TELEVISI?N
Un micro abierto capta el cabreo de un presentador de TVE en los Juegos Ol¨ªmpicos: ¡°Me machacas, t¨ªo¡±
Roi Groba y Alberto Freile iban a dar paso a un combate de boxeo, pero un cambio de ¨²ltima hora les dej¨® confusos en plat¨®; cuando se encontraban fuera de c¨¢mara, estallaron.
Todas las miradas apuntan a Par¨ªs, capital deportiva mundial durante el presente est¨ªo y hasta que concluyan los Juegos Ol¨ªmpicos. Decenas y decenas de disciplinas van sucedi¨¦ndose en la pantalla desde que uno abre los ojos los por la ma?ana y hasta que vuelve a cerrarlos por la noche, haciendo de la cobertura de este evento una tarea herc¨²lea, m¨¢s propia de las antiguas Olimpiadas que de las modernas.
Gran parte de la retransmisi¨®n est¨¢ corriendo al cargo de RTVE; y en este despliegue, voces como las de Roi Groba y Alberto Freile se han convertido en gu¨ªas que acompa?an al telespectador por cada estadio de la urbe francesa. El paso de las horas y los d¨ªas, sin que esto suponga una p¨¦rdida de adrenalina, deja algunos momentos de tensi¨®n y desacuerdo, fruto de la ingente cantidad de horas en directo de la programaci¨®n y sus ¡ªaunque pocos¡ª consiguientes fallos t¨¦cnicos.
¡°?Qu¨¦ ha sido esto? ?Una broma?¡±
Durante la retransmisi¨®n del domingo de unieron todos los ingredientes mencionados. Groba y Fraile comentaban el estelar regreso de Simone Biles a la competici¨®n cuando, de repente, un cambio de ¨²ltima hora en la escaleta obligaba a virar por completo: en un primer momento se iba a comentar un combate de boxeo, pero sin previo aviso se dio el salto al partido de hockey femenino que enfrentaba a Espa?a y Gran Breta?a.
El giro dej¨® cierta incertidumbre en los telespectadores, sobre todo despu¨¦s de observar c¨®mo Groba intentaba conducir el espacio televisivo sin una indicaci¨®n clara y recibiendo instrucciones contradictorias por el pinganillo. Las c¨¢maras pasaron al partido de hockey y, cuando parec¨ªa que todo hab¨ªa quedado en un peque?o lapsus, un micr¨®fono abierto en plat¨® puso de manifiesto el enfado que aquella situaci¨®n hab¨ªa despertado en el periodista.
¡°?Qu¨¦ ha pasado? ?Qu¨¦ ha sido esto? ?Una broma?¡±, se quejaba, dirigiendo sus palabras a la persona que se encontrase al otro lado del pinganillo y lamentando la actuaci¨®n de sus compa?eros: ¡°Estoy intentando improvisar y me est¨¢s machacando la oreja, t¨ªo¡±. Tard¨® poco en sumarse Freile: ¡°Llevamos hora y media aqu¨ª sentados, t¨ªo. ?Qu¨¦ co** ha pasado?¡±.
Entonces se cort¨® el micr¨®fono. Pero ya era tarde. Todos los espectadores hab¨ªan escuchado las palabras de ambos. Muchos, incluso, las grabaron y difundieron por redes sociales, recordando algunos usuarios el episodio de otro periodista en el Mundial de Francia 1998: ¡°Ha sido un cabreo Mat¨ªas Prats de libro¡±.
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