Qu¨¦ tres elementos prohib¨ªa la reina Isabel II en sus banquetes: miedo al envenenamiento

¡°No se trata de una simple comida, sino de un ballet brillantemente coreografiado, diplomacia de souffl¨¦ en su m¨¢xima expresi¨®n, en la que reyes y reinas, pr¨ªncipes, potentados y presidentes se sientan a deleitarse con el poder eterno de la mesa compartida¡±. Con estas palabras, Tom Parker Bowles, hijo Camila, monarca del Reino Unido y de la Commonwealth, ha relatado en un art¨ªculo en el Daily Mail c¨®mo eran las cenas de Estado que daba Isabel II.

Unos banquetes exuberantes donde no primaba ¨²nicamente la comida: ¡°Las cenas no solo pueden extenderse a tres platos, sino que siguen siendo poderosas herramientas diplom¨¢ticas: arte de gobernar comestible, pura diplomacia a la hora de la cena¡±.

De acuerdo con Parker Bowles, en estos eventos, que tienen lugar hasta tres al a?o en el St George¡¯s Hall de Windsor o en el gran sal¨®n de baile de Buckingham, la difunta reina era ¡°muy estricta con los detalles¡±.

¡°Su Majestad siempre dise?aba los men¨²s para sus invitados, no para ella misma. Y a?ad¨ªa sus propias sugerencias, o recordaba que a tal o cual persona le hab¨ªa gustado mucho esto o aquello la ¨²ltima vez que vino. Su memoria era incre¨ªble. Todos los men¨²s ten¨ªan su mano¡±, revela, ya que tuvo oportunidad de charlar con el chef real, Mark Flanagan.

Y apunta aquello prohibido en los banquetes: ¡°La comida picante no es una opci¨®n, ni tampoco los mariscos (por razones de potencial envenenamiento), ni los platos cargados de ajo. La estacionalidad es siempre importante y los ingredientes se recogen, siempre que es posible, de las propiedades reales. Los tiempos pueden haber cambiado y el apetito puede haber disminuido, pero hay algo que es eternamente cierto: nadie se levanta de la mesa real con hambre¡±.

Qu¨¦ comen los reyes

Adem¨¢s, en su art¨ªculo, Tom Parker Bowles desvel¨® tambi¨¦n los h¨¢bitos alimenticios de los actuales reyes, a quienes suceder¨¢n los pr¨ªncipes de Gales: ¡°La reina Camilla, mi madre, come un almuerzo muy ligero, un taz¨®n de sopa de pollo, tal vez, o un poco de salm¨®n ahumado, y el rey no come nada en el almuerzo. Sin embargo, el t¨¦ es una comida seria, aunque muy relajada, donde sea que se celebre. Mientras que las cenas, lejos de la pompa y solemnidad oficiales, son realmente muy relajadas¡±.

¡°Con la excepci¨®n de los banquetes de Estado y las cenas oficiales, el rey y la reina comen comida sencilla, saludable y de temporada, ya sea en Buckingham, Sandringham o Balmoral. Sus chefs, bajo la experta supervisi¨®n del chef real, Mark Flanagan, viajan con ellos¡±.

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