Sandra Barneda: ¡°Me encerraron en un despacho y me preguntaron si me gustaban las mujeres¡±

Hace varios a?os que Sandra Barneda se convirti¨® en una cara habitual de los formatos de plat¨® y tertulia, cosechando, adem¨¢s, ¨¦xitos fuera del campo televisivo, ejemplificados en la novela Un oc¨¦ano para llegar a ti que le vali¨® ser finalista del Premio Planeta en 2020. Si bien es cierto que se muestra cauta en lo que a su vida personal respecta, la presentadora jam¨¢s ha escondido sus opiniones y, aunque nunca ha presumido ni se ha mostrado abanderada de ninguna causa, la defensa de su orientaci¨®n sexual y el trabajo que ha hecho por la visibilidad del colectivo LGTBIQ+ le han convertido, tambi¨¦n, en un rostro de la comunidad l¨¦sbica.

Esta posici¨®n le ha granjeado alg¨²n que otro momento dif¨ªcil e inc¨®modo en el camino profesional que comenz¨® a caminar hace ya m¨¢s de dos d¨¦cadas. Ahora se sienta frente al micr¨®fono de La mala reputaci¨®n, el podcast de Vanitatis, y recuerda aquellos d¨ªas en los que no hablaba abiertamente de su orientaci¨®n por miedo a las posibles consecuencias.

¡°Me preguntaron cosas que no se me deb¨ªan preguntar¡±

¡°Yo recuerdo que en Telemadrid me encerraron en un despacho y me preguntaron directamente si me gustaban las mujeres. Yo me qued¨¦... que sudaba por dentro. En ese momento eran otros tiempos, estamos hablando de 2003, el matrimonio igualitario a¨²n no estaba aprobado¡±, confiesa la periodista, poniendo de manifiesto el agobio al que en aquellos a?os le sum¨ªa su entorno laboral.

La intromisi¨®n en su vida personal, sin que esto afectase al correcto desarrollo de su profesi¨®n, desat¨® una situaci¨®n de la que escap¨® huyendo de frente. ¡°Me preguntaron cosas que no se me deb¨ªan preguntar quiz¨¢s porque era una mujer guapa, que no entra en el canon de lo que se considera una mujer lesbiana¡±, explica, agregando despu¨¦s su reacci¨®n: ¡°Yo no respond¨ª porque consider¨¦ que no ten¨ªa que responder. S¨®lo le dije: ¡®Pues si te digo lo que dicen de ti¡¯. Y me fui a un ba?o a llamar a una amiga m¨ªa. La mejor defensa es el mejor ataque¡±.

No fue la ¨²nica situaci¨®n inc¨®moda. Tambi¨¦n recuerda el d¨ªa en el que un medio de comunicaci¨®n la sac¨® forzadamente del armario tergiversando sus palabras en una entrevista: ¡°Yo creo que fue una cabronada, la verdad. Eso yo no s¨¦ si se lo han hecho a alguien. No denunci¨¦ por responsabilidad social. Otra cosa es que yo estuviese preparada para dar el paso...¡±.

Ahora asegura que sinti¨® que si denunciaba ¡°no estaba dando el ejemplo correcto¡±, de manera que no lo hizo. ¡°Yo no me averg¨¹enzo de ser qui¨¦n soy. Yo siempre he sido coherente. Nunca me he inventado un novio, nunca he cre¨ªdo que estuviese haciendo nada malo. Durante un tiempo viv¨ª con la sensaci¨®n de vivir con un subt¨ªtulo: ¡®Sandra, lesbiana¡¯¡±, sentencia.

A?os despu¨¦s no dud¨® en emplear lo p¨²blico de su personaje para visibilizar la homosexualidad, gan¨¢ndose, en particular, el apoyo de toda la comunidad LGTBIQ+, y, en general, el de todo el mundo.

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