Deja muy claro por qu¨¦ cree que no se debe juzgar los Teslas por lo que diga Elon Musk

Cuando el 20 de enero Donald Trump tom¨® posesi¨®n y consum¨® su retorno a la Casa Blanca pocas personas dudaron que su segundo mandato iba a ser hist¨®rico por el poco impedimento que encontrar¨ªa, en t¨¦rminos legales y legislativos, para hacer aquello que su Administraci¨®n considerase. Pero lo cierto es que pocos se esperaban el humo que iba a echar el Despacho Oval en apenas dos meses por la ingente cantidad de medidas adoptadas. La sociedad norteamericana ¡ªla mundial, en general¡ª mira al Presidente y, de reojo, al Consejero superior: Elon Musk.

Las pol¨¦micas que rodean a la persona m¨¢s rica del mundo desde que decidiera hacer carrera en la pol¨ªtica, sin abandonar su elevad¨ªsima posici¨®n empresarial, han hecho de su figura una diana a la que apuntan todos aquellos que rechazan el rumbo del Gobierno de los Estados Unidos. Ocurre que estas cr¨ªticas se han extendido a su imperio y, en una suerte de ludismo adaptado al siglo XXI, han terminado por provocar que el odio hacia su persona se materialice en olas de violencia cuyo destino son los productos que proceden de sus compa?¨ªas.

Es el caso de Tesla. La empresa norteamericana que lidera Musk en calidad de arquitecto de productos fabrica, entre otras cosas, coches. En las ¨²ltimas semanas se han notificado numerosos ataques a veh¨ªculos aparcados de esta marca en se?al de protesta, dando pie a un debate que muchos entienden rid¨ªculo. Quien lo ha tratado ha sido ¡®Tesla Couple¡¯, una ¡°pareja amante de los coches y de la carretera¡± que suma cerca de 20.000 seguidores en TikTok y que en un reciente v¨ªdeo ha rechazado por completo esta tendencia.

Bastan, desde su punto de vista, un par de argumentos. ¡°Quer¨ªamos aclarar dos cosas. La primera es que estamos completamente en contra de su reciente posicionamiento pol¨ªtico. No lo compartimos. Y lo segundo es que creemos que hay que diferenciar la marca de la persona¡±, explican, poniendo como ejemplo el caso de Porsche, Volkswagen, Mercedes o BMW, cuyos l¨ªderes, diferentes momentos de la historia, tambi¨¦n ¡°han apoyado este tipo de movimientos pol¨ªticos¡± y, expresa, no ve ¡°a nadie haciendo boicot a ninguna de estas marcas¡±. Su mensaje es una llamada a la sensatez. ¡°Por favor, pensadlo un poco antes de hacer este tipo de comentarios y tengamos todos un comportamiento m¨¢s responsable tanto en redes sociales como en la vida real¡±, sentencia.

Aunque en la caja de comentarios muchos han rechazado sus palabras, ligando intr¨ªnsecamente la empresa a la persona, se ha encargado de rematar la explicaci¨®n para no dejar resquicio a la duda: ¡°La marca no es la persona, porque los CEO de cualquier empresa cambian. Lo que no cambia es el fundador y su ideolog¨ªa. Esa es la diferencia¡±.

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