?Qu¨¦ pas¨® con Asunta Basterra? Esta es la historia real de ¡®El caso Asunta¡¯ de Netflix
Hoy un altar de flores y juguetes adorna el ¨¢rbol junto al que fue encontrado el cuerpo sin vida de la peque?a, cuyo asesinato conmocion¨® a todo un pa¨ªs.


Alfredo Balsa y un amigo pasaban con el coche cerca de Cacheiras cuando vieron algo junto al camino de tierra. De fondo, la inmensa pista forestal de Teo, en A Coru?a. Pararon el veh¨ªculo, se acercaron y, probablemente, desearon que aquello no fuera lo que parec¨ªa. Pero s¨ª: lo que hab¨ªa all¨ª era el cuerpo sin vida de una ni?a de apenas 12 a?os. Llamaron al 061 para informar del terrible hallazgo. Era el 22 de septiembre de 2013 y aquellos dos hombres ignoraban que aquel cuerpo que ten¨ªan delante de sus narices, a quien le faltaban menos de dos semanas para soplar las velas de su 13? cumplea?os, iba a convertirse en el eje central de lo que meses m¨¢s tarde vendr¨ªa a bautizarse como el Caso Asunta.
La ni?a era Asunta Basterra Porto, una joven asi¨¢tica oriunda de la provincia china de Hunan ¡ªsu nombre original respond¨ªa a Fang Yong¡ª, que lleg¨® a Espa?a con tan solo un a?o, adoptada por el matrimonio que formaban la abogada Rosario Porto Ortega y el periodista Alfonso Basterra Camporro. Nombres y apellidos, todos ellos, que flotar¨ªan en un mar judicial durante meses, am¨¦n de pruebas indemostrables y versiones contradictorias, sentencias firmes e inc¨®gnitas que hacen de estas vidas un aut¨¦ntico retrato de la faceta m¨¢s oscura del ser humano.
El verano anterior al asesinato
Rosario Porto era la madre de Asunta. Naci¨® en 1969, era hija ¨²nica de un prestigioso abogado y una profesora de historia del arte y su educaci¨®n hab¨ªa sido ejemplar; hab¨ªa estudiado derecho, ejerci¨® en el despacho de su padre y hasta fue nombrada c¨®nsul de Francia. Alfonso Basterra era el padre de la ni?a, periodista bilba¨ªno de 1964 que se hab¨ªa asentado en Santiago de Compostela tras perder un puesto estable.
La vida de Asunta se torci¨® cuando lo hizo el matrimonio de sus padres. El d¨ªa de reyes de 2013 Alfonso descubri¨® la infidelidad de su mujer, produci¨¦ndose la separaci¨®n el 8 de enero. Su relaci¨®n se convirti¨® en una guerra sin cuartel hasta que se formaliz¨® el divorcio a mediados de febrero; ambos lograron mantener un equilibrio sustentado por la ni?a y las necesidades de cada uno: ¨¦l cuidaba de las dos (por entonces se hab¨ªa agravado el lupus eritematoso que sufr¨ªa Rosario, quien adem¨¢s sufr¨ªa episodios depresivos) y ella ayudaba econ¨®micamente.
Aquel verano fue extra?o en sus vidas. Primero ocurri¨® el ingreso hospitalario de Rosario por un empeoramiento de su enfermedad, despu¨¦s la promesa a Basterra de que dejar¨ªa a su amante. A principios de julio, en torno a las tres de la ma?ana, Rosario dijo descubrir en su domicilio a un individuo de complexi¨®n fuerte y baja estatura estrangulando la ni?a; el llamado ¡°hombre de negro¡± empuj¨® a la madre y sali¨® corriendo. Entonces s¨®lo era la nube de lo extra?o, de la sospecha y la tragedia. D¨ªas despu¨¦s, una mareada Asunta, incapaz de tocar un instrumento en sus clases de m¨²sica, confiesa a la directora del centro que su ¡°mam¨¢¡± le obliga a tomar uno polvos blancos que saben fatal y la dejan dormida durante horas; que era una amiga de Rosario la que se los proporcionaba en el mismo portal de su casa.
Crimen y juicio
Asunta hab¨ªa pasado el mes de agosto alejada de sus padres, atendiendo a sus llamadas, pero con su madrina y su cuidadora. Tranquila, alegre. Pero en septiembre cambi¨® todo. El 21 de este mes los padres adoptivos de la peque?a denunciaron su desaparici¨®n; un d¨ªa despu¨¦s, Balsa encontraba el cuerpo a tan solo cinco kil¨®metros de la casa de campo de Rosario, en Montouto. El 24 de septiembre Rosario era detenida e investigada por presunto delito de homicidio; un d¨ªa despu¨¦s, la polic¨ªa hac¨ªa lo propio con Alfonso.
El caso gir¨® en torno a una serie de pistas: las cuerdas con las que hab¨ªa sido atada el cad¨¢ver de Asunta, id¨¦nticas a unas encontradas en la propiedad de Rosario; la presencia del ansiol¨ªtico lorazepam, encontrado en cantidades t¨®xicas en la sangre de la ni?a; la aparici¨®n del ordenador port¨¢til y el segundo tel¨¦fono m¨®vil del padre, en paradero desconocido al iniciar la investigaci¨®n, colocados en su piso tras haber sido manipulado su disco duro.
Era junio de 2014 cuando el reputado Jos¨¦ Antonio V¨¢zquez Ta¨ªn, juez encargado del caso, conocido por su actuaci¨®n en la recuperaci¨®n del C¨®dice Calixtino y en el caso del accidente ferroviario de Angrois, puso fin a la instrucci¨®n, dando paso al proceso de apertura del juicio oral, que no se produjo hasta finales de octubre de 2015. El fallo del jurado popular fue un¨¢nime: consideraron culpables a Alfonso y Rosario del asesinato de Asunta.
Una herida que no cicatriza
La resoluci¨®n fue tajante, pero no pudo espantar el fantasma que algunas dudas, generadas al sombr¨ªo calor de pruebas que se perd¨ªan en un camino de pistas intermitentes y versiones incongruentes, hab¨ªan invocado. Algo parec¨ªa tener claro el tribunal: ambos padres suministraron ¡°repetidamente¡± y ¡°de com¨²n acuerdo¡± lorazepam a su hija durante, al menos, tres meses antes del fallecimiento. La sentencia fue la misma para ambos: 18 a?os de c¨¢rcel para cada uno por asesinato con el agravante del parentesco.
El seguimiento medi¨¢tico del caso abri¨® una incontable cantidad de teor¨ªas que todav¨ªa hoy perduran, tales como la identidad y posible involucraci¨®n del ¡°hombre del semen¡±, la existencia de un m¨®vil econ¨®mico derivado de la ascendencia de Rosario; tambi¨¦n permiti¨® que algunos testigos vitales, como la amiga de Asunta que la vio caminar junto a su padre horas antes de su muerte, dieran un paso adelante.
Un a?o despu¨¦s del juicio, el Tribunal Superior de Justicia de Galicia corrigi¨® el veredicto y consider¨® no probado que Alfonso subiera al coche y acompa?ara a la madre, siendo Rosario quien provoc¨® la asfixia a su hija. No cambi¨® la pena para ¨¦l por colaborar en el asesinato; se mantuvo para ella, cuyo final cerr¨® la historia de un caso cuyos enigmas impiden cicatrizar un dolor que todav¨ªa chilla: el 18 de noviembre de 2020 encontraron el cuerpo sin vida de Rosario colgando de la celda de la prisi¨®n de ?vila donde cumpl¨ªa condena. Se hab¨ªa ahorcado.
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