William Shatner y su viaje al espacio: ¡°Iba a ser una celebraci¨®n y me pareci¨® un funeral¡±

En octubre de 2021 se produjo un hecho anticipado en la ficci¨®n con el que su protagonista dif¨ªcilmente hab¨ªa podido ni so?ar. Y es que, William Shatner (91), famoso por interpretar al capit¨¢n James T. Kirk en Star Trek, fue parte de la tripulaci¨®n de la segunda misi¨®n de Blue Origin, la empresa estadounidense de transporte aeroespacial fundada en el a?o 2000 por Jeff Bezos, convirti¨¦ndose as¨ª en la persona de mayor edad lanzada al espacio.

Ahora, el canadiense acaba de publicar ¡®Boldly Go: Reflections on a Life of Awe and Wonder¡¯, donde, entre otras cosas, Shatner reflexiona sobre su viaje al espacio, que no fue exactamente lo que esperaba.

¡°Me encanta el misterio del universo. Me encantan todas las preguntas que nos han llegado a lo largo de miles de a?os de exploraci¨®n e hip¨®tesis. Estrellas que explotan hace a?os, su luz viajando hasta nosotros a?os despu¨¦s; agujeros negros que absorben energ¨ªa; sat¨¦lites que nos muestran galaxias enteras en zonas que se cre¨ªa carentes de materia por completo... todo eso me ha emocionado durante a?os... pero cuando mir¨¦ en la direcci¨®n opuesta, hacia el espacio, no hab¨ªa ning¨²n misterio, ning¨²n asombro majestuoso que contemplar... todo lo que vi fue muerte¡±, asegura en un extracto de su nuevo libro compartido en exclusiva por Variety.

¡°Vi un vac¨ªo fr¨ªo, oscuro y negro. Era diferente a cualquier negrura que se pueda ver o sentir en la Tierra. Era profunda, envolvente, que lo abarcaba todo. Me volv¨ª hacia la luz del hogar. Pude ver la curvatura de la Tierra, el beige del desierto, el blanco de las nubes y el azul del cielo. Era la vida. Vida que nutr¨ªa, que sosten¨ªa. La Madre Tierra. Gaia. Y yo la estaba abandonando. Todo lo que hab¨ªa pensado estaba mal. Todo lo que hab¨ªa esperado ver estaba equivocado¡±, a?ade.

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Y es que, a pesar de haber so?ado con ese momento, con la maravillosa experiencia de enfrentarse a los desconocido, el viaje al espacio no hizo sino estrechar todav¨ªa m¨¢s los lazos con la Tierra. ¡°Hab¨ªa pensado que ir al espacio ser¨ªa la catarsis definitiva de esa conexi¨®n que hab¨ªa estado buscando entre todos los seres vivos, que estar all¨ª arriba ser¨ªa el siguiente paso hermoso para entender la armon¨ªa del universo. En la pel¨ªcula ¡°Contact¡±, cuando el personaje de Jodie Foster va al espacio y mira al cielo, suelta un susurro asombrado: ¡°Deber¨ªan haber enviado a un poeta¡±. Yo tuve una experiencia diferente, porque descubr¨ª que la belleza no est¨¢ ah¨ª fuera, est¨¢ aqu¨ª abajo, con todos nosotros. Dejar eso atr¨¢s hizo que mi conexi¨®n con nuestro peque?o planeta fuera a¨²n m¨¢s profunda¡±, refleja en su libro el actor.

¡°Fue uno de los sentimientos de dolor m¨¢s fuertes con los que me he encontrado. El contraste entre la frialdad despiadada del espacio y la calidez de la Tierra me llen¨® de una tristeza abrumadora. Todos los d¨ªas nos enfrentamos a la noticia de una mayor destrucci¨®n de la Tierra a manos nuestras: la extinci¨®n de especies animales, de la flora y la fauna . . cosas que tardaron cinco mil millones de a?os en evolucionar y que, de repente, no volveremos a ver por culpa de la interferencia de la humanidad. Me llen¨® de temor. Se supon¨ªa que mi viaje al espacio iba a ser una celebraci¨®n; en cambio, me pareci¨® un funeral¡±, reflexiona el canadiense.

Un sentimiento m¨¢s habitual de lo que ¨¦l se imaginaba. ¡°M¨¢s tarde supe que no era el ¨²nico que ten¨ªa esta sensaci¨®n. Se llama ¡®Efecto Panorama¡¯ y no es raro entre los astronautas, como Yuri Gagarin, Michael Collins, Sally Ride y muchos otros. Esencialmente, cuando alguien viaja al espacio y ve la Tierra desde la ¨®rbita, la sensaci¨®n de fragilidad del planeta se apodera de ¨¦l de una manera inefable e instintiva. El autor Frank White acu?¨® el t¨¦rmino por primera vez en 1987: ¡°No hay fronteras o l¨ªmites en nuestro planeta, excepto los que creamos en nuestras mentes o a trav¨¦s de los comportamientos humanos. Todas las ideas y conceptos que nos dividen cuando estamos en la superficie comienzan a desvanecerse desde la ¨®rbita y la luna. El resultado es un cambio en la visi¨®n del mundo, y en la identidad¡±, indica Shatner.

¡°Puede cambiar la forma de ver el planeta, pero tambi¨¦n otras cosas como pa¨ªses, etnias, religiones; puede provocar una reevaluaci¨®n instant¨¢nea de nuestra armon¨ªa compartida y un cambio de enfoque hacia todas las cosas maravillosas que tenemos en com¨²n en lugar de lo que nos hace diferentes. Reforz¨® diez veces mi propia opini¨®n sobre el poder de nuestro bello y misterioso enredo humano colectivo, y finalmente, devolvi¨® un sentimiento de esperanza a mi coraz¨®n. En esta insignificancia que compartimos, tenemos un don que quiz¨¢s otras especies no tienen: somos conscientes, no s¨®lo de nuestra insignificancia, sino de la grandeza que nos rodea y que nos hace insignificantes. Eso nos permite quiz¨¢s una oportunidad de volver a dedicarnos a nuestro planeta, a los dem¨¢s, a la vida y al amor que nos rodea. Si aprovechamos esa oportunidad¡±, concluye el m¨ªtico actor.