Una psic¨®loga advierte del significado de tener ropa amontonada encima de la silla: ¡°La norma para el indeciso¡±
Las investigaciones de Cristina Salvatori y Emma Kenny ayudan a arrojar luz sobre esta manifestaci¨®n de desorden tan extendida.
El fantasma m¨¢s com¨²n de los hogares espa?oles no lleva cadenas ni atraviesa paredes, sino que se amontona en la silla del escritorio entre promesas que juran ayuda y nunca llegan. La silueta que se recorta sobre la silla plagada de ropa en la noche es la primera amenaza fantasmag¨®rica que sufre uno. Y lo cierto es que, independientemente del recorrido paranormal que tenga, s¨ª que debe asustarse uno por el significado que a la luz de la psicolog¨ªa ofrece semejante desorden.
La ropa encima de la silla es s¨ªntoma de procrastinaci¨®n y encaja a la perfecci¨®n en las explicaciones que la experta psic¨®loga Cristina Salvatori ofrece en su estudio ¡®Se non ora quando? Procrastinazione: origine e trattamento¡¯, publicado por la revista cient¨ªfica ¡®Cognitivismo Cl¨ªnico¡¯¡®. Seg¨²n su tesis, la mente agobiada percibe las actividades simples como obst¨¢culos que puede postergar, convirti¨¦ndose el desorden encima de la silla en una clara evidencia de acumulaci¨®n de pensamientos sin resolver.
¡°El arrepentimiento y la culpa son la norma para la indeciso¡±, expone en su investigaci¨®n, aludiendo a la normalizaci¨®n de pagar intereses por las deudas que uno asume en su d¨ªa a d¨ªa al procrastinar (en el caso de la silla, m¨¢s ropa). La procrastinaci¨®n, concluye, puede producirse como una manifestaci¨®n de ansiedad o estr¨¦s. Tambi¨¦n puede deberse a un agotamiento mental, que no pereza, lo que convertir¨ªa a la silla plagada de ropa en se?al de que debe reducirse el ritmo.
La ropa, representaci¨®n de lo intangible
De una forma u otra, el nexo entre la ropa y la mente est¨¢ ciertamente estudiado y comprobado. Durante los per¨ªodos de estr¨¦s o desequilibrio emocional se tiende a acumular m¨¢s objetos; esto choca con la ropa, que, tal y como afirma la psic¨®loga brit¨¢nica Emma Kenny, representa, m¨¢s all¨¢ de una prenda de vestir, la muestra tangible de un momento significativo: un regalo, un d¨ªa especial, un recuerdo bonito.
De los planteamientos de Kenny se deduce una tesis parecida a la de Salvatori: posponer ordenarlos supone que el individuo evita ponerse en contacto con emociones dif¨ªciles. Por supuesto que puede darse tambi¨¦n por pura comodidad, pero debe saber el lector que el fantasma de la silla, en muchas ocasiones, puede ser la manifestaci¨®n de uno mismo. Un espejo en la noche.
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