El silencio roto de Standstill
La gira de reuni¨®n de la banda de Enric Montefusco se cerr¨® en el Inverfest madrile?o. Por todo lo alto, porque se van y vuelven, pero son imperecederos.

Las idas y venidas de Standstill arremolinan dos sentimientos primarios, una tristeza extra?a por ver tan bello animal musical difuminarse (cuando lo dejan) y una alegr¨ªa nost¨¢lgica (cuando retoman los instrumentos) porque se abre la posibilidad de algo que sigue siendo ¨²nico. La veterana banda catalana liderada por el multifac¨¦tico Enric Montefusco, uno de esos artistas que merece un reconocimiento p¨²blico mucho mayor del que goza, cerr¨® su gira de reuni¨®n este pasado 31 de enero en Madrid dentro del Inverfest, el ¡®festival invernal¡¯ en salas que viene celebr¨¢ndose en la capital, Zaragoza y diversos puntos de Euskadi. Broche genial.
Sobre todo por los cinco sobre el escenario. Que abajo, en el p¨²blico, hubo quien decidi¨® estropear algo esencial en Standstill, los silencios. Tan importantes como las explosiones sonoras con los que se alterna. Romper esos silencios, con conversaciones o gritos fuera de lugar, como dice el propio grupo en ¡®Por qu¨¦ me llamas a estas horas?¡¯... ¡°no tiene perd¨®n¡±. Se lo tragaron con dignidad, aunque el cabreo de Ricky Lavado, baterista, qued¨® patente con varios movimientos reprobatorios de cabeza y una cara de circunstancias. El p¨²blico no siempre es sabio. Pero Standstill sigui¨® adelante, como Bonaparte, y qu¨¦ lujazo. Un show que comienza de una tacada con ¡®Me gusta tanto¡¯, ¡®Poema n?3¡ä y ¡®La risa funesta¡¯ condensa en poco m¨¢s de diez minutos un torrente emocional que genera una especie de elevaci¨®n y teletransportaci¨®n. Todos y todas, al bolsillo de Enric y su gente.

Enric, con su sempiterno pelo lacio y barba frondosa, rompi¨® la barrera para introducir a la audiencia en varias de esas composiciones que iban presentando. Se permiti¨®, dentro de su aparente timidez, incluso bromear con la introducci¨®n de ¡®Morir¨¦is todos j¨®venes¡¯. Tambi¨¦n desnud¨® intimidades del grupo, como ese Standstill de 2004 que les reorient¨® y les dio un impulso culminado con Vivalaguerra (2006) y el imponente Adelante Bonaparte (2010). De todos ellos fueron nutriendo un setlist en el que hubo parada y homenaje a los fans de su ¨¦poca hardcore y en ingl¨¦s, con Montefusco aparcando su guitarra ac¨²stica y alzando al cielo el micr¨®fono en ¡®Ride Down the Slope¡¯.
Diecisiete canciones como diecisiete monumentos. Y sin bises, otra cosa maravillosa que deber¨ªa imponerse. Un concierto de principio a fin, sin parones. Un recorrido de la mano de la m¨²sica, como un todo. Para sostener una comuni¨®n que aunque alguien quiera chafar con su inoportuna voz, tiene tintes irrompibles. Eso no es sencillo y Standstill lo logran. Si han vuelto para volver a desaparecer temporal o definitivamente, s¨®lo ellos lo saben. Ego¨ªstamente, los querremos siempre creando canciones y subidos a las tablas. Eso estar¨ªa, tambi¨¦n como dicen ellos mismos, muy bien...
Las entradas para el ciclo de conciertos de Inverfest se pueden adquirir aqu¨ª.
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