Un estadounidense se indigna con lo que pasa en la televisi¨®n en Espa?a: ¡°Vamos a unirnos para protestar¡±

Quiz¨¢ se enciendan de la misma manera un televisor en el golfo de Vizcaya y otro en el golfo de M¨¦xico, pero lo que la pantalla reproduce no puede ser m¨¢s diferente. Tanto en el contenido como en la estructuraci¨®n de la programaci¨®n, son universos completamente distintos que, precisamente, suponen uno de los elementos principales en el choque cultural que se produce en la cotidianidad de aquel que cruza la frontera para probar suerte en alg¨²n lugar lejos de casa.

As¨ª le ha ocurrido a Marcus, un creador de contenido americano oriundo de Nueva Orleans que, desde que se afinc¨® en Espa?a, ha hecho de su perfil de TikTok un canal personal en el que revela diariamente a sus casi 20.000 seguidores c¨®mo es la vida al otro lado del charco. Lo bueno y lo que, a su juicio, no lo es; en este segundo grupo, dice, se encuentra la televisi¨®n.

La denuncia del tal Marcus no es contra todos los canales, sino contra un aspecto muy concreto. ¡°Acabo de terminar de comer y como persona que reside en Espa?a propongo que todos nos unamos para protestar contra la televisi¨®n. Y no estoy hablando de los programas, que son geniales y adoro ver los programas espa?oles, estoy hablando de los anuncios¡±, inicia su discurso en uno de los ¨²ltimos v¨ªdeos que ha compartido.

No puede decirse que no sea sincero. ¡°Tengo un problema con esto. T¨² puedes ver la televisi¨®n durante diez minutos y, los cinco siguientes, hay anuncios. No es un buen trato. Y luego est¨¢s viendo veinte o treinta minutos de anuncios. Y no es que haya una variedad de anuncios, son los mismos todo el tiempo¡±, dice, poniendo rostro a uno de los que, asegura, m¨¢s se repite: ¡°Me estoy cansando de ver siempre el mismo anuncio de Rihanna con Dior. Voy a cortarme el pie. Estoy cansado de ver a Rihanna cien veces al d¨ªa, estoy cansado de que me intenten vender perfumes y colonias¡±.

¡°Yo ya no s¨¦ qu¨¦ m¨¢s hacer¡±

Esto se acent¨²a en la ¨¦poca navide?a. Con la llegada de los Reyes Magos ¡ª¡±los tres reyes¡±, como ¨¦l dice¡ª ¡°hay anuncios de mu?ecas Barbie cada cinco minutos¡±. Esto se une a la problem¨¢tica que ya avanzaba antes. ¡°Y no es que veas la televisi¨®n durante veinte minutos y luego tengas dos o cinco minutos de anuncios, es que ves la televisi¨®n cinco minutos y luego tienes veinte o treinta minutos de anuncios¡±, redunda. Y as¨ª lo que ocurre es que ¡°olvidas qu¨¦ es lo que estabas viendo¡±.

Tras mostrar su indignaci¨®n con una amable sonrisa tatuada en la cara, llama al pueblo espa?ol a unirse para ¡°protestar como una comunidad y que acorten el tiempo de los anuncios, porque yo ya no s¨¦ qu¨¦ m¨¢s hacer¡±. Su exasperaci¨®n es absoluta: ¡°Estoy cansado de esto. Estoy cansado de ti, Rihanna¡±. O casi absoluta: ¡°Quiero decir, eres muy guapa, pero estoy cansado de ti¡±.

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