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Lineker y las ¡°siete horas de infierno¡± tras probar un estimulante en la Eurocopa 2020
El exfutbolista del Barcelona, que realizaba la retransmisi¨®n para la BBC del torneo, sufri¨® sudores fr¨ªos y graves mareos la noche previa al partido inicial.
El viernes 11 de junio de 2021 el pitido de un silbato dio inicio a la Eurocopa 2020, que hab¨ªa sido aplazada un verano entero a consecuencia de la pandemia del coronavirus. Turqu¨ªa e Italia se bat¨ªan en un duelo que ten¨ªa la responsabilidad no buscada que recae sobre aquellos a quienes les toca abrir un torneo de estas caracter¨ªsticas. Su retransmisi¨®n dio la vuelta al Viejo Continente y al mundo entero; uno de los encargados de poner voz a este primer encuentro fue Gary Lineker. El exfutbolista, que hizo carrera en equipos de la talla del F¨²tbol Club Barcelona y Tottenham Hotspur, sac¨® adelante la emisi¨®n de la BBC. Pero fue significativamente m¨¢s dif¨ªcil de lo que el espectador pudo imaginar entonces.
La culpa fue del snus, un estimulante que contiene nicotina y cuyo consumo ha aumentado notoriamente en el mundo del f¨²tbol profesional. Se trata de tabaco sin humo: unas peque?as bolsitas que se colocan entre el labio superior y las enc¨ªas y que sirven como alternativa menos da?ina a los cigarrillos. Pese a ser muy t¨ªpico en Suecia y otros pa¨ªses del norte europeo, su compra en Reino Unido es ilegal. Lineker, despu¨¦s de ¡°unos cuantos tragos¡± eligi¨® una ¡°opci¨®n d¨¦bil¡± y se dej¨® llevar. Prob¨® el snus. Y le sucedieron ¡°siete horas de absoluto infierno¡±.
¡°Me arrastr¨¦ hasta el ba?o como una serpiente¡±
As¨ª lo ha desvelado en el podcast Rest is Football, donde ha confesado a Micah Richards las pesquisas y los detalles de aquel casi fat¨ªdico episodio. Primero empez¨® a sentirse ¡°realmente mareado¡±, despu¨¦s lleg¨® a su habitaci¨®n y, entonces, se desat¨® el horror. ¡°Me siento en la cama y estoy completamente desnudo. Me saqu¨¦ esta cosa de la boca y la tir¨¦ a la basura pensando qu¨¦ diablos es esto¡±, ha confesado el ingl¨¦s.
Las sensaciones fueron desagradables y extra?as en un cuerpo no acostumbrado a ese tipo de turbulencias. ¡°Empiezo a sudar, pero me estoy congelando. Estoy sudando y sudando y hay un charco en el suelo. No puedo moverme y no dejo de pensar qu¨¦ diablos me han hecho¡±, prosigue Lineker, incr¨¦dulo por la existencia de unos sudores fr¨ªos que despertaron aquella et¨¦rea sensaci¨®n de fiebre. ¡°Empiezo a sentir muchas n¨¢useas, pero no puedo levantarme porque me siento muy mareado¡±, dice, confuso, recordando el momento en el que casi le comen las paredes de su habitaci¨®n.
Actu¨® antes de que cayeran sobre ¨¦l. ¡°Finalmente me tumb¨¦ en el suelo y me arrastr¨¦ hasta el ba?o como una serpiente, simplemente desliz¨¢ndome, esa era la ¨²nica manera de llegar all¨ª¡±, se sincera. Aquello fue ¡°terrible¡±; y m¨¢s que eso, ¡°horrible¡±. ¡°Odio como no te lo imaginas¡±, llega a aseverar el brit¨¢nico.
¡°Finalmente la cosa lleg¨® a su fin y me met¨ª en mi cama. Pens¨¦ en mirar la hora. Eran las 7 de la ma?ana; hab¨ªa tenido siete horas de absoluta tortura¡±, dice, consciente de que iba a dormirse a la hora a la que otros muchos en ese mismo hotel se despertar¨ªan. Al d¨ªa siguiente Lineker agarr¨® un micr¨®fono, Italia venci¨® 0-3 a Turqu¨ªa y, un mes m¨¢s tarde, los de Roberto Mancini terminaron por llevarse el trofeo a la pen¨ªnsula mediterr¨¢nea.