Michael Douglas, sobre las escenas de sexo en Hollywood: ¡°Todo est¨¢ coreografiado¡±

El tiempo ha esculpido lentamente en el cine matices que s¨®lo el paso de los a?os puede explicar y que, a veces, resulta dif¨ªcil de entender para aquellos rostros que llevan varias d¨¦cadas en la industria, actores y actrices que, en cierta parte, se saben int¨¦rpretes de otra ¨¦poca y joyas del pasado para proyectos cinematogr¨¢ficos del presente. Podr¨ªa resultar el caso de Michael Douglas, quien, en una reciente entrevista concedida a The Telegraph, se ha pronunciado acerca de una de las pol¨¦micas que m¨¢s ha atizado Hollywood en los ¨²ltimos meses: el uso de coordinadores de intimidad en escenas sexuales.

¡°La edad en la que ten¨ªa que preocuparme por eso ya pas¨®, pero es interesante el tema de los coordinadores de intimidad¡±, dice, amagando con no responder para luego hacerlo sin medias tintas: ¡°Parece que los ejecutivos estuvieran quitando el control a los cineastas, pero ha habido algunos pasos en falso y acoso terribles¡±.

¡°Antes parec¨ªa que nos encarg¨¢bamos de eso nosotros¡±

Es dif¨ªcil borrar de la memoria del espectador resabido la imagen de aquel Douglas que, a finales de los ochenta y principios de los noventa, hizo de las escenas de alto voltaje una parte casi indispensable de un tipo de thriller, el que representaban cintas como Atracci¨®n fatal o Instinto b¨¢sico, que hoy casi se encuentra en peligro de extinci¨®n. ¡°Las escenas de sexo son como escenas de lucha. Todo est¨¢ coreografiado ahora¡±, se queja.

Tiene sus m¨¦todos. ¡°En mi experiencia, como hombre, asumes la responsabilidad de asegurarte de que la mujer se sienta c¨®moda. Hablas de ello. Dices: ¡®Est¨¢ bien, te tocar¨¦ aqu¨ª si te parece bien¡¯. Es muy lento, pero parece que est¨¢ sucediendo de forma org¨¢nica, que es lo que esperamos que sea una buena actuaci¨®n¡±, detalla.

No escapa para el actor el cambio de tendencia que afronta el cine desde hace no pocos a?os, consciente de que su forma de cambiarlo quiz¨¢ se pierda en esta suerte de viraje, y reconoce que habla desde una posici¨®n tradicionalmente privilegiada en la industria: la del hombre blanco y heterosexual.

Con todo, reflexiona, este debate se centra, en realidad, en otorgar m¨¢s o menos poder al artista ¡ªel int¨¦rprete, en este caso¡ª. ¡°Estoy seguro de que hubo personas que sobrepasaron sus l¨ªmites, pero antes parec¨ªa que nos encarg¨¢bamos de eso nosotros mismos. Yo hice algunas de esas pel¨ªculas sexuales y ahora habl¨¦ con algunas de las damas en ellas, bromeando sobre c¨®mo habr¨ªa sido tener un coordinador de intimidad trabajando con nosotros¡±, relata.

No es balad¨ª su posici¨®n, como tampoco lo es el debate acerca de la presencia de coordinadores de intimidad en los rodajes. Nombres como Ewan McGregor o Kate Winslet se posicionan a favor, otros como Toni Colette o Michael Caine lo hacen en contra. En el fondo no deja de ser una de esas esquinas que el tiempo esculpe sobre la industria.

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