Qui¨¦n es Alonso Guerrero, el exmarido de la reina Letizia del que se divorci¨® en 1999

Como en un cuento de esos que antes explotaba la factor¨ªa Disney, el 1 de noviembre de 2003 se anunci¨® el compromiso de una joven plebeya (aunque exitosa) con el entonces pr¨ªncipe de Asturias y heredero al trono de Espa?a: Felipe de Borb¨®n y la periodista Letizia Ortiz iban a contraer matrimonio en mayo de 2004, una fecha de la que ahora se celebra su vig¨¦simo aniversario.

Ella era ya un rostro conocido por el p¨²blico, ya que presentaba al lado del pol¨¦mico Alfredo Urdaci el informativo m¨¢s importante de La 1, la televisi¨®n p¨²blica. Sin embargo, tras conocerse su relaci¨®n con el ahora rey Felipe VI, el pueblo quiso saber m¨¢s sobre ella. Y ah¨ª sali¨® a luz el que quiz¨¢ fue el principal escollo para su enlace: estaba divorciada.

Y es que Letizia Ortiz tuvo otra historia de amor antes de conocer al pr¨ªncipe, y una gran historia tambi¨¦n, no de cuento, pero s¨ª de las que marcan, pero no con final feliz, ya que se rompi¨® diez a?os despu¨¦s de empezar y acab¨® en divorcio justo al a?o de casarse por lo civil, raz¨®n por la cual pudo luego contraer matrimonio con el entonces pr¨ªncipe Felipe en la catedral de la Almudena de Madrid en una ceremonia religiosa.

Su profesor de Lengua y Literatura

Letizia era una joven apasionada por el periodismo, con una clara vocaci¨®n, cuando se mud¨® desde Asturias a Madrid con solo 15 a?os. Una nueva vida, una nueva casa y hasta un nuevo instituto: el Ramiro de Maeztu, donde daba clase otro ferviente amante de las letras, el profesor de Lengua y Literatura Alonso Guerrero, quien le sacaba diez a?os y con quien vivi¨® un flechazo de pel¨ªcula.

Tal fue as¨ª que vivieron un amor clandestino al principio porque ella era menor de edad, pero que dur¨® en el tiempo hasta casarse por lo civil en Almendralejo (Extremadura), tierra natal de ¨¦l. Un amor que fue cumpliendo etapas y que posiblemente eso mismo les acab¨® distanciando, cuando la carrera de ella empez¨® a despegar y a cotizarse y la de ¨¦l continuaba en el mismo plano, y buscando un ¨¦xito literario que nunca lleg¨® realmente.

Y es que las novelas que ha ido publicando han tenido repercusi¨®n por ser la expareja de la actual reina, lo que despierta un morbo por buscar referencias a la arist¨®crata en ellas. ?l nunca quiso aprovecharse de esto, se mantuvo en un discreto segundo plano y, al igual que su antes alumna, volvi¨® a encontrar el amor, pero no ha tenido hijos.

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