La nueva vida de Alicia Senovilla, la m¨ªtica presentadora de Canal Sur y Telemadrid con la risa m¨¢s contagiosa de la televisi¨®n

Algo deb¨ªa tener la televisi¨®n de los noventa que sus rostros, a pesar de haberse alejado muchos de la primera l¨ªnea medi¨¢tica, calaron en el imaginario colectivo como im¨¢genes representativas de un mundo, el de la peque?a pantalla, cuyo vuelo comenzaba a adquirir notoria altitud. Fue uno de ellos el de Alicia Senovilla, cuya cercan¨ªa, manifestada a trav¨¦s de una risa contagiosa que escapaba de plat¨® para colarse en todos los hogares espa?oles, catapultaron su fama y presencia en numerosos espacios televisivos a finales de la mentada d¨¦cada e inicios del presente siglo.

De un tiempo a esta parte cuesta encontrar a Senovilla, antes de habitual hallazgo en el zapping. Pero lo cierto es que contin¨²a al pie del ca?¨®n. Y lo hace en un entorno parecido al que le vio debutar: en la televisi¨®n auton¨®mica. Sus comienzos fueron de la mano de Canal Sur, all¨¢ por 1995, a donde salt¨® profesionalmente tras unos primeros a?os en Televisi¨®n Espa?ola y en la emisora local de C¨¢diz de Radio Nacional de Espa?a.

Una carrera plagada de saltos

En la auton¨®mica andaluza present¨® ?Qu¨¦ buena gente!, inventando un formato que m¨¢s adelante ser¨ªa tremendamente explotado: el talk show donde ciudadanos an¨®nimos relatan a c¨¢mara ciertas vivencias personales y, aparentemente, ¨ªntimas. Triunf¨®. Y despu¨¦s de su aventura en Conocer Andaluc¨ªa, march¨® a Telecinco, donde se consolid¨® como cara de la propuesta vespertina con Ya empezamos y, m¨¢s tarde, Las tardes de Alicia. En 1999 puso rumbo a Antena 3, que pretend¨ªa terminar con la monarqu¨ªa absoluta de Mar¨ªa Teresa Campos en el horario matinal, pero el programa, Como la vida misma, que obtuvo unos m¨¢s que notables datos de audiencia, no fue renovado; y Senovilla march¨® al que ser¨ªa en el futuro uno de sus hogares: Telemadrid.

La realidad es que apenas dos a?os despu¨¦s regres¨® a Antena 3, puesto que los datos matinales no hab¨ªan vuelto a ser los mismos desde su partida. Ocurri¨® entonces una carambola televisiva: Senovilla volvi¨® a no batir a su rival y, a final de temporada, fue Mar¨ªa Teresa Campos quien fich¨® por Atresmedia, relegando a la madrile?a a otros formatos de la misma cadena hasta que, finalmente, volvi¨® a las auton¨®micas.

De 2007 a 2017 ha sido pieza clave de la programaci¨®n de Castilla-La Mancha Televisi¨®n, tanto en Tarde de Ronda como en A Tu Vera, apareciendo tambi¨¦n en Canal Sur y, desde 2023, en Telemadrid, de nuevo, y en Canal Extremadura, donde presenta en la actualidad Atr¨¢pame si puedes, as¨ª como algunas retransmisiones especiales de la cadena.

Vida personal

En el plano ¨ªntimo siempre ha mantenido una f¨¦rrea discreci¨®n que, en ocasiones, fundamentalmente por el peso de una informaci¨®n sobre la que la rumorolog¨ªa puede crear un da?o de dif¨ªcil justificaci¨®n, ha roto. As¨ª ocurri¨® cuando en 2020 confes¨® a Lecturas c¨®mo hab¨ªa perdido a su segunda hija, que falleci¨® cuando ella se encontraba todav¨ªa en estado de embarazo. ¡°Se le hizo un nudo en el cord¨®n y la dej¨® sin riego. Estaba de 39 semanas. Tuve que dar a luz sabiendo que nacer¨ªa muerta. Me dieron la opci¨®n y la don¨¦ a la ciencia¡±, reconoci¨® entonces.

Dif¨ªcil fue tambi¨¦n el episodio de su divorcio con Erasmo Ubera, que trascendi¨® en 2014 y tras m¨¢s de dos d¨¦cadas de relaci¨®n y otros dos hijos en com¨²n, Candela y Erasmo, de 22 y 18 a?os, respectivamente. ¡°Hemos tomado la decisi¨®n de separarnos de mutuo acuerdo por un claro desgaste en nuestra relaci¨®n, pero todo se ha llevado en muy buenos t¨¦rminos¡±, explicaba en el momento en el que la noticia sali¨® a la luz.

Si bien no han sido los ¨²ltimos a?os un paseo liviano exento de complicaciones para Senovilla, que tambi¨¦n afront¨® la muerte de su padre en 2021, la presentadora madrile?a no deja de sonre¨ªr, tal y como expone diariamente en redes sociales.

Contin¨²a en las auton¨®micas, despertando a aquel que llega tras realizar un zapping fren¨¦tico la sensaci¨®n de haberse reencontrado con uno de esos rostros cuyo paradero se hab¨ªa vuelto un misterio. Al pie del ca?¨®n, con su risa contagiosa y su innata espontaneidad.

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