Un espa?ol ense?a lo que encontr¨® por la calle en Suiza y se lo qued¨®: ¡°As¨ª de f¨¢cil¡±

Cuando uno tuerce la esquina de una calle de noche no puede evitar que una parte de su interior, aunque tan solo sea una c¨¦lula, sospeche plena de incertidumbre qu¨¦ va a hallar a tan solo unos metros. Es algo humano. Vienen a la cabeza escenarios propios de novela negra norteamericana y giros de guion de thriller dan¨¦s porque, muy en el fondo, esa c¨¦lula no piensa en nada bueno. Y la sorpresa debe ser may¨²scula al toparse, en lugar de con un suceso propio de las primeras p¨¢ginas de un c¨®mic de superh¨¦roes, con un mueble que encaja a la perfecci¨®n en el piso.

Esto le ha ocurrido a David Castillo, un creador de contenido que acumula m¨¢s de 4.000 seguidores en su perfil de TikTok y que se define a s¨ª mismo como viajero. En un reciente v¨ªdeo se encontraba paseando por una calle de Suiza cuando, de repente, se dio de bruces con varios de estos objetos. ¡°As¨ª de f¨¢cil es encontrar muebles gratis en Suiza¡±, reza la descripci¨®n del v¨ªdeo, continuada por las primeras palabras que ¨¦l mismo pronuncia en el v¨ªdeo: ¡°No s¨¦ si hab¨¦is escuchado alguna vez eso de muebles gratis en Suiza, pero mira, aqu¨ª pone el cartel. Es un armario que est¨¢ superbi¨¦n, la verdad, no tiene nada. Despu¨¦s tenemos incluso un percherito, un cuadro [un marco, en realidad] y las baldas¡±.

Todav¨ªa a la intemperie comprueba que el armario se encuentra en perfectas condiciones. ¡°Sin tocar, eh. Con cristalitos. Creo que es de Ikea. Est¨¢ todo nuevo, bastante limpio, no tiene nada roto. Qu¨¦ os parece¡±, dice. Luego sube a su apartamento. ¡°Pues ya est¨¢ arriba, ya est¨¢ en el piso. Vivimos en un segundo, tampoco son muchas escaleras, pero subirlo la verdad es que quema un poco. Me he ara?ado todos los brazos y dem¨¢s, pero bueno ya lo tenemos aqu¨ª y os lo voy a ense?ar¡±, expresa, mostrando que, en realidad, s¨ª que tiene alg¨²n que otro desperfecto, pero que no es nada que se pueda solucionar con cola.

En cuanto al perchero, que tambi¨¦n lo sube, repara en que los tornillos est¨¢n algo sueltos y que lo que parece el hierro de un parag¨¹ero est¨¢ m¨¢s doblado de lo que deber¨ªa. Pero, de nuevo, nada que no pueda arreglar ¨¦l mismo. Por su parte, el marco estaba intacto y listo ¡°para poner alguna laminilla chula¡±. Regres¨® a la joya de la corona, el armario, y con ello cerr¨® el v¨ªdeo: ¡°Estoy reventado, he subido el bicho este por las escaleras. Vamos a limpiarlo a tope con desinfectante y lej¨ªa; y nada, lo pondremos por aqu¨ª por el sal¨®n o ya veremos¡±.

Desde la caja de comentarios deslizaron el motivo de semejante ¡®regalo¡¯. ¡°Esto pasa porque si lo quieres tirar tienes que comprar unas pegatinas en el Gemeindehaus y por eso lo dejan en la calle y ponen el letrero ¡®gratis¡¯, de esta manera se ahorran pagar para tirarlo¡±, dej¨® un usuario por escrito, destapando el misterio de los muebles perdidos en las calles de Suiza.

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