La noche en la que Al Pacino se salv¨® de un intento de secuestro

Las memorias son una oportunidad de conocer los momentos m¨¢s ¨ªntimos y desconocidos de las figuras p¨²blicas y de descubrir a la persona que las escribe. El ic¨®nico actor estadounidense Al Pacino ha publicado recientemente Sonny Boy, su libro de memorias donde repasa diversas an¨¦cdotas ocurridas a lo largo de sus 84 a?os de vida. En una de ellas, el actor cuenta que en una ocasi¨®n fue objeto de un intento de secuestro.

Para hablar de lo ocurrido tenemos que viajar en el tiempo hasta los a?os 70, cuando Pacino ya era una estrella mundialmente reconocida por su papel en la pel¨ªcula de El Padrino. Una noche de copas con Richard Hackman, hermano del actor Gene Hackman, se transform¨® en un evento que f¨¢cilmente podr¨ªa haber terminado de forma fatal.

La historia del casi secuestro de Al Pacino

Despu¨¦s de una velada nocturna en la que el alcohol y el actor se dejaron llevar, ¡°me emborrach¨¦ tanto que no pod¨ªa mantenerme en pie¡±. Un coche conducido por una mujer que pasaba por la zona se detuvo a su lado, y su conductora se ofreci¨® para llevarlo a casa. ¡°Sin pensarlo dos veces, me sub¨ª a su coche¡±, cuenta Pacino en su libro.

Lo que en un primer momento parec¨ªa un gesto cargado de amabilidad por parte de la conductora, en poco tiempo se torn¨® en algo perturbador. Durante el trayecto, Pacino Relata que a pesar de estar borracho, not¨® las intenciones de la conductora, ya que no se dirig¨ªa a su destino. ¡°?Qu¨¦ est¨¢ pasando ah¨ª?¡±, pregunt¨® a la conductora, a lo que la mujer respondi¨® mostrando sus intenciones. ¡°Te estoy secuestrando¡±.

En ese momento, el actor entendi¨® que no se encontraba ante un ¡°coqueteo agresivo¡± o un malentendido, estaba ante una verdadera amenaza. A pesar de lo complejo de la situaci¨®n, Al Pacino menciona que, en el momento, no se sinti¨® inseguro. ¡°Soy del sur del Bronx, cuando un loco intenta atacarme s¨¦ como escapar¡±, afirma el actor.

Al Pacino enfrent¨® a la mujer, ¡°le dije: ¡°No, no lo har¨¢s¡±, a lo que la mujer le contest¨® con vehemencia y sigui¨® conduciendo. Llegado el momento, Pacino abri¨® la puerta del autom¨®vil y amenaz¨® con la posibilidad de saltar del veh¨ªculo en movimiento. ¡°Estaba un poco borracho, pero estaba listo para saltar¡±.

Por suerte, el estadounidense no tuvo que llegar a ese extremo. Tras una breve charla la mujer cambi¨® de parecer, quiz¨¢s consciente de lo que estaba haciendo o como respuesta a las palabras que intercambiaron, y termin¨® llevando a Pacino a su casa. No se sabe que hubo detr¨¢s del comportamiento de la mujer o lo que la hizo cambiar de opini¨®n, pero algo seguro es que una situaci¨®n que pudo haberse salido de control acab¨® de forma satisfactoria.

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