minutos para el tiempo reglamentario. Y eso que era una final que iba 1-0.
El Espanyol, resguardadito y sin verse agobiado supo controlar en todo momento un partido jugado al trote cochinero por un Bar?a en el que fichajes del tron¨ªo de Alc¨¢cer o Andr¨¦ Gomes ni tuvieron la verg¨¹enza de justificar su precio.