El problema que tuvo David Otero con su alias ¡®El Pescao¡¯ y la raz¨®n por lo que ya no lo usa: ¡°Me ven¨ªa a buscar a mi¡±
El cantante acudi¨® al p¨®dcast ¡®lover.studiosss¡¯ y record¨® una an¨¦cdota, protagonizada por un hombre que buscaba pescado, que le hizo dejar su m¨ªtico apodo.
Los alias, tambi¨¦n conocidos como apodos o sobrenombres, tienen el poder de marcar a una persona para siempre, convirti¨¦ndose en una parte inseparable de su identidad. A veces, estos apodos, que surgen a partir de juegos infantiles o de simples ocurrencias cargadas de ingenio, terminan acompa?ando a sus poseedores de muchas formas, dando como resultado algunas an¨¦cdotas de lo m¨¢s graciosas e inesperadas.
Esto fue precisamente lo que le ocurri¨® al conocido cantante y guitarrista espa?ol David Otero. El exmiembro de ¡®El Canto del Loco¡¯ fue conocido durante gran parte de su carrera como ¡®El Pescao¡¯. Pese a que dicho sobrenombre ocup¨® una parte importante en el ascenso y establecimiento del madrile?o en el mundo de la m¨²sica, una curiosa an¨¦cdota vivida en un festival con una persona que buscaba pescado, fue el desencadenante que termin¨® con David deslig¨¢ndose de su alias para siempre.
El artista cont¨® lo ocurrido en el p¨®dcast ¡®lover.studiosss¡¯. ¡°Un d¨ªa en un festival de muchos grupos vino un t¨ªo con una furgoneta y entr¨® en recepci¨®n del hotel donde estaba esperando y pregunta a la recepcionista ¡®oye, ?el pescado d¨®nde lo tienes?¡¯¡±, inicia la an¨¦cdota el autor de ¡®Cuando no quedan ganas¡¯. Tras ello, el madrile?o explica que la recepcionista no sab¨ªa muy bien a qu¨¦ ven¨ªa dicho hombre, y que ¨¦l, a lo lejos, escuch¨® toda la conversaci¨®n: ¡°Este t¨ªo me viene a buscar a m¨ª¡±, asegura.
Entonces, David tom¨® la decisi¨®n de acercarse al hombre: ¡°Me acerco y le digo ¡®perdona vienes a buscar a El Pescao¡¯, y dice ¡®no, no, no, vengo a buscar el pescado, que supongo que ser¨¢ para la barbacoa que est¨¢n montando en el festival¡¯¡±. Ante lo dicho por el hombre, el guitarrista comenz¨® una discusi¨®n con ¨¦l. El hombre estaba empe?ado en que ven¨ªa a por pescado, mientras que Otero aseguraba que era ¨¦l el que ¡°iba a tocar¡± en el festival.
El hombre buscaba pescado, no a ¡®El Pescao¡¯
Tras el intercambio verbal entre ambos, el cantante asegura que todo sali¨® bien, aunque el hombre de la furgoneta se hab¨ªa preparado para recibir otra cosa: ¡°Cuando llegamos a la furgo hab¨ªa tumbado todos los asientos para meter ah¨ª unas cajas de pescado, y sin embargo me ven¨ªa a buscar a m¨ª¡± afirma David, ante las risas de los all¨ª presentes, sorprendidos por lo que el artista les acababa de contar.
Lo ocurrido ese d¨ªa en la recepci¨®n del hotel, con la confusi¨®n del hombre de la furgoneta como protagonista, fue el momento que llev¨® a ¡®El Pescao¡¯ a dejar de ser conocido precisamente como ¡®El Pescao¡¯, eliminando dicho alias: ¡°Y ese d¨ªa dije ¡®se acab¨®¡¯¡±, concluye el madrile?o.
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