Navas, el verso libre de Red Bull Batalla

Algo ocurre en Alicante. La Real Academia de la Lengua Espa?ola define ¡°disonancia¡± en su tercera acepci¨®n, y bajo anotaci¨®n de un empleo propio del ¨¢mbito musical ¡ªconcretamente de la tradici¨®n occidental¡ª, como ¡°acorde no consonante¡±. Esto es, en un contexto puramente l¨ªrico y con la palabra como herramienta, un fen¨®meno ling¨¹¨ªstico que, en pocas palabras, hace que ¡°vida¡± y ¡°boda¡± contraigan nupcias en rima.

Hace tiempo que la revoluci¨®n del under espa?ol elev¨® al panorama nacional nuevos estilos de rapeo que rompen con la teor¨ªa cl¨¢sica de las batallas. Navas es uno de los abanderados de esta nueva generaci¨®n: el freestyler ha cosechado un ej¨¦rcito de simpatizantes, as¨ª como otro de opositores, por su particular manera de hilar terminaciones, sustentada en el empleo de rimas ¡®dison¨¢nticas¡¯ ¡ªalgo que, sobre el papel, puede resultar contradictorio, pero que sobre la base y al o¨ªdo resulta original¡ª.

Con esta t¨¦cnica como emblema y marca de identidad, Navas aterriza en C¨¢diz para disputar la Final Nacional de Red Bull Batalla. Lo hace ¡°bien, contento¡± y con ¡°las expectativas altas para ser mi debut¡±; consciente de la marea medi¨¢tica que arrastra su improvisaci¨®n desde hace meses, ¡°pero sin ninguna presi¨®n¡±. Su tranquilidad es contagiosa. ¡°Tengo muchas ganas de hacer una buena entrada en el mundillo¡±, confiesa.

Cristian, frente al espejo

Es dif¨ªcil distinguir d¨®nde termina Navas y empieza Cristian. Tan pronto dedica halagos a la comida y al paisaje de C¨¢diz, como zanja el aluvi¨®n de cr¨ªticas sobre su estilo aseverando que no hace ¡°ni caso¡± a todo lo que de ¨¦l se dice. El tono grave de su voz denota una seriedad que su rostro, alegre y p¨ªcaro, matiza. Navas es Cristian. Y Cristian se debe a ¨¦l. A nadie m¨¢s.

En los ¨²ltimos tiempos se ha visto envuelto en un torbellino de pol¨¦micas. No por su free, sino por su patrocinador, Rodrigo Quesada: un creador de contenido altamente criticado dentro del circuito de batallas, pero tambi¨¦n muy apoyado por la comunidad. Sus duros comentarios y an¨¢lisis de los competidores encontraron en el rostro de la mayor¨ªa de estos un semblante serio, de manera que, a nivel argumental, todos aquellos aspirantes que luc¨ªan la camiseta con sus iniciales ten¨ªan hecha la cruz.

Navas es rotundo al afirmar la existencia de un estigma hacia este grupo de freestylers, pero resta importancia al asunto porque ¡°hagas lo que hagas, te pueden tirar de cosas que hayas hecho en tu pasado¡±. Casi lo tacha de inevitable. ¡°Imagino que como todo¡±, resuelve. Pero Navas es Cristian. Y Cristian no se arrepiente. ¡°Fichar por Quesada tampoco es nada malo. Yo lo ¨²nico que he hecho ha sido intentar participar en un ranking en el que yo por mis medios no me lo pod¨ªa permitir¡±, explica.

?l busc¨® medios y se dedic¨® a pulir su rap; que es, en realidad, lo que ha hecho siempre. Tambi¨¦n cuando no hac¨ªa ¡®dison¨¢nticas¡¯, sino que se dedicaba, como otros tantos, a practicar una construcci¨®n m¨¢s b¨¢sica de cuatro versos con rima consonante. Hasta que todo cambi¨®. ¡°Yo siempre he escuchado rap, y en el rap hac¨ªan un poco de todo. Empec¨¦ a meterme m¨¢s profundo y a practicarlo. A partir de juntarme con cierta gente que tambi¨¦n improvisaba as¨ª, ir compartiendo estilos y coger un poco de cada uno...¡±, detalla. ¡°Al final vas probando¡±, expresa, haciendo muy breve la historia de su crecimiento creativo y resumiendo en tres palabras la constancia y el esfuerzo que terminaron por labrar su curioso rapeo: ¡°Ensayo y error¡±.

La magia de saltar al vac¨ªo

El estilo ¡®dison¨¢ntico¡¯ de Navas choc¨® de golpe con innumerables freestylers que no asum¨ªan su t¨¦cnica por la aparente falta de rima. No obstante, y de manera tan l¨®gica como parad¨®jica, la inmediatez de los juegos de palabras derivada de esta suerte de verso libre le llev¨® a erigirse como sin¨®nimo de improvisaci¨®n en un debate musical que le enfrenta a aquellos que ¡®piensan¡¯ las rimas. Esta circunstancia termina por explotar en una Nacional que tiene como principal particularidad el adelantamiento de los emparejamientos al mi¨¦rcoles; es decir, que los aspirantes conocen a sus rivales con 48 horas de antelaci¨®n.

La inmensa mayor¨ªa de mc¡¯s han mostrado su desacuerdo con esta medida por el riesgo que entra?a para la improvisaci¨®n, la fuente de cr¨ªticas que puede suponer para aquellos que no conf¨ªen en el honor competitivo y la p¨¦rdida de emoci¨®n. Sin embargo, dan una oportunidad a tan singular decisi¨®n porque, a priori, nada tendr¨ªa por qu¨¦ verse alterado. ¡°Ni me va ni me viene¡±, asegura Navas, que escuda su ambig¨¹edad en que, en realidad, no deber¨ªa cambiar nada.

¡°Yo voy a hacer lo mismo que iba a hacer si me lo dec¨ªan en el mismo instante, una hora antes o una semana antes¡±, detalla, mostrando, en cualquier caso, su disconformidad por lo que puedan hacer los dem¨¢s: ¡°No puedo estar en la cabeza de todos y no s¨¦ lo que van a hacer, pero a m¨ª, personalmente, me da igual¡±. Tampoco es optimista en esto ¨²ltimo y, cuando se le pregunta acerca de un supuesto porcentaje de rimas preparadas, saca toda la artiller¨ªa: ¡°Yo creo que teniendo en cuenta los registros hist¨®ricos del evento, podemos esperar que muchas. Un intervalo entre muchas e infinitas¡±.

Har¨¢ lo de siempre, como siempre. Si sale bien y gana, ¡°con las mismas, cojo carrerilla y, desde el escenario, me tiro al p¨²blico¡±. Como hizo Celedonio tiempo atr¨¢s, pero con un trofeo en las manos. De aquellos viejos a?os del free rescatar¨ªa a una leyenda. ¡°Jaloner, cien por cien¡±, dice. Otro de los rostros que, junto a Zasko, Compare Flow y otros tantos dieron a la ciudad natal de Navas la fama de ser cuna de un rap diferente. Algo tiene Alicante.

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