La historia de Artab¨¢n, el supuesto cuarto Rey Mago que nunca lleg¨® a Bel¨¦n
Una obra en 1896 asegura que existi¨® un cuarto Rey Mago. Artab¨¢n era el nombre de esta figura, que no pudo conocer a Jes¨²s en Bel¨¦n.
Los Reyes Magos son una de las grandes historias sobre las que se sustenta la Navidad. La visita de tres sabios al Ni?o Jes¨²s a los pocos momentos de nacer, tras ser guiados por una estrella, es una de las leyendas m¨¢s populares. Millones de personas alrededor del mundo los conocen.
Sin embargo, hay una teor¨ªa que apunta a que no siempre han sido solo tres los magos que acudieron a Bel¨¦n a ver al Ni?o. En 1896, apareci¨® una obra que indicaba la existencia de un cuarto rey Mago que no pudo llegar a tiempo para ver al reci¨¦n nacido.
Un posible cuarto Rey Mago
A pesar de que siempre se ha contado la historia de que eran tres los magos que acudieron a Bel¨¦n a adorar al Ni?o Jes¨²s, hay una teor¨ªa que argumenta que pudieron ser cuatro, en vez de los que se conocen actualmente. En este caso, hay que remontarse al a?o 1896, a una obra de Henry van Dyke. Este cuento llevaba por t¨ªtulo ¡®El otro rey Mago¡¯, y cuenta la historia de uno de los sabios que se perdi¨® y no lleg¨® a tiempo a su destino con el objetivo que ten¨ªa.
Artab¨¢n era el nombre del otro rey Mago, de acuerdo con el cuento de Van Dyke. Los cuatro se encontraban muy alejados entre s¨ª, por lo que ten¨ªan que recurrir a mensajeros para comunicarse. Cuando descubrieron la estrella que gui¨® hasta Bel¨¦n a los tres que conocemos en la actualidad, todos quedaron en reunirse en Borsippa (la zona conocida antiguamente con el nombre de Mesopotamia). El ¨²ltimo en salir para el punto de encuentro era, precisamente, Artab¨¢n, debido a que se encontraba geogr¨¢ficamente m¨¢s cerca de dicho lugar.
La historia habla de la ayuda de Artab¨¢n
En su camino hacia la reuni¨®n, Artab¨¢n se encontr¨® con un hombre que hab¨ªa sido malherido por unos bandidos. Este rey Mago llevaba no uno, sino tres regalos, entre ellos un diamante de un gran tama?o. Con el objetivo de curar las heridas del hombre al que estaba ayudando, les entreg¨® a los malhechores que estaban atacando a esta persona dicha joya, una de las m¨¢s valoradas del mundo. Seg¨²n la obra, se qued¨® hasta que se demostr¨® que el diamante era verdadero, por lo que no lleg¨® a tiempo a la reuni¨®n con el resto de los reyes Magos.
Tras ponerse en marcha de nuevo, y descubrir que sus compa?eros se hab¨ªan puesto de camino, Artab¨¢n hizo lo propio. Eso s¨ª, cabe mencionar que cuando lleg¨® a Judea, el Ni?o Jes¨²s ya no estaba. La situaci¨®n de dicha localidad cuando lleg¨® era terrible, ya que, bajo el mandato del rey Herodes, los soldados estaban degollando a los ni?os. Esto conmovi¨® al mago, que sac¨® otro de los regalos que ten¨ªa pensado entregar al reci¨¦n nacido, un rub¨ª, para intercambiarlo por la vida de un infante que iba a ser asesinado. Este gesto fue agradecido por la madre del peque?o, pero, posteriormente, Artab¨¢n fue arrestado y condenado a 30 a?os de c¨¢rcel.
30 a?os despu¨¦s, conoci¨® a Jes¨²s
Tras permanecer cautivo tanto tiempo, Artab¨¢n cumpli¨® su condena y se dirigi¨® hacia Judea, donde dec¨ªan que se encontraba Jes¨²s. Sin embargo, las noticias no eran buenas, ya que se aseguraba que iba a ser crucificado. Esto hizo que el rey Mago acelerara y su ritmo en la marcha fuera mucho m¨¢s veloz. De nuevo, tuvo que detenerse, ya que se encontr¨® con un padre que, ahogado por las deudas, iba a subastar a su hija para resolver su p¨¦sima situaci¨®n econ¨®mica.
Tras conversar con el progenitor de la chica, y preguntar qu¨¦ era lo necesario para que la liberara, Artab¨¢n entreg¨® el ¨²ltimo regalo que ten¨ªa para el Se?or. Ese era un jade, lo que provoc¨® que el padre pudiera liberar a su hija. Despu¨¦s de haber hecho esta buena obra, reemprendi¨® su camino, pero no pudo conocer a Jes¨²s a tiempo, ya que, durante su marcha, le aseguraron que ya hab¨ªa sido crucificado.
En ese momento, la tierra se abri¨® y se produjeron algunos acontecimientos, como el derrumbe de unas casas. Una piedra le dio en la cabeza a Artab¨¢n, y en ese momento tuvo una visi¨®n: era Jes¨²s. Este ¨²ltimo le expres¨® al mago su agradecimiento por todas las acciones de ayuda y bondad que hab¨ªa hecho en su vida, en especial, las que realiz¨® en su camino para conocerle. Tras esto, Artab¨¢n falleci¨® y ascendi¨® al cielo junto al Se?or.
La astronom¨ªa podr¨ªa respaldar la historia
Por otra parte, cabe mencionar que el campo de la astronom¨ªa podr¨ªa respaldar la teor¨ªa de la existencia de un cuarto rey Mago. As¨ª lo apunta el cient¨ªfico Mark Kidger, de la Agencia Espacial Europea (ESA). En declaraciones a la revista ¡®Astronomy¡¯, asegura que pudo haber un fen¨®meno que llevar¨ªa a la equivocaci¨®n de uno de los sabios que estaba destinado a acudir a ver al Ni?o Jes¨²s, y que no lleg¨® a tiempo.
La estrella conocida pudo haber sido una nova, y la raz¨®n de que Artab¨¢n no llegara a tiempo para adorar al reci¨¦n nacido pudo haber estado en que no interpret¨® de forma adecuada las se?ales que se estaban produciendo en el cielo. Esto se pudo llevar a cabo despu¨¦s de la conjunci¨®n de la nova y la Luna, por lo que no hab¨ªa luz, ya que esta fue tapada por ambos fen¨®menos de la naturaleza.