Una madre se inquieta al leer la carta de Pap¨¢ Noel de su hijo: ¡°Ante todo soy sincero, bro¡±

No cambian tanto las tradiciones como las personas que las viven y celebran. Pasan los a?os y vuelan desde las ventanas las hojas de los calendarios, pero cuando llega diciembre todos identifican, independientemente de su generaci¨®n, que la Navidad y el fr¨ªo est¨¢n a la vuelta de la esquina. Lo que var¨ªa es ¨²nicamente identificable en detalles tales como el repertorio con el que los ni?os buscan un aguinaldo o la carta que estos escriben a Pap¨¢ Noel y los Reyes Magos. En este ¨²ltimo caso se ve, adem¨¢s, el despliegue absoluto de nuevas formas comunicativas que, en ocasiones, despiertan la indignaci¨®n de los padres.

¡®Helena soy yo¡¯, reconocida tiktoker espa?ola, ha dado en el clavo y en el ¨²ltimo v¨ªdeo que ha difundido muestra, sumida en la desesperaci¨®n, la misiva que uno de sus reto?os ha escrito. ¡°Habemus cartas de Pap¨¢ Noel y os voy a leer una que no tiene desperdicio, que es terror¨ªfica; es esta de aqu¨ª, la ¨²nica que no tiene dibujito. Es de mi hijo Miguel, el mayor, nueve a?os¡±, dice, adelantando que emplea la palabra ¡®bro¡¯: ¡°Ser¨¢ que tienen confianza porque ya son nueve a?os de relaci¨®n¡±.

¡°Gracias Santa, eres un jefe¡±

Empieza por todo lo alto. ¡°Hola, me llamo Miguel, vivo en Barcelona. Este a?o me he portado ¡®medio, medio¡¯. Este a?o quiero que me traigas el Super Mario RPG y el pase de pasi¨®n de Pok¨¦mon Escarlata. Yo ya te he dicho c¨®mo me he portado. Yo no miento, soy muy sincero para bien y para mal¡±, lee Helena la letra de su hijo. Este arrebato de sinceridad tiene una explicaci¨®n. ¡°Esto viene porque su hermano peque?o en la carta ha puesto que se ha portado muy bien, y me dice: ¡°mam¨¢, el tete dice que se ha portado muy bien, ha mentido. No voy a decir que miente porque ser¨ªa mala persona. Yo voy a dejar que ¨¦l saque sus conclusiones¡±¡±.

Esto se traduce en una graciosa referencia en la ep¨ªstola que la madre, a medio camino entre la verg¨¹enza y la alucinaci¨®n, pronuncia: ¡°Algunos no son tan sinceros, pero t¨² ya te has dado cuenta, eres listo, ¡®bro¡¯¡±. Tras esto procede a enumerar una serie de videojuegos y un reloj que, adem¨¢s, puede llamar. Se detiene en la explicaci¨®n que su v¨¢stago da de un videojuego concreto: ¡°El FIFA 24 para jugar con mi padre. Somos unos jefes¡±.

Y llega el culmen de la carta. ¡°Bro, bro. Ha habido un problemilla con la tele, que yo sin querer la romp¨ª. Fue un accidente. Y no va a volver a pasar. Te lo prometo. Me sabe mal, pero a m¨ª no me importa verla as¨ª, se ve perfectamente. Solo est¨¢ rota un poco, pero mi madre est¨¢ ¡®a full¡¯. Por eso yo quiero una tele nueva. A m¨ª no me importa¡±, deja por escrito el joven, a?adiendo su r¨²brica y un postdata surrealista: ¡°Gracias por todo Santa, te lo agradezco. Eres un jefe. Yo he sido sincero, no te miento, Santa¡±.

La madre insisti¨® en que, como sus hermanos, ¨¦l podr¨ªa hacer tambi¨¦n un dibujo para regal¨¢rselo a Pap¨¢ Noel. Pero Miguel es alguien esc¨¦ptico y, seg¨²n relata la madre, su respuesta no dej¨® lugar a dudas: ¡°?Pero t¨² te crees, mam¨¢, que santa va a leer esto? Esto lo leen sus secretarios¡±.

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