Pepe Rodr¨ªguez estalla contra los influencers gastron¨®micos: ¡°Que me paguen¡±
El presentador y due?o de ¡®El Boh¨ªo¡¯ ha analizado esta tendencia emergente en el p¨®dcast ¡®La escalera roja¡¯.
Con el imparable crecimiento de las redes sociales est¨¢n desarroll¨¢ndose nuevas profesiones relacionadas con la creaci¨®n de contenido. La moda, los programas de televisi¨®n o la gastronom¨ªa son sectores que se han mostrado muy propensos a la aparici¨®n de influencers que recomiendan o desaconsejan seg¨²n qu¨¦ lugares en base a su experiencia propia.
Sin embargo, pese a que muchos de ellos acumulan cifras de seguidores que superan las seis cifras y son ideales para promocionar restaurantes, algunos cocineros se han manifestado p¨²blicamente en contra de su trabajo. El ¨²ltimo en hacerlo ha sido el jurado de ¡®MasterChef¡¯ y due?o de ¡®El Boh¨ªo¡¯, Pepe Rodr¨ªguez.
En el p¨®dcast ¡®La escalera roja¡¯, el toledano ha estallado contra los ¡°necios que se ponen con siete c¨¢maras¡± enfocando a la mesa. De hecho, yendo m¨¢s all¨¢, ha confesado que tienen totalmente prohibida la entrada a su local. ¡°No se puede hacer un show en un restaurante y el que quiera poner una c¨¢mara que me pague¡±.
¡°Encima se permiten el lujo de hacerte una cr¨ªtica despiadada, buena, mala o descriptiva como si supiesen. ?Cu¨¢ndo hemos normalizado que un tontolaba que ha comido siete veces caliente pueda decirle al resto del universo lo que es bueno o malo?¡±, ha reflexionado. ¡°A veces, cuando los lees, que es terrible, hablan de cosas como mi hija. Me gusta, no me gusta... Venga usted a comer y d¨¦jeme en paz¡±.
Rodr¨ªguez critica tambi¨¦n que con tanta c¨¢mara no se permite un ambiente laboral adecuado. ¡°Hay un mont¨®n de gente que viene a trabajar. Si t¨² tienes un negocio d¨ªgame c¨®mo vamos a medias en esto y a lo mejor entro o no. Si no, venga usted a comer si le interesa, pero no me ponga c¨¢maras¡±.
Tampoco se han escapado en su alegato aquellos que se las dan de entendidos porque ¡°se recorren muchos restaurantes y alternan en muchos sitios¡±. ¡°Yo tambi¨¦n lo hago y no lo digo. No se me ocurre ense?ar la factura, que es lo m¨¢s grotesco. Las facturas de los vinos lujuriosos. Una cosa que dices... qu¨¦ obscenos. Yo voy a defender siempre al cocinero y al trabajador que hay detr¨¢s porque s¨¦ lo que cuesta mantener un restaurante¡±, ha zanjado.
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