El d¨ªa que Keith Richards (Rolling Stones) us¨® un cuchillo para despedir a Donald Trump: ¡°Am¨¦rica tiene que deshacerse de ¨¦l¡±
En 1989, durante la gira ¡®Steel Wheels¡¯ de los Rolling Stones, hubo un ¡®choque de trenes¡¯ entre el magnate y la banda que pudo acabar en tragedia.
La relaci¨®n de Keith Richards con los estadistas m¨¢s pol¨¦micos ha sido mala desde el d¨ªa de su nacimiento. El m¨ªtico guitarrista y cofundador de los Rolling Stones vio la luz el 18 de diciembre de 1943, en una peque?a localidad cerca de Londes mientras estaba siendo bombardeada por los nazis: ¡°Hitler iba a por m¨ª¡±.
El guitarrista siempre dice que odia enfadarse, y que la ¨²ltima vez que estuvo realmente enfurecido fue hace m¨¢s de 35 a?os con Donald Trump, actual presidente de EEUU.
Michael Cohl fue el promotor de la gira ¡®Steel Wheels¡¯ de los Rolling en 1989 y se le ocurri¨® la idea de que uno de los conciertos se retransmitiera por PPV. Busc¨® en Las Vegas un patrocinador para la idea, pero nadie estuvo interesado. Solo logr¨® convencer a Donald Trump, propietario del Trump Plaza Hotel and Casino en Atlantic City.
Cuando Cohl present¨® el proyecto a ¡®Sus Sat¨¢nicas Majestades¡¯ no les hizo demasiada gracia asociarse con el magnate, que ya arrastraba una fama de personaje complicado: ¡°Genial, pero solo si no tenemos ning¨²n contacto con Trump, ?Que se Joda!¡±, dijeron los miembros de la banda seg¨²n cont¨® Cohl a?os despu¨¦s.
En el contrato, el magnate se comprometi¨® a no aparecer en la promoci¨®n del concierto ni en la actuaci¨®n. Pero a Trump nadie le dice lo que tiene que hacer. El evento fue anunciado con un ¡°Donald Trump presenta a los Rolling Stones¡± con el nombre del empresario en letras gigantes y el de la banda en una tipograf¨ªa min¨²scula, lo que ya encendi¨® a la banda.
El d¨ªa del concierto y el cuchillo
El d¨ªa del concierto, Trump dio una conferencia de prensa en la sala preparada para los m¨²sicos. Cuando Cohl se enter¨®, corri¨® hasta all¨ª e intent¨® interrumpirla: ¡°?Para! ?Para! Nos prometiste que ni siquiera estar¨ªas aqu¨ª. ?Esto va a ser una locura!¡± Pero Trump no le hizo caso y continu¨® hablando con la prensa.
Cohl se fue a ver a los Rolling, les cont¨® lo sucedido, y Keith Richards, rojo de ira, sac¨® un cuchillo, lo blandi¨® delante del promotor y dijo mientras lo clavaba en la mesa ¡°?Para qu¨¦ te pago? ?tengo que despedirlo yo mismo? ?O se va del edificio o nos vamos nosotros!¡±. Cohl se encontr¨® con el papel¨®n de tener que echar a Trump de su propio edificio o enfrentarse al cuchillo de Richards.
El magnate se puso como una fiera, rodeado por sus guardaespaldas: ¡°?Eres un ignorante y tus chicos unos in¨²tiles!¡±, pero Cohl avis¨® a su jefe de seguridad, Jim Callahan, que inmediatamente fue para all¨¢ con todo su equipo. Despu¨¦s de unos minutos de gran tensi¨®n, Trump claudic¨® y fue expulsado de su propio edificio hasta que terminara el concierto.
La relaci¨®n de Trump con los Rolling no termin¨® all¨ª. En noviembre de 2016, despu¨¦s de ganar sus primeras elecciones presidenciales, son¨® la canci¨®n ¡°You Can¡¯t Always Get What You Want¡± durante el discurso de la victoria. El presidente no ten¨ªa permiso para usarla, pero la banda decidi¨® no demandar. Keith Richards dijo entonces una frase para la historia recordando el incidente del cuchillo: ¡°Am¨¦rica tiene que deshacerse de ¨¦l. Que no digan que no lo advert¨ª¡±.
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