Qui¨¦n fue Raimundita, la protagonista de las historias de fantasmas en el Palacio de Linares
Este edificio, que alberga en la actualidad la Casa de Am¨¦rica, oculta una de las historias m¨¢s misteriosas y tenebrosas de la capital de Espa?a.
El Palacio de Linares es uno de los edificios m¨¢s reconocidos de Madrid. Esta edificaci¨®n, que fue construida entre finales del siglo XIX y principios del XX, se encuentra en un lugar estrat¨¦gico muy importante. Se localiza muy cerca del Banco de Espa?a y de la c¨¦ntrica Plaza de Cibeles, un lugar que, a todos los aficionados al deporte, y m¨¢s concretamente, al f¨²tbol, les resultar¨¢ muy familiar.
Este lugar, que actualmente alberga la Casa de Am¨¦rica, ha tenido una larga historia. Desde que los marqueses de Linares, due?os de la casa, la construyeron, las an¨¦cdotas se han sucedido. Sin embargo, una de las m¨¢s conocidas tiene que ver con un eco fantasmal, unas psicofon¨ªas y una ni?a a la que, seg¨²n la leyenda, se oye llorar entre las paredes de dicha casa.
?Qui¨¦n fue Raimundita, la protagonista de las historias de fantasmas en el Palacio de Linares?
Para poder conocer en profundidad este asunto, hay que conocer a los marqueses de Linares, protagonistas de tan rocambolesca, y, a la vez, siniestra historia. Jos¨¦ de Murga y Reolid y Raimunda de Osorio y Ortega fueron los primeros en ostentar dicho t¨ªtulo, pero no solo eso.
Este matrimonio fue muy mal visto por el progenitor de nuestro protagonista, Mateo Murga y Michelena. Jos¨¦ le confes¨® a su padre haberse enamorado de una mujer humilde, supuestamente hija de una cigarrera de la zona de Lavapi¨¦s. Mateo, al escuchar esto, se horroriz¨® e inmediatamente mand¨® a su descendiente a estudiar a Londres, sin explicarle el motivo.
Esta raz¨®n, y este ser¨ªa el punto de partida, es que ambos ser¨ªan hermanos por parte de padre, ya que Raimunda ser¨ªa el fruto de una aventura fuera del matrimonio de Mateo. Ya fallecido el progenitor, ambos pudieron casarse sin oposici¨®n en el a?o 1858. En este momento, Jos¨¦ encuentra una misiva de su ascendiente, en el que le explica la situaci¨®n. Ante esto, ambos acuden al Papa P¨ªo IX, quien les dispens¨® una bula, conocida como ¡®Casti convivere¡¯ pero para ello, tendr¨ªan que vivir en castidad.
Tarde, porque ambos ya habr¨ªan engendrado a una hija, Raimundita. Para evitar el posible esc¨¢ndalo que se podr¨ªa generar, la infante fue emparedada o ahogada, dependiendo de las versiones, en las paredes del mismo palacio que se asienta hoy en una de las mejores zonas de la capital de Espa?a.
1990, fecha de aparici¨®n de unas supuestas psicofon¨ªas
Estos rumores fueron desmentidos en su mayor¨ªa por el periodista y escritor Torcuato Luca de Tena en ABC. En su art¨ªculo, publicado en 1990, rebati¨® todos los argumentos sobre el tema, y, gracias al uso de datos y fechas, desminti¨® esta leyenda. ¡°Tratar a un matrimonio radicalmente ejemplar de asesinos, emparedadores, ad¨²lteros, parricidas, sin aportar un solo testimonio, ni siquiera un rumor de la ¨¦poca, no es solo una ligereza: es una infamia¡±, afirmaba.
Sin embargo, a finales del siglo XX, la revista Tiempo regal¨® a sus lectores una cinta en la que se pod¨ªan apreciar unos supuestos mensajes enviados desde el Palacio de Linares por parte de fantasmas que vagaban por sus dependencias.
¡°Mam¨¢, mam¨¢, yo no tengo mam¨¢, mam¨¢¡±, ¡°Fuera, fuera¡± o ¡°Mi hija Raimunda, nunca, nunca, o¨ª decir mam¨¢¡±, fueron algunas de las comunicaciones que se escuchaban dentro de este inquietante cassette. Estos mensajes, de acuerdo con la leyenda, proced¨ªan de los lamentos de dolor de la fallecida y de su madre, que estuvo atormentada porque su hija nunca la pudo llamar ¡®mam¨¢¡¯.
Esto gener¨® un gran revuelo, y, de hecho, tal y como apunta Vanity Fair, aficionados, periodistas y curiosos llegaron a asaltar el palacio.
En estos asaltos, se cambiaron varios muebles de sitio, se dejaron colillas, cajetillas de tabaco o botellas, y se lleg¨® a romper una loseta de m¨¢rmol. Todos quer¨ªan escuchar de primera mano los supuestos mensajes del m¨¢s all¨¢ que se escuchaban dentro de las paredes de uno de los edificios m¨¢s se?oriales de Madrid.