Virales
La idea de un esquiador para avisar de que es novato es brillante: ¡°Ya me caes bien¡±
Una instructora de esqu¨ª ha compartido a trav¨¦s de redes sociales el surrealista encuentro que ha tenido en pleno descenso de pista.
Cuando el invierno se asoma en el calendario empieza a subrayarse de color blanco el recorte que las monta?as hacen al horizonte. Cae la nieve, arranca la temporada de esqu¨ª y, con ella, la peregrinaci¨®n de los amantes de este deporte a los mejores destinos donde practicar este deporte; en el caso de Espa?a, y am¨¦n de su geograf¨ªa, la oferta es muy variada. All¨ª donde sea que vaya el esquiador acudir¨¢ con el equipaje cl¨¢sico que esta pr¨¢ctica requiere y, si carece de experiencia, quiz¨¢ con un peque?o detalle que le ayuda a prevenir riesgos: la ¡®L¡¯ del coche.
Un reciente v¨ªdeo compartido por Berta Oriol, una instructora de esqu¨ª e ingeniera que acumula m¨¢s de 4.000 seguidores en TikTok, ha cosechado m¨¢s de 100.000 ¡®likes¡¯ en menos de tres d¨ªas al mostrar la imagen de un esquiador con la placa ¡ªque otorgan a quien se saca el carnet e indica que un conductor es un novato en el manejo del veh¨ªculo¡ª pegada al casco. ¡°No s¨¦ qui¨¦n eres, pero ya me caes bien¡±, ha vacilado.
Lo cierto es que esta medida, si bien compartida con un evidente motivo gracioso, ha sido reconocida en la caja de comentarios como una medida que merece ¡°poca broma¡±. Los n¨²meros avalan esta reflexi¨®n: cada a?o, aproximadamente 6.000 esquiadores sufren lesiones en las pistas espa?olas. Desde fracturas por choques hasta avalanchas provocadas por el temporal, el mundo del esqu¨ª lleva dentro un riesgo que, al mismo tiempo, inyecta la adrenalina que el humano necesita para descender a toda mecha la ladera de una monta?a.
El misterio del esquiador de la ¡®L¡¯
No obstante, este deporte de invierno ya cuenta con una serie de precauciones que, si bien son compatibles con la c¨®mica ¡®L¡¯ en la cabeza, hacen del uso de esta placa algo innecesario y, de hecho, molesto. En este sentido, se recomienda utilizar un equipo adecuado, calentar y estirar, conocer las condiciones (tanto meteorol¨®gicas como la pista a la que uno se va a encaminar), respetar las normas de seguridad y recibir lecciones si nunca se ha esquiado. Como en la carretera y en otros tantos sitios, toda precauci¨®n es poca.
La propia creadora de contenido ha confesado, a medio camino entre la broma y la realidad, que el uso de la placa, tal y como lo estaba haciendo el esquiador an¨®nimo, provocar¨ªa que la gente vigilase m¨¢s al adelantar. Esto ser¨ªa as¨ª por la atenci¨®n que despierta semejante estampa inusual. Quien lo ve, se fija. De hecho, hay quien ya se cruz¨® al esquiador del v¨ªdeo y no se olvida. ¡°Yo conozco al t¨ªo ese, se llama Carlos, un m¨¢quina¡±, dice uno, a lo que la tal Berta da por concluido el misterio del esquiador de la ¡®L¡¯: ¡°Si jajajaja, ?Charlyyy! Le hemos encontrado¡±. Historias de la monta?a.
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