Muere Ernestina Sodi, hermana de Thal¨ªa

Despu¨¦s de un ¨²ltimo mes emocionalmente complejo en el seno de la familia Sodi, noviembre ha terminado por te?ir de luto el oto?o: Ernestina Sodi, hermana de Thal¨ªa y madre de Camila Sodi, ha fallecido este viernes a los 64 a?os de edad en Ciudad M¨¦xico. Ha sido su propia hija quien ha confirmado a trav¨¦s de redes sociales el deceso de la reconocida escritora y periodista. ¡°Mi mam¨¢, abuela de mis beb¨¦s. Noviembre 8, 2024. Descanse en paz¡±, ha escrito, despertando una oleada de mensajes de ¨¢nimo y apoyo en tan dif¨ªcil momento.

Ernestina hab¨ªa pasado casi un mes hospitalizada. Los dos infartos de miocardio que sufri¨® provocaron una ruptura en la arteria aorta que hab¨ªa complicado gravemente su salud. En las ¨²ltimas semanas, y aunque tanto Thal¨ªa como Camila han preferido dejar este tema alejado de las c¨¢maras, ambas pidieron a sus seguidores que, quien pudiera, donase sangre en apoyo a Ernestina. Se aferraron a una peque?a posibilidad que, durante octubre, les hizo creer en el milagro m¨¦dico que se precisaba; la vida de la escritora termin¨® por escaparse.

La emotiva despedida de Thal¨ªa

El mensaje que la propia Thal¨ªa ha compartido a trav¨¦s de su perfil de Instagram, que roza los 400.000 ¡®me gustas¡¯ y los 10.000 comentarios, para despedirse de su hermana ha hecho brotar m¨¢s de una l¨¢grima. ¡°El mismo sol, el mar, la brisa y el amor en una sola persona. La alegr¨ªa, la resiliencia, la bondad y la vida misma en todo tu ser, Ernestina. No solo mi hermana en esta tierra, sino tambi¨¦n mi hermana en Cristo. Doble bendici¨®n¡±, inicia el emotivo texto.

La cantante mexicana habla de los ¨²ltimos d¨ªas en vida de Ernestina y se deshace al pensar en la bondad de sus instantes finales. ¡°Dios nos permiti¨® despedirnos todos los que te amamos de ti en estos d¨ªas, como la guerrera que eres, luchaste hasta el ¨²ltimo segundo por estar aqu¨ª, por regalarnos tu sonrisa, por mirar nuestros ojos y por compartir l¨¢grimas juntos como la familia que somos¡±, escribe, refiri¨¦ndose a ella como ¡°Titi¡± y sinti¨¦ndose aliviada al recordar que se reencuentra ¡°con mam¨¢ y pap¨¢ y con amigos que se nos adelantaron, pero sobre todo, frente a nuestro Dios amado¡±.

No es f¨¢cil interiorizar la p¨¦rdida de un familiar despu¨¦s de semanas de sufrimiento; aunque las probabilidades fueran muy altas, nadie entrena a nadie para soportar dicho golpe. A¨²n as¨ª, Thal¨ªa saca fuerzas para sonre¨ªr por su hermana. ¡°S¨¦ que est¨¢s m¨¢s libre y feliz que nunca, m¨¢s gozosa y contenta en la presencia del eterno¡±, dice, enumerando todas aquellas que, no obstante, echar¨¢ en falta: ¡°Aqu¨ª vamos a extra?ar tus abrazos, tus manitas llenas de caricias, tus ojitos azules llenos de estrellitas, tus cabellos como de oro, tus hermosas pl¨¢ticas, toda tu presencia humana¡±.

Entonces se rompe. ¡°No sab¨ªa que mi coraz¨®n se pod¨ªa seguir rompiendo otro poquito m¨¢s, d¨¢ndome un dolor nuevo totalmente indescriptible. El dolor del que pierde a un hermano¡±, escribe, agradeciendo a Ernestina ¡°ser tan generosa en todos los sentidos en esta vida¡± y, finalmente, tras dedicarle unos versos, se despide para siempre: ¡°Te amo tanto, belleza. Tanto y siempre. T¨², mi barca libre al viento¡±.

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