Jorge Javier V¨¢zquez estalla contra Ana Obreg¨®n: ¡°La nada haci¨¦ndose carne¡±

El televisor ha cambiado tanto en los ¨²ltimos a?os que asusta pensar en lo est¨¢tico de la televisi¨®n. No se debe entender lo que deja de moverse como algo necesariamente malo; tampoco como un ente bueno, aunque s¨ª deba reconocerse una cierta virtud de permanencia. Hace a?os que dejaron de colocarse mu?ecas flamencas encima de la tele por lo fino de sus pantallas, pero muchos personajes que entonces aparec¨ªan en su interior siguen protagonizando espacios. A esto ha querido referirse Jorge Javier V¨¢zquez en su blog de Lecturas, adjudicando el motivo de su columna a una persona con nombre y apellidos; un texto que viene a hablar de, seg¨²n dice, la decadencia de Ana Obreg¨®n.

¡°Ana Obreg¨®n comparece en el plat¨® de ?De Viernes! porque lo siente como un entorno seguro. Un espacio donde prima el respeto y la buena educaci¨®n. As¨ª como declaraci¨®n de principios suena colosal, pero la realidad es mucho m¨¢s prosaica. Ana Garc¨ªa Obreg¨®n va a la tele porque necesita meterse peri¨®dicamente ese chute cat¨®dico que le haga pensar que sigue vigente¡±, inicia el texto del presentador de televisi¨®n, que, obviando la carencia de t¨®ner de los formatos digitales, ha optado por dejar de lado las medias tintas.

Su redacci¨®n es un aut¨¦ntico one-two pros¨ªstico: ¡°Ha llegado el momento de enfrentarse a la verdad. Ana Obreg¨®n ya es historia de la televisi¨®n. Ya fue. Pas¨® su tiempo y ahora entra a formar parte de ese grupo de monumentos cat¨®dicos que lo han sido todo pero que ya no tienen nada que decir¡±.

¡°Intentar¨¢ retorcer la realidad para ser la principal beneficiada¡±

A todas las granadas que suenan en el bosque les han quitado una anilla; esto es, que detr¨¢s de cada explosi¨®n hay un detonante ¡ªliteralmente¡ª. En este caso, Jorge Javier hac¨ªa alusi¨®n a la pol¨¦mica aparici¨®n de la televisiva en el citado programa, donde defendi¨® el proceso de gestaci¨®n subrogada al que recurri¨® para traer al mundo a su hija adoptiva y nieta biol¨®gica, la peque?a Anita. ¡°Yo no he comprado un beb¨¦, lo he heredado¡±, asever¨®, incidiendo en que estaba cumpliendo la ¨²ltima voluntad de su hijo antes de morir de c¨¢ncer.

Las redes sociales dictaron sentencia. Jorge Javier ha sido ¡ªy ha asido¡ª el martillo. ¡°Lo peor que se le puede pedir a Ana Obreg¨®n en estos momentos de su vida es que hable. Porque a lo largo de su existencia, y sobre todo en los ¨²ltimos tiempos, ha pronunciado tantas mentiras que su mente est¨¢ m¨¢s preocupada en no contradecirse que en expresarse con libertad¡±, detalla, afirmando que la actriz ¡°cont¨® pasajes dram¨¢ticos de su vida¡±, efectivamente, pero que ¡°est¨¢n tan manoseados, tan tergiversados, tan manipulados, que en ning¨²n momento consigui¨® transmitir emoci¨®n alguna¡±.

Esta mala voluntad habr¨ªa tenido un culmen esc¨¦nico. ¡°Se notaba que hac¨ªa verdaderos esfuerzos por llorar, pero las l¨¢grimas no aparec¨ªan porque ya no sab¨ªan si lo que Ana estaba contando era churro, mediamanga o mangotero. Y eso que en un momento tuvo el santo papo de decir: ¡®Me voy a poner a llorar otra vez¡¯. Y era para decirle: ¡®No, querida, es que todav¨ªa no has llorado ninguna¡¯¡±, escribe el otrora presentador de S¨¢lvame.

Tras acusar a Ana Obreg¨®n de mentir en una an¨¦cdota que cont¨® el pasado viernes, puesto que, asegura, se contradice con otra versi¨®n de la misma historia que relat¨® en el pasado de forma diferente, algo que tambi¨¦n se?alaron los presentadores del programa, lanza otra estocada m¨¢s: ¡°Conozco bien a Ana cuando se pone a la defensiva. Habla, habla y habla sin parar. Se refugia en lugares comunes, en t¨®picos rancios, en dolores ancestrales y en una mosca que pasaba por all¨ª para aturrullar a los colabores, ir haciendo que corra el tiempo para, al final, largarse a casa con el tal¨®n en el bolso y planear su vuelta a otro plat¨® para endosarnos un nuevo rollo. Que no ser¨¢ siempre el mismo, porque intentar¨¢ retorcer la realidad para que ella sea la principal beneficiada¡±.

H¨¢bil espadach¨ªn en estos formatos, Jorge Javier termina de esbozar su cr¨ªtica. ¡°La madre m¨¢s abnegada. La abuela m¨¢s entregada. La mujer m¨¢s jovial. En definitiva: la nada haci¨¦ndose carne por momentos¡±. Varios ladillos m¨¢s tarde, acusaciones de hacer ¡°todo por dinero¡± y atraer a su expareja, Alessandro Lequio, a un ¡°circo¡± del que quiere pasar, el ruido de la granada parece seguir rebotando entre las hojas de los ¨¢rboles.

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