TELEVISI?N
Un soltero de &First Dates* huye de la cena cuando su pareja est芍 en el ba?o
?lex, un bilba赤no estudiante de Derecho, confes車 a Sandra, su cita, que no le gustaba y, cuando se march車 ella al aseo, aprovech車 para escaparse.
Aquella cita no hubiera visto un flechazo ni con mil arqueros apuntando a la mesa. Apenas queda una semana para San Valent赤n y las trompetas del amor suenan a las puertas del castillo de Mediaset: el formato presentado por Carlos Sobera se prepara para una gala in谷dita y todos los comensales se contagian, de alguna forma, de esas mariposas, colibr赤s y lib谷lulas en el est車mago. O casi todos. Quien no lo hace salta del barco directamente, sin caminar por el tabl車n y sin esperar al amanecer.
Sandra lleg車 al programa desde Madrid en busca de alguien majo, un chico maduro y educado al que no se le cayeran los anillos por mostrar cari?o. Apareci車 ?lex, un estudiante de Derecho que reside en Bilbao y que era algo m芍s cortado de lo que a ella le hubiese gustado. Podr赤an haber sido los nervios del momento, la sensaci車n de verg邦enza que despierta una c芍mara encendida delante de alguien; pero no. No era eso. Simplemente no sinti車 un ※flechazo§. Y as赤 lo confes車: ※para mi gusto, no me ha parecido guapa§.
No es que a ella le hubiese apasionado 谷l, pero hay quien todav赤a apuesta por conocer el interior de la gente. Sandra opt車 por seguir adelante ※porque la persona se lleva por dentro y no por fuera§. El silencio se apoder車 de las presentaciones de uno y otro. En esas empez車 una cita que ninguno de los dos hubiese querido repetir.
※Me he sentido humillada§
Pasaron a la mesa y nada cambi車. Ella asumi車 la iniciativa y comenz車 a lanzar preguntas a su cita. Sandra hablaba y ?lex no mostraba el m赤nimo 芍pice de inter谷s, limitando sus palabras a escuetas respuestas. Volvi車 a utilizar las c芍maras de Cuatro como confesionario particular: ※de primeras necesito conexi車n f赤sica. Entonces, si no conecto, hablo lo m赤nimo porque no me gusta§.
Y tanto que as赤 era. Sandra se hab赤a percatado de la circunstancia y le pregunt車, sin medias tintas, qu谷 le parec赤a ella. ?l fue claro y le dijo que no sent赤a atracci車n f赤sica. Se hab赤a hecho rec赤proco. Con el equipo de First Dates Sandra se sincer車 todav赤a m芍s: ※me he sentido bastante inc車moda, he sentido que todos los temas de conversaci車n los estaba sacando yo§. Y estaba a punto de hacerlo con su madre; fue al ba?o a llamarla por tel谷fono y, cuando volvi車, ?lex ya no estaba.
El bilba赤no le hab赤a dado plant車n. Mientras Sandra estaba en el aseo, se levant車 y se fue. ※Como ya sabemos que no va a haber nada, yo prefiero irme§, le dijo el soltero a una de las camareras, que, en un intento desesperado de evitar su huida, le inst車 a, por lo menos, despedirse de su cita. ?lex fue tajante: ※no, ya lo hemos hablado. A ella no le va a sentar mal. Yo creo que no le importa porque nos acabamos de conocer§.
Daba igual que aquella espantada estuviera m芍s o menos justificada. El caso es que la hab赤a hecho. La estaba haciendo. Y cuando aquello se reconstruy車 en la retina de Sandra al ver la solitaria mesa, rodeada por otras tantas donde parejas jugaban a conocerse, su rostro se desencaj車.
※Nunca me han dejado tirada en una cita. Creo que eso no se debe hacer. Me he sentido bastante helada y bastante humillada. No esperaba que me abandonara de esta manera, esperaba un poco m芍s de madurez, me ha parecido una cerdada§, asever車, remarcando que volver赤a al formato porque aquello era culpa de ese bilba赤no escurridizo y no del programa. Ni con mil arqueros apuntando a la mesa.