Arde Bogot¨¢ y ocho minutos y cuatro segundos de obra maestra

Y los perros ten¨ªan un destino: la Torre Picasso. Arde Bogot¨¢ lo ha descubierto con una canci¨®n que lleva el nombre de ese rascacielos en Madrid que un d¨ªa fue el m¨¢s alto de Espa?a. 157 metros de altura que el grupo de Cartagena, Murcia, derriba en ocho minutos y cuatro segundos, con una canci¨®n que lleg¨® hace unas horas para no abandonar la boca de todos, exclamaciones en redes sociales y entre los expertos. En bucle. Por su trascendencia. Por todas las m¨²sicas que concentra a la vez. Del indie al rock m¨¢s puro. Solo ellos pod¨ªan hacerlo. En la semana en la que Vetusta Morla se ha bajado de los escenarios por un tiempo indefinido, el grupo llamado a ocupar su reinado sube esta canci¨®n para cerrar su segundo disco, ¡®Cowboys de la A3¡ä, con un veredicto un¨¢nime: obra maestra. Tanto en una.

Primero, por su duraci¨®n. Ocho minutos y cuatro segundos que recuerdan tanto a H¨¦roes del Silencio, es inevitable la comparaci¨®n, desde que aquellos se fueron muchos han querido ser ellos pero solo estos se acercan, y a Robe Iniesta y su ¡®Pedr¨¢¡¯ con sus veintinueve minutos de duraci¨®n. Segundo, por el momento. En el tiempo de lo r¨¢pido, de lo de hoy para ayer, de los estribillos cada vez m¨¢s cortos, pensados para introducirse sin corte en los v¨ªdeos de TikTok y en una storie de Instagram, en las cosas con velocidad de reel, tan pronto se ve, tan r¨¢pido pasa, hacen una canci¨®n de ocho minutos y cuatro segundos. Ellos, Arde Bogot¨¢, para derribar la Torre Picasso, un emblema, para, quiz¨¢, tirar otro. Este mundo esquizofr¨¦nico en el que nada se queda, ni siquiera las ruinas.

¡°C¨®mo mezclar Extremoduro, Red Hot Chili Peppers, U2, H¨¦roes del Silencio en una sola canci¨®n. Hab¨¦is hecho el tema por el que se os recordar¨¢ de aqu¨ª en adelante¡±, escrib¨ªa en Twitter el usuario Paco Hern¨¢ndez. ¡°Acabo de escuchar ¡®La torre Picasso¡¯ y me ha trasladado a los himnos rock que escuchaba hace muchos a?os. ¡®November Rain¡¯, ¡®Bohemian Rapsody¡¯, ¡®One¡¯¡­ Gun&Roses, Queen, U2, Heroes del Silencio¡­ Temazo, otro m¨¢s. E himno para la posteridad¡±, lo hac¨ªa otro, Aurelio Cegarra. Y tambi¨¦n periodistas especializados en m¨²sica como Javier Decimavilla (¡°En una ¨¦poca en la que el consumo r¨¢pido e instant¨¢neo parece marcar gran parte de los lanzamientos musicales y ahora que la tendencia parece ser publicar canciones cortas, Arde Bogot¨¢ se desmarcan sacando un tema de ocho minutos¡±, comenzaba un hilo en el que destacaba que la canci¨®n lo tiene todo: ¡°Es deudora del mejor rock progresivo. Arranca con un arpegio de guitarra y con la voz de Antonio sonando especialmente profunda y sincera. Hay aires psicod¨¦licos y mucho groove, hay contundencia, hay ¨¦pica y hay emoci¨®n, pero sobre todo hay mucho rock¡±), Criado el Enterado, autor del podcast #EscenarioPrincipal (¡°MONUMENTAL CANCI?N¡±), Arturo Paniagua, que, por cierto, inciso como botella lanzada al mar, por si a quien corresponda le llega: c¨®mo se echan de menos sus ¡®Sesiones Movistar+, (¡°Que la banda del momento haga una canci¨®n de ocho minutos ya de por s¨ª es una declaraci¨®n de intenciones. ¡®La Torre Picasso atraviesa una amalgama de emociones que parte de lo reflexivo y avanza hacia lo salvaje y fren¨¦tico para terminar en una especie de celebraci¨®n colectiva¡±) y Fernando Neira, periodista de la Cadena SER y El Pa¨ªs (¡°Por si a alguien le quedaba todav¨ªa el m¨¢s m¨ªnimo atisbo de duda en torno a Arde Bogot¨¢, este ep¨ªlogo de ocho minutos largos titulado ¡®La torre Picasso¡¯ es el golpetazo de poder¨ªo definitivo¡±). Hasta sus camaradas Viva Suecia, otro de los grupos del momento, amanec¨ªan felicit¨¢ndola: ¡°Lo que ha hecho Arde Bogot¨¢ con ¡®La torre Picasso¡¯ es una puta genialidad y solo podemos quitarnos el sombrero¡±. Aplauso. Viva Murcia y los m¨²sicos como ellos.

¡°Hay que parar el mundo¡±, grita la voz de Antonio en el minuto 3:34.

Guitarra. Guitarra. Guitarraaaa.

¡°El plan est¨¢ claro: quemar la torre Picasso¡±. Sube el ritmo. Se acelera como los latidos del coraz¨®n entretejido en esa voz grave que transporta, en la que uno se quedar¨ªa a vivir, de lo profunda, por el cobijo que da. Lo dice dos veces antes de ese ¡°Hermanas y hermanos: quemad la torre Picasso¡±. Tambi¨¦n por dos veces. La guitarra se escucha alt¨ªsima, llen¨¢ndolo todo. El aire, la atm¨®sfera, la sangre, los pies.

La canci¨®n sigue.

Mientras la voz de Antonio, y todos los perros que soltaron, observan ese edificio hoy sede de empresas como Google o Microsoft (y en 1990 de Canal+, cuando se fund¨®) convertido en cascotes. Es ¡®Blade Runner¡¯ llevada a la m¨²sica. El ¡®Sinsonte¡¯ de Walter Tevis. El ¡®Fahrenheit 451¡ä de Ray Bradbury a¨²n humeante. Cualquier distop¨ªa hecha realidad. Entretejida en esa voz que envuelven una guitarra (Dani), una bater¨ªa (J. Mercader) y un bajo (Pepe) para hacerla eterna. Unas horas lleva en la calle y ya solo puede tener ese adjetivo. Hay canciones que pertenecen a un momento, un verano, un a?o, otras, sin embargo, atraviesan el tiempo. ¡®La torre Picasso¡¯ es de las segundas. Brillant¨ªsima. Bucle, bucle, BUCLE.

Con la producci¨®n de Carlos Raya, con el que Arde Bogot¨¢ ya trabaj¨® en la versi¨®n de ¡®La salvaci¨®n¡¯ junto a Bunbury, y un v¨ªdeoclip dirigido y animado por Aitor Guerrero, todo apocal¨ªptico, que transmite en su dibujo todo lo que Arde Bogot¨¢ va relatando, para ensartarse adentro, como la voz y las letras de Antonio, el bajo de Pepe, la guitarra de Dani, la bater¨ªa de J. Mercader.

¡°Si la felicidad se escapa, bailar¨¦ con el dolor¡±.

?Pero ad¨®nde lleva ¨¦ste cuando todo lo que rodea son llamas? Porque la juventud siempre termina faltando. Aunque canciones como ¡®La torre Picasso¡¯ sean anverso, de esas a las que nunca les saldr¨¢n arrugas.

Gracias, Arde Bogot¨¢, por traernos hasta aqu¨ª.

¡°Bailar¨¦ con el dolor¡±.

¡°Na, na, na, na, na, na, na, na¡±.

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