Se gasta casi 600 euros en un restaurante estrella Michelin en Alemania y deja una cr¨ªtica mordaz: ¡°No s¨¦ si me gust¨®¡±

Cuando uno se echa la mochila a la espalda y comienza a patearse el planeta en busca de una gastronom¨ªa que conquiste su paladar debe tener en cuenta que, muy probablemente, all¨¢ donde vaya encuentre alegr¨ªas y decepciones. Tambi¨¦n dar¨¢ con productos y platos que, directamente, no sepa c¨®mo calificar. Esto ¨²ltimo le ha ocurrido al creador de contenido ¡®Gusi¡¯, quien dedica su perfil, tal y como deja por escrito en la descripci¨®n de su usuario, a cocinar y comer por el mundo.

Su periplo culinario le llev¨® a Essen, una ciudad alemana que se erige sobre el Ruhr, en el coraz¨®n de la regi¨®n que recibe el nombre del r¨ªo y en pleno estado de Renania del Norte-Westfalia. All¨ª encontr¨® un restaurante estrella Michelin al que entr¨® con ganas y curiosidad. ¡°?Qu¨¦ te sirven en un restaurante estrella Michelin en Alemania y cu¨¢nto te cobran?¡±, se preguntaba en la puerta. Poco iba a tardar en descubrirlo.

¡°El men¨² es de cinco pasos. Para la espera de plato en plato te ponen manteca y aceite de oliva¡±, se?ala apenas se hubo sentado en la mesa, llegando despu¨¦s el primer pase: ¡°Empezamos con la carne en cocci¨®n al vac¨ªo con emulsi¨®n de wasabi y tobiko y chips de papa, y reducci¨®n de tinto con soja¡±. Pese a la pomposidad de la propuesta, el tal ¡®Gusi¡¯ declar¨® que, aunque le hab¨ªa gustado, no era nada que volase su cabeza.

Diferente fue el segundo pase. ¡°Este plato s¨ª me dijo ¡®papi, papi¡¯. Langosta en cocci¨®n al vac¨ªo. Con la cabeza se hicieron una espuma. Ten¨ªa un tartar de manzana con vinagreta de mandarinas y pur¨¦ de zanahoria y chips de batata; ?qu¨¦ puedo decir? Diez de diez¡±, bendijo el plato, alargando su epifan¨ªa al siguiente: ¡°Esta pasta es peculiar. Raviolis de casta?a, trufa de excelente calidad con pera. Nunca lo hab¨ªa probado. La combinaci¨®n incre¨ªble¡±.

¡°Un cl¨¢sico de cl¨¢sicos¡±

El punto fuerte del men¨², ¡°un cl¨¢sico de cl¨¢sicos¡±, no termin¨® de sorprenderle. ¡°El beef bourguignon. La carne la pod¨ªa cortar hasta con una cuchara. Los vegetales crocantes, la perfecta textura. La ejecuci¨®n del plato es perfecta, pero nada innovador¡±, sentenci¨®. Y cuando parec¨ªa haber terminado lleg¨®, precisamente, el que le dej¨® con la boca abierta: ¡°Y aqu¨ª el plato que llam¨® mi atenci¨®n. Helado de perejil, que hasta el d¨ªa de hoy no s¨¦ si me gust¨®... ?Lo comer¨ªas t¨² si te lo ponen en la mesa?¡±.

Antes de marchar pide la cuenta. La fiesta para las cuatro personas que eran sali¨® por 590¡ä50 euros, cifra que ha levantado m¨¢s de un mensaje negativo en la caja de comentarios acerca de los altos precios de este tipo de restaurantes. Pero a Gusi le da igual. Hace tiempo que aparc¨® esos pensamientos. M¨ªnimo, desde que se ech¨® la mochila a la espalda y comenz¨® a caminar.

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